Amenazas de tres países de la OTAN orillan a Rusia a inminentes ensayos de bombas nucleares tácticas
Amenazas de tres países de la OTAN orillan a Rusia a inminentes ensayos de bombas nucleares tácticas
Sputnik Mundo
Tres declaraciones muy belicosas del líder de la minoría del partido Demócrata en la Cámara de Representantes, Hakeem Jeffries; del expremier británico y hoy... 09.05.2024, Sputnik Mundo
El inminente despliegue de las armas nucleares tácticas se debe, a juicio del Ministerio de defensa ruso, a la desregulada escalada retórica de EEUU, Gran Bretaña y Francia: básicamente, a las "declaraciones provocativas y amenazas contra Rusia por ciertos funcionarios de Occidente". Nada menos que el líder de la bancada minoritaria del Partido Demócrata en la Cámara de Representantes, Hakeem Jeffries, de Nueva York —que es considerado por algunos como el sucesor de Barak Obama—, quien en su cacofónica y afónica entrevista a 60 Minutes de CBS News sentenció que "si Ucrania no podía ganar la guerra contra Rusia" después de la masiva ayuda militar bipartidista por 61.000 millones de dólares, entonces EEUU intervendría para rescatar a Volodímir Zelenski, quien, por cierto, acaba de ser motivo de una orden de aprehensión por parte del Ministerio del Interior de Rusia. La declaración de Hakeem Jeffries no es menor debido a su elevada representación neoyorquina y a su íntima conectividad con Obama y con Hillary Clinton, ya que comentó sin tapujos en la misma entrevista que, pese a que el Partido Republicano ostenta nominalmente la mayoría a través de Mike Johnson, "son los demócratas quienes controlan efectivamente la Cámara" en alusión también a la simbiosis bipartidista transformada en unipartidismo entre el republicano Mike Johnson y el líder de la mayoría del Senado, el demócrata Chuck Schumer, quienes adoptaron una enmienda unipartidista de ayuda militar y financiera a Ucrania, Israel y Taiwán.¿Representa la ominosa declaración de Hakeem Jeffries la postura unitaria del segundo poder más importante de EEUU, que es el Congreso, detrás del poder Ejecutivo? Tal parece que sí, por la forma inmediata en que la tomó y replicó el Kremlin.La escalada bélica desde el Congreso estadounidense provino después de otra ominosa amenaza salpicada de "ambigüedad estratégica" de parte del presidente galo, Emmanuel Macron, quien jugó lingüísticamente con la "legitimidad" de que la OTAN, de la que forma parte Francia, envíe tropas a Ucrania ante dos situaciones: Ni presto ni perezoso, el canciller ruso Serguéi Lavrov replicó a Macron que estaba "respirando una rusofobia cavernícola" y que "lo único que buscaba era colocarse como líder incontestable de una Unión Europea cada vez más en declive".Al Jazeera, de Catar —cuyas oficinas en Jerusalén acaban de ser clausuradas por el Gobierno de Netanyahu—, se pregunta: "¿Qué se encuentra detrás de la postura endurecida de Macron en la guerra de Rusia y Ucrania?".Al final de cuentas cada parte defiende sus intereses propagandísticos y la revista globalista plutocrática Forbes, dejando de lado sus intrínsecas rusofobia y sinofobia, pega el grito en el cielo de que "Rusia traquetea sus armas nucleares, mientras el presidente francés pondera enviar tropas a Kiev".Como si lo anterior fuera poco, en un nado sincronizado de las tres principales y únicas potencias nucleares de la OTAN, el canciller británico, David Cameron afirmó, en una entrevista para Reuters, que "Ucrania tiene el derecho de golpear dentro de la misma Rusia con armas británicas" y prometió una ayuda militar anual por 3.000 millones de euros "el tiempo que sea necesario".Al Jazeera comenta que el "anuncio de Rusia de realizar pruebas nucleares" se debe a las "amenazas provocativas de Occidente", mientras que Reuters, la agencia estelar de la anglósfera, asevera que tales "ejercicios con bombas nucleares tácticas sirven para disuadir a Occidente". Más explícito, el expresidente y hoy vicedirector del Consejo de Seguridad, Dmitri Medvédev, amenazó que "enviar sus tropas al territorio de la antigua Ucrania significará su participación directa en el conflicto (...) Tendremos que responder a esto y, por desgracia, en el territorio de la antigua Ucrania (...) Los líderes occidentales no serán capaces de esconderse en el Capitolio ni en el Palacio del Elíseo ni en el número 10 de Downing Street, se producirá una catástrofe global". Más allá de que el Ministerio de Asuntos Exteriores de Rusia haya convocado a los embajadores de Francia y Gran Bretaña para aclarar "su línea destructiva y provocadora", después de la visita del presidente chino Xi Jinping a París, parece que el juvenil presidente galo —al borde de una mayúscula derrota en las elecciones del Parlamento Europeo el mes entrante, al unísono del reciente desastre del Partido Conservador en Gran Bretaña que ha sido humillado en las elecciones municipales— ha diluido su vino bélico: "no estamos en guerra con Rusia o con el pueblo ruso y no deseamos un cambio de régimen en Moscú". ¡Como si fuera tan sencillo!Falta que le haga caso a Macron la Administración Biden, ya que en una hipótesis de reelección, el hoy atribulado presidente de EEUU, a sus 81 años, advirtió mediante su asesor de seguridad nacional, Jake Sullivan, que la ayuda de EEUU al disfuncional gobierno de Zelenski continuaría hasta 2025 para que Ucrania pase a una contraofensiva contra Rusia y así recupere sus territorios perdidos.En realidad parece un coro de cisnes negros de las tres únicas potencias nucleares de la OTAN cuando Ucrania se encuentra al borde de la desintegración, como acaba de comentar el coronel Douglas McGregor de EEUU. Las opiniones expresadas en este artículo pueden no coincidir con las de la redacción.
Tres declaraciones muy belicosas del líder de la minoría del partido Demócrata en la Cámara de Representantes, Hakeem Jeffries; del expremier británico y hoy canciller, David Cameron; y del presidente galo, Emmanuel Macron, orillaron a que el presidente ruso, Vladímir Putin ordene ejercicios de armas nucleares tácticas en "próximas fechas".
El inminente despliegue de las armas nucleares tácticas se debe, a juicio del Ministerio de defensa ruso, a la desregulada escalada retórica de EEUU, Gran Bretaña y Francia: básicamente, a las "declaraciones provocativas y amenazas contra Rusia por ciertos funcionarios de Occidente".
Nada menos que el líder de la bancada minoritaria del Partido Demócrata en la Cámara de Representantes, Hakeem Jeffries, de Nueva York —que es considerado por algunos como el sucesor de Barak Obama—, quien en su cacofónica y afónica entrevista a 60 Minutes de CBS News sentenció que "si Ucrania no podía ganar la guerra contra Rusia" después de la masiva ayuda militar bipartidista por 61.000 millones de dólares, entonces EEUU intervendría para rescatar a Volodímir Zelenski, quien, por cierto, acaba de ser motivo de una orden de aprehensión por parte del Ministerio del Interior de Rusia.
"No podemos dejar que Ucrania caiga, porque si lo hace, existe una alta probabilidad de que EEUU tenga que entrar al conflicto no solo con nuestro dinero, sino también con nuestros militares mujeres y hombres", dijo el demócrata.
La declaración de Hakeem Jeffries no es menor debido a su elevada representación neoyorquina y a su íntima conectividad con Obama y con Hillary Clinton, ya que comentó sin tapujos en la misma entrevista que, pese a que el Partido Republicano ostenta nominalmente la mayoría a través de Mike Johnson, "son los demócratas quienes controlan efectivamente la Cámara" en alusión también a la simbiosis bipartidista transformada en unipartidismo entre el republicano Mike Johnson y el líder de la mayoría del Senado, el demócrata Chuck Schumer, quienes adoptaron una enmienda unipartidista de ayuda militar y financiera a Ucrania, Israel y Taiwán.
¿Representa la ominosa declaración de Hakeem Jeffries la postura unitaria del segundo poder más importante de EEUU, que es el Congreso, detrás del poder Ejecutivo? Tal parece que sí, por la forma inmediata en que la tomó y replicó el Kremlin.
La escalada bélica desde el Congreso estadounidense provino después de otra ominosa amenaza salpicada de "ambigüedad estratégica" de parte del presidente galo, Emmanuel Macron, quien jugó lingüísticamente con la "legitimidad" de que la OTAN, de la que forma parte Francia, envíe tropas a Ucrania ante dos situaciones:
1.
Que Ucrania lo pida, y
2.
En caso de que Rusia penetre las presentes líneas del frente de guerra, donde el Ejército desangelado de Kiev se encuentra en franca y deshonrosa retirada.
Ni presto ni perezoso, el canciller ruso Serguéi Lavrov replicó a Macron que estaba "respirando una rusofobia cavernícola" y que "lo único que buscaba era colocarse como líder incontestable de una Unión Europea cada vez más en declive".
Al Jazeera, de Catar —cuyas oficinas en Jerusalén acaban de ser clausuradas por el Gobierno de Netanyahu—, se pregunta: "¿Qué se encuentra detrás de la postura endurecida de Macron en la guerra de Rusia y Ucrania?".
Al final de cuentas cada parte defiende sus intereses propagandísticos y la revista globalista plutocrática Forbes, dejando de lado sus intrínsecas rusofobia y sinofobia, pega el grito en el cielo de que "Rusia traquetea sus armas nucleares, mientras el presidente francés pondera enviar tropas a Kiev".
Como si lo anterior fuera poco, en un nado sincronizado de las tres principales y únicas potencias nucleares de la OTAN, el canciller británico, David Cameron afirmó, en una entrevista para Reuters, que "Ucrania tiene el derecho de golpear dentro de la misma Rusia con armas británicas" y prometió una ayuda militar anual por 3.000 millones de euros "el tiempo que sea necesario".
Al Jazeera comenta que el "anuncio de Rusia de realizar pruebas nucleares" se debe a las "amenazas provocativas de Occidente", mientras que Reuters, la agencia estelar de la anglósfera, asevera que tales "ejercicios con bombas nucleares tácticas sirven para disuadir a Occidente".
Más explícito, el expresidente y hoy vicedirector del Consejo de Seguridad, Dmitri Medvédev, amenazó que "enviar sus tropas al territorio de la antigua Ucrania significará su participación directa en el conflicto (...) Tendremos que responder a esto y, por desgracia, en el territorio de la antigua Ucrania (...) Los líderes occidentales no serán capaces de esconderse en el Capitolio ni en el Palacio del Elíseo ni en el número 10 de Downing Street, se producirá una catástrofe global".
Más allá de que el Ministerio de Asuntos Exteriores de Rusia haya convocado a los embajadores de Francia y Gran Bretaña para aclarar "su línea destructiva y provocadora", después de la visita del presidente chino Xi Jinping a París, parece que el juvenil presidente galo —al borde de una mayúscula derrota en las elecciones del Parlamento Europeo el mes entrante, al unísono del reciente desastre del Partido Conservador en Gran Bretaña que ha sido humillado en las elecciones municipales— ha diluido su vino bélico: "no estamos en guerra con Rusia o con el pueblo ruso y no deseamos un cambio de régimen en Moscú". ¡Como si fuera tan sencillo!
Falta que le haga caso a Macron la Administración Biden, ya que en una hipótesis de reelección, el hoy atribulado presidente de EEUU, a sus 81 años, advirtió mediante su asesor de seguridad nacional, Jake Sullivan, que la ayuda de EEUU al disfuncional gobierno de Zelenski continuaría hasta 2025 para que Ucrania pase a una contraofensiva contra Rusia y así recupere sus territorios perdidos.
En realidad parece un coro de cisnes negros de las tres únicas potencias nucleares de la OTAN cuando Ucrania se encuentra al borde de la desintegración, como acaba de comentar el coronel Douglas McGregor de EEUU.
Las opiniones expresadas en este artículo pueden no coincidir con las de la redacción.
No te pierdas las noticias más importantes
Suscríbete a nuestros canales de Telegram a través de estosenlaces.
Ya que la aplicación Sputnik está bloqueada en el extranjero, en este enlace puedes descargarla e instalarla en tu dispositivo móvil (¡solo para Android!).
El acceso al chat ha sido bloqueado por violación de las reglas.
Usted puede volver a participar dentro de∞.
Si no está de acuerdo con el bloqueo, utilice el formulario de contacto>
La discusión ha sido cerrada. Se puede participar en una discusión durante 24 horas después de la publicación de la noticia.