¿Cómo Europa intimidó a los observadores internacionales que acudieron a las elecciones de Rusia?
© Sputnik / Maksim Bogodvid / Acceder al contenido multimediaMiembros de la comisión electoral en Kazán cuentan los votos tras el fin de la votación en las elecciones presidenciales rusas del 17 de marzo de 2024
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Un observador brasileño reveló que hubo presiones de la Comisión Europea para que representantes internacionales no asistieran a elecciones sin el sello de aprobación de Bruselas. La politización de los procesos electorales y la ausencia del gobierno brasileño en las elecciones rusas son un error, constató a Sputnik el observador.
Los países occidentales, en particular la Unión Europea, se oponían firmemente al acceso de observadores electorales gubernamentales y de la sociedad civil a las elecciones en Rusia.
A pesar del ambiente de debate e intercambio de experiencias que crean los observadores internacionales, la Comisión Europea crea un sistema de "bullying institucional" para impedir que representantes internacionales asistan a elecciones que no tengan el sello de aprobación de Bruselas, reveló una fuente de Sputnik.
"Las cuestiones políticas están presentes: como Occidente está en conflicto con Rusia, no hubo acuerdo para recibir delegaciones de la Comisión Europea que observaran las elecciones rusas. Y la reacción europea es decir que todas las elecciones que no observen deben considerarse inválidas y politizadas", lamentó la fuente.
La Comisión Europea mantiene un sitio web en el que denuncia a los observadores electorales con los que no está de acuerdo. "Es un acoso institucionalizado para que los observadores no asistan a las elecciones que la Comisión Europea no ve con buenos ojos", añade.
La hostilidad europea hacia los observadores de elecciones a las que ellos mismos no han sido invitados es habitual. Un grupo vinculado a la Comisión Europea, denominado Plataforma Europea para unas Elecciones Democráticas (EPDE, por sus siglas en inglés) y financiado por la Unión Europea y el Ministerio de Asuntos Exteriores alemán, elabora "listas negras de falsos observadores" que han asistido a elecciones sin el consentimiento de Europa.
Uno de los miembros de esta lista es el político brasileño Antonio Anastasia, que se presentó como observador en unas elecciones celebradas en Azerbaiyán en 2020, en representación del Senado brasileño. La "lista negra" europea incluye una foto del entonces senador del Estado, su currículum y su afiliación partidista, condenándolo al título de "observador farsante".
El caso de Anastasia revela que la Comisión Europea intimida no solo a los observadores de la sociedad civil, sino también a los representantes de los Gobiernos, con el fin de reducir la participación internacional en unas elecciones con las que Bruselas no está de acuerdo.
"En este sentido, creo que fue un error por parte de Brasil no enviar representantes para observar las elecciones en Rusia, teniendo en cuenta el tamaño de Brasil y Rusia, y sus 200 años de relaciones diplomáticas", declaró a Sputnik el profesor de Ciencias Políticas de la Universidad Federal de Río Grande del Sur (UFRGS), Fabiano Mielniczuk, que observó el proceso electoral ruso.
"Mi presencia, como académico, se debe a la apertura de la sociedad civil a participar. Pero el Gobierno brasileño no envió representantes y, en mi opinión, cometió un error", agregó el profesor.
La ausencia de Brasil contrasta con la presencia de países de Asia, África y otras regiones del sur global, que enviaron un número significativo de representantes gubernamentales, señaló Mielniczuk.
El 17 de marzo, Rusia cerró con éxito otro ciclo electoral: que concluyó con una participación récord y la victoria del actual presidente del país, Vladímir Putin. Al país han llegado delegaciones de observadores internacionales de 36 países, incluidos de 30 parlamentos nacionales, así como de 5 organizaciones internacionales para participar en el proceso electoral.
La candidatura independiente de Vladímir Putin obtuvo aproximadamente el 87,29% de los votos, lo que supone un aumento respecto al 76,69% obtenido en 2018. El Partido Comunista de la Federación Rusa (PCFR) mantuvo su tradicional segundo puesto, aunque con un descenso significativo de los resultados electorales: en 2018, el candidato comunista, Pável Grudinin, obtuvo el 11,57% de los votos, frente al 4,30% del candidato actual, Nikolái Jaritónov.
Además de los líderes, el candidato Vladislav Davankov, del partido Gente Nueva, debutó en las elecciones presidenciales al obtener el 3,84% de los votos, mientras que Leonid Slutski, del Partido Liberal Democrático de Rusia (LDPR, por sus siglas en ruso), consiguió el 3,21%.
De acuerdo con las cifras oficiales, alrededor del 77,44% de la población rusa acudió a los centros de votación, lo que supone un aumento del 10% respecto a la participación en las elecciones presidenciales de 2018. Además, el Ministerio de Asuntos Exteriores de Rusia anunció que más de 372.000 votantes participaron en los colegios electorales organizados en las embajadas del país en el extranjero.
La elevada participación se debe a los esfuerzos de las autoridades locales por facilitar el acceso a las urnas, cree Mielniczuk. "Una de las razones de la alta participación fue la disponibilidad de cuatro métodos de votación: la urna tradicional, la urna móvil, para que las personas con problemas de movilidad puedan votar desde casa, la urna electrónica y el voto por Internet", explicó.
"Con tres días de elecciones y cuatro formas de votar, la participación es realmente alta. Porque el Estado crea las condiciones para que la gente vote", señaló Mielniczuk.
© Sputnik / Ilia PitalevCapturas de pantalla del centro de información de la Comisión Electoral Central de la Federación Rusa con información sobre el desarrollo de la votación en las elecciones presidenciales de Rusia en 2024
Capturas de pantalla del centro de información de la Comisión Electoral Central de la Federación Rusa con información sobre el desarrollo de la votación en las elecciones presidenciales de Rusia en 2024
© Sputnik / Ilia Pitalev
El observador electoral Henrique Domingues afirma que el aumento del número de días de votación de uno a tres es un legado positivo de la pandemia del COVID-19. En aquella ocasión, el Gobierno ruso decidió ampliar los días de votación para evitar aglomeraciones.
"El aumento de los días de elecciones se produjo por primera vez en el referéndum sobre las enmiendas a la Constitución rusa, que se celebró en plena pandemia. Y ahora se ha convertido en la norma: en las elecciones parlamentarias de 2021, en el referéndum sobre la reincorporación de las regiones de Donbás, en las elecciones regionales de 2023... todos estos procesos se celebraron en tres días. Y ahora las elecciones presidenciales también se celebran en tres días", explicó Domingues. "Esto da a la gente más tiempo para organizarse", añade.
El observador brasileño también destacó la variabilidad de las formas de votación como otro rasgo distintivo. Entre ellas, la posibilidad de votar desde casa a través de Internet, cuya seguridad está garantizada por el sistema blockchain.
"Las urnas móviles pueden ir al domicilio del votante si este lo solicita. El sistema se dirige principalmente a personas con problemas de movilidad o de edad avanzada. En este caso, la urna va a la persona, acompañada por una comisión de representantes del partido, un policía y un representante del colegio electoral", cuenta Domingues.
© Sputnik / Valery MelnikovObservadores internacionales registran el recuento de votos del referéndum sobre la adhesión a Rusia en un centro electoral de Lugansk
Observadores internacionales registran el recuento de votos del referéndum sobre la adhesión a Rusia en un centro electoral de Lugansk
© Sputnik / Valery Melnikov
Para Mielniczuk, lo más sorprendente fue "la preocupación de las autoridades rusas por garantizar la confianza de la población en el proceso electoral".
"Por ejemplo, como las elecciones duran más de un día, los centros electorales disponen de un sistema de filmación las 24 horas del día, que mantiene las urnas en el punto de mira de la cámara. Y los observadores pueden ver estas filmaciones en directo y comprobar con la Comisión Electoral que las urnas son inviolables", expresa el profesor de Ciencias Políticas.
El relato de los observadores brasileños a Sputnik contradice la cobertura de los medios occidentales, que intentan deslegitimar el sistema electoral ruso.
"Cuando ves el proceso con tus propios ojos, ves que la situación es completamente diferente. Así que es muy importante contar también con observadores internacionales para poder transmitir el mensaje de que aquí las elecciones no se celebran como las plantean los medios de comunicación occidentales, con todos sus prejuicios e intereses que en Brasil sabemos muy bien que tienen", concluyó Domingues.
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