Las ciudades de Bolivia fronterizas con Argentina resienten la falta de visitantes del vecino país
Las ciudades de Bolivia fronterizas con Argentina resienten la falta de visitantes del vecino país
Sputnik Mundo
Del fervor comercial y migratorio, las poblaciones limítrofes entre ambos países pasaron a una quietud preocupante para los comerciantes bolivianos, quienes... 30.07.2024, Sputnik Mundo
Tiempo atrás, las poblaciones fronterizas entre Bolivia y Argentina tenían un ritmo comercial y migratorio incesante. Los productos, también muchas personas, circulaban por pasos legales, pero también muchos ilegales a través de ríos. Sin embargo, estos primeros nueve meses de Gobierno de Javier Milei cambiaron drásticamente la economía de la población argentina, por consiguiente de las ciudades vecinas que viven en la frontera con este país.Sputnik recorrió la población boliviana de Villazón, que limita con la ciudad argentina de La Quiaca, ambas a 3.500 metros sobre el nivel del mar. El frío altiplánico que atraviesa sus calles se siente especialmente en la zona comercial, que hoy luce congelada. Algunas decenas de personas caminaban por sus calles, donde antes no se podía dar un paso por el intercambio febril entre ambos países.En los primeros meses de presidencia de Milei (iniciada en diciembre de 2023), el flujo comercial se revirtió. La mercadería dejó de venir de Argentina, ante el repentino aumento de precios permitido por el Gobierno liberal. Entonces se vio algo inusual: la población argentina recurrió a Bolivia para abastecerse de productos básicos, como aceite, harina y todo tipo de alimentos.En la avenida República Argentina, iniciada en el puente que divide a estos países, la señora Victoria tiene su puesto donde vende hojas de coca y aparatos electrónicos. Contó a Sputnik que en los últimos meses los argentinos dejaron de venir a comprar a Bolivia, ante el aumento de precios que también se registra en el Estado Plurinacional. Aseguró que ahora nadie compra, ni del lado de La Quiaca (provincia argentina de Jujuy) ni de Villazón (departamento de Potosí).La cotización oficial del dólar en Bolivia es de 6,92 pesos bolivianos (Bs.). Pero ante la falta de esta divisa, se formó un mercado paralelo en el cual se consigue a Bs. 10,50, incluso Bs. 11, según la señora Victoria, quien optó por no dar su apellido. En las zonas fronterizas, donde el contrabando siempre está presente, hay recelos entre los comerciantes, por lo que pueda decir la prensa sobre ellos.Para la comerciante fue un breve lapso en que llegaron los argentinos a aprovisionarse a Bolivia: "Ya nos estábamos recuperando de la crisis de Argentina, cuando comenzó a afectarnos el tipo de cambio de Bolivia. Nosotros traemos mercadería desde La Paz, donde nos cotizan el dólar hasta a Bs. 11".Ese aumento "tenemos que trasladarlo cuando vendemos esa mercadería, para no tener pérdidas. Pero ahora no nos compran", expresó."A los argentinos ya no les conviene venir a comprar aquí. Por eso prefieren quedarse en su país", dijo la comerciante. Esta ausencia es notable en Villazón, que tiene 50.000 habitantes.Además de Villazón, otras dos ciudades limitan con Argentina: Bermejo, en Tarija (del otro lado es Aguas Blancas), y Yacuiba, en el mismo departamento (del lado argentino es Salvador Mazza).Frontera en transformaciónVillazón y La Quiaca están separadas por un delgado río que lleva indistintamente el nombre de ambas poblaciones. Durante 2020, año de mayor afectación de la pandemia de COVID-19, las oficinas migratorias de Argentina y Bolivia estaban cerradas, por lo cual cientos de personas decidieron cruzar a pie por este paso ilegal, sin preocuparse por el papelerío indispensable.Este hilo de agua, a distintas horas del día, también era circulado por quienes acarreaban productos de contrabando, incluso narcóticos y hasta personas. Desde la llegada de Milei a la presidencia, no es extraño encontrar militares patrullando esta zona.La señora Candelaria Quispe también tiene su local en Villazón, donde ofrece artesanías andinas y hojas de coca, las cuales vende de a pequeñas cantidades en bolsitas verdes. "Cada semana aumentan los productos. Lo que la semana pasada costaba Bs. 10, esta semana cuesta Bs. 12. Y la siguiente estará a Bs. 14. Y así, de dos en dos está subiendo. El aumento ya es semanal, ni siquiera mensual", dijo a Sputnik.Contó que en los bancos no se permiten comprar más de 100 dólares a la semana, "pero con 100 dólares no puedes comprar casi nada. Mínimamente, para abastecimiento al público, se necesitan 500 dólares a la semana. Y no te dejan sacar esta cantidad de los bancos".Según Quispe, "los comerciantes hacemos mover el dinero. No nos agarramos la plata, la hacemos circular. Generamos trabajo, compramos comida, usamos alojamiento cuando viajamos a comprar productos. El transporte hasta nuestros locales también genera que se mueva el dinero".Y según la comerciante Victoria, "solamente estamos viviendo de esperanzas. Algún día esperamos que se mejore, que cambie, que hagan algo las autoridades. Estamos esperando un milagro aquí en la frontera".
Del fervor comercial y migratorio, las poblaciones limítrofes entre ambos países pasaron a una quietud preocupante para los comerciantes bolivianos, quienes viven del intercambio entre ambos países y atribuyen la baja turística a las políticas económicas del Gobierno argentino.
Tiempo atrás, las poblaciones fronterizas entre Bolivia y Argentina tenían un ritmo comercial y migratorio incesante. Los productos, también muchas personas, circulaban por pasos legales, pero también muchos ilegales a través de ríos. Sin embargo, estos primeros nueve meses de Gobierno de Javier Mileicambiaron drásticamente la economía de la población argentina, por consiguiente de las ciudades vecinas que viven en la frontera con este país.
Sputnik recorrió la población boliviana de Villazón, que limita con la ciudad argentina de La Quiaca, ambas a 3.500 metros sobre el nivel del mar. El frío altiplánico que atraviesa sus calles se siente especialmente en la zona comercial, que hoy luce congelada. Algunas decenas de personas caminaban por sus calles, donde antes no se podía dar un paso por el intercambio febril entre ambos países.
En los primeros meses de presidencia de Milei (iniciada en diciembre de 2023), el flujo comercial se revirtió. La mercadería dejó de venir de Argentina, ante el repentino aumento de precios permitido por el Gobierno liberal. Entonces se vio algo inusual: la población argentina recurrió a Bolivia para abastecerse de productos básicos, como aceite, harina y todo tipo de alimentos.
En la avenida República Argentina, iniciada en el puente que divide a estos países, la señora Victoria tiene su puesto donde vende hojas de coca y aparatos electrónicos. Contó a Sputnik que en los últimos meses los argentinos dejaron de venir a comprar a Bolivia, ante el aumento de precios que también se registra en el Estado Plurinacional. Aseguró que ahora nadie compra, ni del lado de La Quiaca (provincia argentina de Jujuy) ni de Villazón (departamento de Potosí).
"A nosotros, los bolivianos, nos convenía traer la mercadería de Argentina, porque estaba todo más barato allá. Con la suba del dólar, los argentinos comenzaron a venir a comprar acá", explicó. Pero "ahora, en estos últimos días, con la suba del dólar en Bolivia, estamos afectados porque nuestros productos están aumentando, por eso hay poca venta".
La cotización oficial del dólar en Bolivia es de 6,92 pesos bolivianos (Bs.). Pero ante la falta de esta divisa, se formó un mercado paralelo en el cual se consigue a Bs. 10,50, incluso Bs. 11, según la señora Victoria, quien optó por no dar su apellido. En las zonas fronterizas, donde el contrabando siempre está presente, hay recelos entre los comerciantes, por lo que pueda decir la prensa sobre ellos.
Para la comerciante fue un breve lapso en que llegaron los argentinos a aprovisionarse a Bolivia: "Ya nos estábamos recuperando de la crisis de Argentina, cuando comenzó a afectarnos el tipo de cambio de Bolivia. Nosotros traemos mercadería desde La Paz, donde nos cotizan el dólar hasta a Bs. 11".
Ese aumento "tenemos que trasladarlo cuando vendemos esa mercadería, para no tener pérdidas. Pero ahora no nos compran", expresó.
"A los argentinos ya no les conviene venir a comprar aquí. Por eso prefieren quedarse en su país", dijo la comerciante. Esta ausencia es notable en Villazón, que tiene 50.000 habitantes.
Además de Villazón, otras dos ciudades limitan con Argentina: Bermejo, en Tarija (del otro lado es Aguas Blancas), y Yacuiba, en el mismo departamento (del lado argentino es Salvador Mazza).
Frontera en transformación
Villazón y La Quiaca están separadas por un delgado río que lleva indistintamente el nombre de ambas poblaciones. Durante 2020, año de mayor afectación de la pandemia de COVID-19, las oficinas migratorias de Argentina y Bolivia estaban cerradas, por lo cual cientos de personas decidieron cruzar a pie por este paso ilegal, sin preocuparse por el papelerío indispensable.
Este hilo de agua, a distintas horas del día, también era circulado por quienes acarreaban productos de contrabando, incluso narcóticos y hasta personas. Desde la llegada de Milei a la presidencia, no es extraño encontrar militares patrullando esta zona.
La señora Candelaria Quispe también tiene su local en Villazón, donde ofrece artesanías andinas y hojas de coca, las cuales vende de a pequeñas cantidades en bolsitas verdes. "Cada semana aumentan los productos. Lo que la semana pasada costaba Bs. 10, esta semana cuesta Bs. 12. Y la siguiente estará a Bs. 14. Y así, de dos en dos está subiendo. El aumento ya es semanal, ni siquiera mensual", dijo a Sputnik.
Y sostuvo: "Nos molesta que mucha gente diga que nosotros los comerciantes estamos aprovechando este momento. No es así: hay momentos de alza y de baja. Estamos tratando de no perder mucha ganancia, porque la gente tampoco va a aceptar una subida de precios extrema".
Contó que en los bancos no se permiten comprar más de 100 dólares a la semana, "pero con 100 dólares no puedes comprar casi nada. Mínimamente, para abastecimiento al público, se necesitan 500 dólares a la semana. Y no te dejan sacar esta cantidad de los bancos".
Según Quispe, "los comerciantes hacemos mover el dinero. No nos agarramos la plata, la hacemos circular. Generamos trabajo, compramos comida, usamos alojamiento cuando viajamos a comprar productos. El transporte hasta nuestros locales también genera que se mueva el dinero".
Y según la comerciante Victoria, "solamente estamos viviendo de esperanzas. Algún día esperamos que se mejore, que cambie, que hagan algo las autoridades. Estamos esperando un milagro aquí en la frontera".
No te pierdas las noticias más importantes
Suscríbete a nuestros canales de Telegram a través de estosenlaces.
Ya que la aplicación Sputnik está bloqueada en el extranjero, en este enlace puedes descargarla e instalarla en tu dispositivo móvil (¡solo para Android!).
El acceso al chat ha sido bloqueado por violación de las reglas.
Usted puede volver a participar dentro de∞.
Si no está de acuerdo con el bloqueo, utilice el formulario de contacto>
La discusión ha sido cerrada. Se puede participar en una discusión durante 24 horas después de la publicación de la noticia.