Milei negocia la deuda argentina con una agenda "más cruda" que el FMI y un programa "poco claro"
Milei negocia la deuda argentina con una agenda "más cruda" que el FMI y un programa "poco claro"
Sputnik Mundo
El presidente Javier Milei recibirá a una delegación del Fondo Monetario Internacional (FMI) para renegociar la deuda argentina y presentar un "plan para... 05.01.2024, Sputnik Mundo
Representantes técnicos del FMI arribarán a Argentina para renegociar, por séptima vez, los acuerdos de pago de la deuda tomada durante la Administración del expresidente Mauricio Macri (2015-2019) por 45.000 millones de dólares. La reunión se desarrollará este viernes 5 de enero.El Gobierno del libertario Milei, quien asumió la presidencia el 10 de diciembre, presentará ante el Fondo "un plan para estabilizar la economía" con el objetivo de renegociar el último acuerdo, "virtualmente caído", que alcanzó la Administración de Alberto Fernández (2019-2023), dado que el país sudamericano "no cumplió" con sus condiciones, afirmó el actual vocero del poder ejecutivo, Manuel Adorni.Según el portavoz de la Administración sudamericana, "no debería haber diferencias" entre el plan económico a presentar y las exigencias y recomendaciones del organismo financiero, con sede en Washington.Pero más allá de las palabras del funcionario, que buscaron proyectar una buena sintonía con el organismo controlado por Estados Unidos, ¿qué puede esperarse del primer encuentro entre el FMI y el presidente Milei, quien en el pasado llegó a declarar que a la institución financiera "no le importa Argentina"?El Gobierno de Milei ha planteado un programa de reformas económicas, sociales, políticas, hasta culturales "muy ambiciosas, en muy poco tiempo y con una posición débil en términos legislativos, sin establecer prioridades claras", opinó en conversación con Sputnik el sociólogo e investigador argentino Pablo Nemiña.El analista recordó que Milei acaba de firmar un Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU) "con más de 400 cambios en diferentes áreas de la vida social, sin establecer prioridades ni jerarquías, en el cual tienen el mismo rango de importancia reformas impositivas, como cambios en la gestión de los clubes de fútbol".Nemiña señaló que la postura del ejecutivo argentino "genera inquietud también en la dinámica de la economía, porque aquellas medidas orientadas a frenar la inflación se mezclan y confunden con otras, lo cual no contribuye a alcanzar la baja de precios, que era uno de los objetivos principales que se había planteado el Gobierno".De acuerdo a la visión del especialista, esta inquietud y falta de claridad "tiene su correlato en el vínculo con el FMI, que va a plantear como primera cuestión cuál es el programa concreto, serio y estructurado para enfrentar la suba de precios'", pronosticó."Cuando un país se sienta a negociar con el FMI, lo que no plantea el Gobierno lo completa el Fondo. Entonces, estamos en riesgo que ante la falta de claridad en el rumbo económico, este termine siendo determinado cada vez en mayor parte por el FMI", subrayó.El salvataje de los 'waivers'En su informe sobre objetivos 2024, el Banco Central de la República Argentina (BCRA) indicó su avance en el diálogo con el FMI, con el "objetivo central (de) despejar la incertidumbre en torno a los desembolsos pactados con vistas a atender los futuros vencimientos de capital", según consigna la agencia noticiosa Télam.Esa incertidumbre "responde a la obligación que enfrenta la Argentina de iniciar el proceso formal de solicitud de una dispensa (waiver) por el incumplimiento de las metas acordadas en agosto de este mismo año", precisó en su informe el presidente del BCRA, Santiago Bausili.De acuerdo al sociólogo e investigador existen dos opciones: "O se da de baja formalmente este acuerdo y se firma uno nuevo, eventualmente con un nuevo financiamiento y cronograma de financiamiento, o se reflota el actual".La primera es "acaso más tentadora en términos financieros" porque podría facilitar obtener nuevo financiamiento, además de que requiere que el eventual acuerdo pase por la discusión en el Congreso.Para un Gobierno con serios inconvenientes para construir mayorías simples en el ámbito legislativo, estimó, eso es un desafío adicional. Pero a ello se suma, según Nemiña, que el FMI no ha dado señales de estar dispuesto a nuevos desembolsos.Por lo tanto, para el experto "lo más adecuado" sería reflotar el acuerdo actual, para lo cual hacen falta waivers, de manera que "el FMI perdone los incumplimientos de los últimos meses". Los vencimientos son importantes "porque van a presionar sobre unas reservas de por sí en bajo nivel". No obstante, Nemiña advirtió que lo más relevante en el corto plazo es "qué dinámica cobra la negociación, qué rumbo adopta el programa, qué metas se ponen y en definitiva qué anclas se establecen para alcanzar una baja sostenida de la inflación que no genere más costos en los asalariados y sectores populares".Una política de ajuste aún más cruda que la del FMIRespecto a la reunión del 5 de enero, para Nemiña "la principal preocupación del FMI va a estar alrededor de sus temas clásicos: cuál va a ser la estrategia para frenar o disminuir la inflación, para reforzar las reservas, fortalecer la posición externa, alcanzar un superávit comercial y alcanzar un superávit fiscal"."Quiere reformar mucho, rápido y sin consensuar, sin tomar en cuenta las diferentes posiciones comprensibles que hay sobre temas complejos y controversiales en una democracia", manifestó Nemiña.De acuerdo al analista, "si la idea del Gobierno es imponer cambios en el Congreso, estamos frente a una situación autoritaria, lo cual es preocupante, pero además poco sostenible en términos políticos".Según el sociólogo argentino, el FMI puede "generar una preocupación adicional" al sentarse a negociar con un Gobierno que, "por su tozudez", firme acuerdos "que no es capaz de implementar en la práctica" y que llevan a una situación autoritaria, "que erosiona su disposición y, por ende, la eficacia con el programa para contribuir a la estabilización".
El presidente Javier Milei recibirá a una delegación del Fondo Monetario Internacional (FMI) para renegociar la deuda argentina y presentar un "plan para estabilizar la economía". En diálogo con Sputnik, el sociólogo Pablo Nemiña dijo que es preocupante que "ante la falta de un programa claro, se le deje un mayor espacio al FMI" para elaborarlo.
Representantes técnicos del FMI arribarán a Argentina para renegociar, por séptima vez, los acuerdos de pago de la deuda tomada durante la Administración del expresidente Mauricio Macri (2015-2019) por 45.000 millones de dólares. La reunión se desarrollará este viernes 5 de enero.
El Gobierno del libertario Milei, quien asumió la presidencia el 10 de diciembre, presentará ante el Fondo "un plan para estabilizar la economía" con el objetivo de renegociar el último acuerdo, "virtualmente caído", que alcanzó la Administración de Alberto Fernández (2019-2023), dado que el país sudamericano "no cumplió" con sus condiciones, afirmó el actual vocero del poder ejecutivo, Manuel Adorni.
Según el portavoz de la Administración sudamericana, "no debería haber diferencias" entre el plan económico a presentar y las exigencias y recomendaciones del organismo financiero, con sede en Washington.
"Entiendo que, al menos basado en los acuerdos anteriores, no deberíamos tener absolutamente ninguna diferencia con el Fondo, en virtud de que tenemos un plan muy claro en materia fiscal", apuntó el vocero presidencial.
Pero más allá de las palabras del funcionario, que buscaron proyectar una buena sintonía con el organismo controlado por Estados Unidos, ¿qué puede esperarse del primer encuentro entre el FMI y el presidente Milei, quien en el pasado llegó a declarar que a la institución financiera "no le importa Argentina"?
El Gobierno de Milei ha planteado un programa de reformas económicas, sociales, políticas, hasta culturales "muy ambiciosas, en muy poco tiempo y con una posición débil en términos legislativos, sin establecer prioridades claras", opinó en conversación con Sputnik el sociólogo e investigador argentino Pablo Nemiña.
El analista recordó que Milei acaba de firmar un Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU) "con más de 400 cambios en diferentes áreas de la vida social, sin establecer prioridades ni jerarquías, en el cual tienen el mismo rango de importancia reformas impositivas, como cambios en la gestión de los clubes de fútbol".
Nemiña señaló que la postura del ejecutivo argentino "genera inquietud también en la dinámica de la economía, porque aquellas medidas orientadas a frenar la inflación se mezclan y confunden con otras, lo cual no contribuye a alcanzar la baja de precios, que era uno de los objetivos principales que se había planteado el Gobierno".
De acuerdo a la visión del especialista, esta inquietud y falta de claridad "tiene su correlato en el vínculo con el FMI, que va a plantear como primera cuestión cuál es el programa concreto, serio y estructurado para enfrentar la suba de precios'", pronosticó.
"Preocupa que ante la falta de un programa claro desarrollado por el Gobierno, se le deje un mayor espacio al FMI para hacer ese programa", advirtió Nemiña.
"Cuando un país se sienta a negociar con el FMI, lo que no plantea el Gobierno lo completa el Fondo. Entonces, estamos en riesgo que ante la falta de claridad en el rumbo económico, este termine siendo determinado cada vez en mayor parte por el FMI", subrayó.
El salvataje de los 'waivers'
En su informe sobre objetivos 2024, el Banco Central de la República Argentina (BCRA) indicó su avance en el diálogo con el FMI, con el "objetivo central (de) despejar la incertidumbre en torno a los desembolsos pactados con vistas a atender los futuros vencimientos de capital", según consigna la agencia noticiosa Télam.
Esa incertidumbre "responde a la obligación que enfrenta la Argentina de iniciar el proceso formal de solicitud de una dispensa (waiver) por el incumplimiento de las metas acordadas en agosto de este mismo año", precisó en su informe el presidente del BCRA, Santiago Bausili.
Los waivers "son perdones que hace el FMI ante los desvíos de las condicionalidades de las metas obligatorias", explicó Nemiña. "Los puede aprobar el directorio del organismo y en este caso tienen una importancia táctica porque el acuerdo está descarrilado. Es decir, las metas están incumplidas".
De acuerdo al sociólogo e investigador existen dos opciones: "O se da de baja formalmente este acuerdo y se firma uno nuevo, eventualmente con un nuevo financiamiento y cronograma de financiamiento, o se reflota el actual".
La primera es "acaso más tentadora en términos financieros" porque podría facilitar obtener nuevo financiamiento, además de que requiere que el eventual acuerdo pase por la discusión en el Congreso.
Para un Gobierno con serios inconvenientes para construir mayorías simples en el ámbito legislativo, estimó, eso es un desafío adicional. Pero a ello se suma, según Nemiña, que el FMI no ha dado señales de estar dispuesto a nuevos desembolsos.
Por lo tanto, para el experto "lo más adecuado" sería reflotar el acuerdo actual, para lo cual hacen falta waivers, de manera que "el FMI perdone los incumplimientos de los últimos meses". Los vencimientos son importantes "porque van a presionar sobre unas reservas de por sí en bajo nivel".
No obstante, Nemiña advirtió que lo más relevante en el corto plazo es "qué dinámica cobra la negociación, qué rumbo adopta el programa, qué metas se ponen y en definitiva qué anclas se establecen para alcanzar una baja sostenida de la inflación que no genere más costos en los asalariados y sectores populares".
Una política de ajuste aún más cruda que la del FMI
Respecto a la reunión del 5 de enero, para Nemiña "la principal preocupación del FMI va a estar alrededor de sus temas clásicos: cuál va a ser la estrategia para frenar o disminuir la inflación, para reforzar las reservas, fortalecer la posición externa, alcanzar un superávit comercial y alcanzar un superávit fiscal".
No obstante, por lo planteado discursivamente, la agenda del Gobierno de Milei es más extrema "y más cruda" que la del FMI con relación a las reformas que propone y a los plazos para su aprobación, acusó el experto argentino.
"Quiere reformar mucho, rápido y sin consensuar, sin tomar en cuenta las diferentes posiciones comprensibles que hay sobre temas complejos y controversiales en una democracia", manifestó Nemiña.
De acuerdo al analista, "si la idea del Gobierno es imponer cambios en el Congreso, estamos frente a una situación autoritaria, lo cual es preocupante, pero además poco sostenible en términos políticos".
Según el sociólogo argentino, el FMI puede "generar una preocupación adicional" al sentarse a negociar con un Gobierno que, "por su tozudez", firme acuerdos "que no es capaz de implementar en la práctica" y que llevan a una situación autoritaria, "que erosiona su disposición y, por ende, la eficacia con el programa para contribuir a la estabilización".
Por ello, es importante que el FMI incorpore en el diálogo con el Gobierno de Milei "el análisis no sólo de cuál es la agenda de reformas, sino cómo se van a implementar, cómo se van a construir las mayorías y cómo se van a tomar en cuenta las opiniones de las diferentes voces de la sociedad", concluyó Nemiña.
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