¿De qué va la ley de derribos que Paraguay discutirá pese a las presiones de EEUU?
¿De qué va la ley de derribos que Paraguay discutirá pese a las presiones de EEUU?
Sputnik Mundo
El Congreso paraguayo volvió a debatir una ley para derribar aviones ilegales en su territorio, una idea que había sido rechazada en el pasado. Analistas... 01.08.2024, Sputnik Mundo
Si bien el tema ya había sido debatido en años anteriores, el Congreso paraguayo vuelve a debatir la posibilidad de aprobar una ley de derribos que permita a la Fuerza Aérea Paraguaya abrir fuegos contra vuelos no autorizados que recorran su espacio aéreo. La iniciativa, impulsada entre otros por el propio presidente del Senado, volvió a poner sobre la mesa el nivel de influencia de EEUU, que rechaza este tipo de normativas.En abril de 2024, y tras asumir la presidencia de la Cámara Alta, Núñez —del oficialista Partido Colorado— anunció que insistiría con la medida, que ya había sido desestimada en legislaturas pasadas, pero que había llevado a la aprobación de otra norma, la 6.980, que prevé un mecanismo para interceptar vuelos ilegales y establece las condiciones para eso.Para Núñez, la norma aprobada en 2022 "mutiló" el proyecto original, ya que solamente permite hacer "disparos intimidatorios" a los vuelos ilegales. Por eso, comenzó a insistir en la necesidad de una normativa que permita el derribo de aviones, algo que para el legislador es crucial para combatir "el paso de las narcoavionetas que descienden en Paraguay viniendo de Bolivia, Colombia y otros países".En un diálogo con Sputnik, el periodista y corresponsal en Paraguay del sitio especializado Zona Militar, Gustavo Saba Manzo, explicó que el nuevo texto no cuenta con el aval del Gobierno de Santiago Peña, que considera que la normativa actual es suficiente para esta tarea. De hecho, el ministro de Defensa paraguayo, Óscar González Cañete, y el comandante de la Fuerza Aérea Paraguaya, Julio Fullaondo, ratificaron ante una comisión del Senado que no es necesaria la aprobación de una nueva ley de derribos.De todos modos, el nuevo rechazo a la iniciativa volvió a poner los ojos sobre la Embajada de EEUU en Asunción, uno de los actores que, en 2022, había intercedido para impedir la aprobación de la norma. En ese año, varios legisladores habían tenido una reunión por el tema en la sede diplomática estadounidense, tras la cual el entonces senador del Frente Guazú, Jorge Querey, dijo al diario ABC que EEUU había explicitado su disconformidad con el proyecto e incluso había informado que el país norteamericano "condicionaba" su asistencia militar a Paraguay si se aprobaba la norma.En 2023, el entonces diputado del Partido Liberal Radical Jorge Ávalos Mariño dijo al mismo medio que la embajada estadounidense había hecho "mucho lobby" en contra del proyecto, llegando al punto de que muchos diputados que habían impulsado el proyecto terminaron cambiando de postura.La nueva propuesta de Núñez podría correr con la misma suerte, ya que, según asegura la edición paraguaya del medio La Política Online a partir de "fuentes del oficialismo", la postura de Washington obligó a integrantes del Consejo de Defensa Nacional (Codena) a dejar de lado el proyecto a pesar de que estaban de acuerdo con una nueva ley de derribos.¿Por qué EEUU rechaza las leyes de derribo?La reticencia estadounidense no sucede solo en Paraguay, ya que todas las embajadas de EEUU mantienen posturas idénticas cuando países latinoamericanos buscan aprobar normativas similares.Rivas, editor del sitio especializado Pucará, hace referencia a un episodio ocurrido el 20 de abril de 2001, cuando la Fuerza Aérea de Perú derribó un avión Cessna que transportaba a una familia de misioneros cristianos estadounidenses que ingresaron a cielos peruanos desde Brasil. Un error de comunicación entre la Fuerza Aérea de Perú y un avión de vigilancia de la CIA, que guiaba al vuelo de los misioneros, terminó precipitando el ataque, tras el que murió una de las ocupantes.El especialista argentino apuntó que, desde aquel episodio, EEUU se opone a las leyes de derribo en países de América Latina. Ante esos casos, el país norteamericano suele interceder para lograr que las normas aprobadas cuenten con los pasos suficientes para hacer prácticamente imposible que se produzca un derribo.De hecho, EEUU recién volvió a cooperar con la Fuerza Aérea de Perú en 2023, cuando ambos países firmaron un acuerdo para "retomar la interceptación aérea no letal" y restituir la colaboración entre ambas fuerzas armadas tras la suspensión por el incidente en 2001.Saba Manzo, por su parte, consignó que no consta en "ninguna declaración oficial" que la influencia de la sede norteamericana haya sido la causante del rechazo a una ley de derribos ni que efectivamente la colaboración entre EEUU y Paraguay haya sido condicionada. De todas maneras, remarcó que "lo más probable es que no haya ninguna ley de derribos y que se mantenga la actual".Aun así, aclaró, los aviones Super Tucano que Paraguay adquirió a la empresa brasileña Embraer "van a estar capacitados para derribar y escoltar aeronaves que sean interceptadas". Eso, repasó el periodista, fue uno de los puntos aclarados por el general Fullaondo ante los congresistas paraguayos.
El Congreso paraguayo volvió a debatir una ley para derribar aviones ilegales en su territorio, una idea que había sido rechazada en el pasado. Analistas consultados por Sputnik explicaron qué permite la normativa actual y por qué EEUU presiona para evitar su aprobación en los países de la región.
Si bien el tema ya había sido debatido en años anteriores, el Congreso paraguayo vuelve a debatir la posibilidad de aprobar una ley de derribos que permita a la Fuerza Aérea Paraguaya abrir fuegos contra vuelos no autorizados que recorran su espacio aéreo. La iniciativa, impulsada entre otros por el propio presidente del Senado, volvió a poner sobre la mesa el nivel de influencia de EEUU, que rechaza este tipo de normativas.
En abril de 2024, y tras asumir la presidencia de la Cámara Alta, Núñez —del oficialista Partido Colorado— anunció que insistiría con la medida, que ya había sido desestimada en legislaturas pasadas, pero que había llevado a la aprobación de otra norma, la 6.980, que prevé un mecanismo para interceptar vuelos ilegales y establece las condiciones para eso.
Para Núñez, la norma aprobada en 2022 "mutiló" el proyecto original, ya que solamente permite hacer "disparos intimidatorios" a los vuelos ilegales. Por eso, comenzó a insistir en la necesidad de una normativa que permita el derribo de aviones, algo que para el legislador es crucial para combatir "el paso de las narcoavionetas que descienden en Paraguay viniendo de Bolivia, Colombia y otros países".
En un diálogo con Sputnik, el periodista y corresponsal en Paraguay del sitio especializado Zona Militar, Gustavo Saba Manzo, explicó que el nuevo texto no cuenta con el aval del Gobierno de Santiago Peña, que considera que la normativa actual es suficiente para esta tarea. De hecho, el ministro de Defensa paraguayo, Óscar González Cañete, y el comandante de la Fuerza Aérea Paraguaya, Julio Fullaondo, ratificaron ante una comisión del Senado que no es necesaria la aprobación de una nueva ley de derribos.
"Paraguay ya cuenta con la Ley 6.980 de Vigilancia y Protección del Espacio Aéreo Paraguayo, que estipula varios tipos de intercepción y las fases que tiene que seguir la Fuerza Aérea para derribar o hacer bajar una aeronave en caso de que no esté autorizada", repasó Saba Manzo.
De todos modos, el nuevo rechazo a la iniciativa volvió a poner los ojos sobre la Embajada de EEUU en Asunción, uno de los actores que, en 2022, había intercedido para impedir la aprobación de la norma. En ese año, varios legisladores habían tenido una reunión por el tema en la sede diplomática estadounidense, tras la cual el entonces senador del Frente Guazú, Jorge Querey, dijo al diarioABC que EEUU había explicitado su disconformidad con el proyecto e incluso había informado que el país norteamericano "condicionaba" su asistencia militar a Paraguay si se aprobaba la norma.
En 2023, el entonces diputado del Partido Liberal Radical Jorge Ávalos Mariño dijo al mismo medio que la embajada estadounidense había hecho "mucho lobby" en contra del proyecto, llegando al punto de que muchos diputados que habían impulsado el proyecto terminaron cambiando de postura.
La nueva propuesta de Núñez podría correr con la misma suerte, ya que, según asegura la edición paraguaya del medio La Política Online a partir de "fuentes del oficialismo", la postura de Washington obligó a integrantes del Consejo de Defensa Nacional (Codena) a dejar de lado el proyecto a pesar de que estaban de acuerdo con una nueva ley de derribos.
La reticencia estadounidense no sucede solo en Paraguay, ya que todas las embajadas de EEUU mantienen posturas idénticas cuando países latinoamericanos buscan aprobar normativas similares.
"EEUU mantiene esa postura para toda la región desde hace años, especialmente a partir de un caso en Perú en que derribaron una avioneta de unos misioneros estadounidenses", explicó a Sputnik el especialista argentino en temas de Defensa Santiago Rivas.
Rivas, editor del sitio especializado Pucará, hace referencia a un episodio ocurrido el 20 de abril de 2001, cuando la Fuerza Aérea de Perú derribó un avión Cessna que transportaba a una familia de misioneros cristianos estadounidenses que ingresaron a cielos peruanos desde Brasil. Un error de comunicación entre la Fuerza Aérea de Perú y un avión de vigilancia de la CIA, que guiaba al vuelo de los misioneros, terminó precipitando el ataque, tras el que murió una de las ocupantes.
El especialista argentino apuntó que, desde aquel episodio, EEUU se opone a las leyes de derribo en países de América Latina. Ante esos casos, el país norteamericano suele interceder para lograr que las normas aprobadas cuenten con los pasos suficientes para hacer prácticamente imposible que se produzca un derribo.
De hecho, EEUU recién volvió a cooperar con la Fuerza Aérea de Perú en 2023, cuando ambos países firmaron un acuerdo para "retomar la interceptación aérea no letal" y restituir la colaboración entre ambas fuerzas armadas tras la suspensión por el incidente en 2001.
Saba Manzo, por su parte, consignó que no consta en "ninguna declaración oficial" que la influencia de la sede norteamericana haya sido la causante del rechazo a una ley de derribos ni que efectivamente la colaboración entre EEUU y Paraguay haya sido condicionada. De todas maneras, remarcó que "lo más probable es que no haya ninguna ley de derribos y que se mantenga la actual".
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