Histórico: Colombia pide perdón por las ejecuciones extrajudiciales de 2004 a 2010
Histórico: Colombia pide perdón por las ejecuciones extrajudiciales de 2004 a 2010
Sputnik Mundo
En un acto emotivo, el presidente Gustavo Petro y su ministro de Defensa, Iván Velásquez, se disculparon con los familiares de las 6.402 víctimas que fueron... 04.10.2023, Sputnik Mundo
Jacqueline Castillo, vocera de Asociación de las Madres Víctimas de los Falsos Positivos (Mafapo), habla con más tranquilidad que antes. Pero esto no quiere decir que el dolor se haya ido, ni mucho menos. Solo que su lucha, y la de más familiares, empezó a obtener respuestas, y con las respuestas algunos culpables de las ejecuciones extrajudiciales que vivió Colombia entre 2004 y 2010, jóvenes de bajos recursos engañados con propuestas de trabajo y que fueron asesinados por el Ejército y mostrados como guerrilleros dados de baja en combate.A esta práctica, que ocurrió en el Gobierno de Álvaro Uribe Vélez (2002-2010), se le conoce como falsos positivos, la orden de los altos mandos militares por obtener resultados, a toda costa, en el campo de batalla. Por estos hechos, la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP), tribunal que nació del Acuerdo de Paz entre el Estado y la extinta guerrilla de las FARC (2016), ha realizado varias audiencias en las que militares, de todos los rangos, confesaron sus crímenes.Jacqueline es hermana de Jaime, un hombre que limpiaba los vidrios de los carros en el norte de Bogotá, desaparecido el 10 de agosto de 2008 y reportado como un guerrillero muerto dos días después en Ocaña, Norte de Santander (nororiente del país)."Este acto es muy importante para los familiares de las 6.402 víctimas de los falsos positivos, quienes hemos atravesado una lucha incansable por demostrar que no fueron hechos aislados, que se trató de una práctica sistemática del Estado. Y que esto fue más allá de unas 'manzanas podridas' al interior de las Fuerzas Militares", añade la vocera de Mafapo.Castillo también se refirió a los Gobiernos anteriores, administraciones que ni siquiera las escucharon, que se dedicaron a ignorar lo sucedido y a proteger a los autores materiales e intelectuales. "Eso fue lo más doloroso: que nos ignoraron. Por eso aplaudo este tipo de reparaciones, porque es una manera de ir más allá del perdón. Estamos avanzando con el Gobierno del presidente Petro para crear un monumento en Soacha [población limítrofe con Bogotá] de donde fueron la mayoría de las víctimas. Será un lugar de memoria espectacular", agregó.Por último, Castillo quiere que su voz, que es la voz de todas, se escuche en toda Colombia y que quienes han sufrido de situaciones similares, y no las han denunciado, tomen valor y lo hagan.Una jornada nostálgicaDesde muy temprano, las madres de Mafapo llegaron a la Plaza de Bolívar, en el corazón de Bogotá, con sus pancartas, las fotos de sus familiares, y la expectativa de un acto público sin precedentes.Ya en horas de la tarde, madres, padres, hermanos y hermanas, incluso hijos, contaron, uno a uno, la última vez que vieron a sus familiares. Hubo lágrimas, rabia de algunos que no pudieron contenerse y un aire de indignación colectiva. Durante dos horas, las voces escuchadas fueron de quienes estuvieron en silencio tanto tiempo.Seguido, con una intervención diáfana, el ministro de Defensa, Iván Velásquez, pidió perdón por los crímenes cometidos. Y, de paso, leyó los nombres de 19 de las 6.402 víctimas de estas prácticas."Acompañamos a los familiares en la búsqueda de la verdad, porque sin la verdad total es muy complicado pedirles a ustedes que perdonen. Hoy, comprometidos con la verdad y la justicia, nos presentamos ante las víctimas, ante la sociedad colombiana, nos presentamos ante la comunidad para decir perdón. Esto nunca debió ocurrir y no podrá volver a ocurrir", dijo en tarima el ministro Velásquez.Después, Jacqueline Castillo tomó el micrófono y pidió al Gobierno del presidente Petro que protegiera a las víctimas, que ayudara a no olvidar su memoria y a la reconstrucción de los hechos para que las generaciones futuras sepan que en Colombia hombres inocentes murieron por culpa de una política de resultados exigida a las Fuerzas Militares. "Nos los arrebataron, así, de pronto, y nunca pensaron que el daño duraría para siempre. Ni falsos, ni positivos".Ya en la noche, y como se había comprometido por redes sociales, el presidente Petro llegó al evento, pidió disculpas por la demora —estaba atendiendo agenda en el suroccidente del país— y comenzó su intervención.Por último, Petro agradeció el trabajo de los magistrados de la JEP, y les pidió que fueran más allá para destapar lo que el país todavía no conoce, por el bienestar de los familiares y de la sociedad misma. "Necesitamos que en Colombia fluya la vida después de tanta muerte. En Alemania lo hicieron, en España también. Acá podemos hacerlo", concluyó.
En un acto emotivo, el presidente Gustavo Petro y su ministro de Defensa, Iván Velásquez, se disculparon con los familiares de las 6.402 víctimas que fueron asesinadas por las Fuerzas Militares y falsamente presentadas como combatientes, durante el conflicto armado en el país.
Jacqueline Castillo, vocera de Asociación de las Madres Víctimas de los Falsos Positivos (Mafapo), habla con más tranquilidad que antes. Pero esto no quiere decir que el dolor se haya ido, ni mucho menos. Solo que su lucha, y la de más familiares, empezó a obtener respuestas, y con las respuestas algunos culpables de las ejecuciones extrajudiciales que vivió Colombia entre 2004 y 2010, jóvenes de bajos recursos engañados con propuestas de trabajo y que fueron asesinados por el Ejército y mostrados como guerrilleros dados de baja en combate.
A esta práctica, que ocurrió en el Gobierno de Álvaro Uribe Vélez (2002-2010), se le conoce como falsos positivos, la orden de los altos mandos militares por obtener resultados, a toda costa, en el campo de batalla. Por estos hechos, la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP), tribunal que nació del Acuerdo de Paz entre el Estado y la extinta guerrilla de las FARC (2016), ha realizado varias audiencias en las que militares, de todos los rangos, confesaron sus crímenes.
Jacqueline es hermana de Jaime, un hombre que limpiaba los vidrios de los carros en el norte de Bogotá, desaparecido el 10 de agosto de 2008 y reportado como un guerrillero muerto dos días después en Ocaña, Norte de Santander (nororiente del país).
"Ha sido más de una década de negacionismo. Y en este momento podemos decir, con la cabeza en alto, que teníamos la razón. Que por lo que nos tildaron como locas fueron hechos reales y crímenes de Estado", le dice Jacqueline a Sputnik antes del acto de excusas públicas al que convocó el Gobierno de Gustavo Petro.
"Este acto es muy importante para los familiares de las 6.402 víctimas de los falsos positivos, quienes hemos atravesado una lucha incansable por demostrar que no fueron hechos aislados, que se trató de una práctica sistemática del Estado. Y que esto fue más allá de unas 'manzanas podridas' al interior de las Fuerzas Militares", añade la vocera de Mafapo.
Castillo también se refirió a los Gobiernos anteriores, administraciones que ni siquiera las escucharon, que se dedicaron a ignorar lo sucedido y a proteger a los autores materiales e intelectuales. "Eso fue lo más doloroso: que nos ignoraron. Por eso aplaudo este tipo de reparaciones, porque es una manera de ir más allá del perdón. Estamos avanzando con el Gobierno del presidente Petro para crear un monumento en Soacha [población limítrofe con Bogotá] de donde fueron la mayoría de las víctimas. Será un lugar de memoria espectacular", agregó.
Por último, Castillo quiere que su voz, que es la voz de todas, se escuche en toda Colombia y que quienes han sufrido de situaciones similares, y no las han denunciado, tomen valor y lo hagan.
"Estamos dispuestas a perdonar, a reconstruir el tejido social y a avanzar para dejarle un mejor futuro a los jóvenes que vienen. Pero, ojo, esto nunca se puede olvidar", afirma.
Una jornada nostálgica
Desde muy temprano, las madres de Mafapo llegaron a la Plaza de Bolívar, en el corazón de Bogotá, con sus pancartas, las fotos de sus familiares, y la expectativa de un acto público sin precedentes.
Ya en horas de la tarde, madres, padres, hermanos y hermanas, incluso hijos, contaron, uno a uno, la última vez que vieron a sus familiares. Hubo lágrimas, rabia de algunos que no pudieron contenerse y un aire de indignación colectiva. Durante dos horas, las voces escuchadas fueron de quienes estuvieron en silencio tanto tiempo.
Seguido, con una intervención diáfana, el ministro de Defensa, Iván Velásquez, pidió perdón por los crímenes cometidos. Y, de paso, leyó los nombres de 19 de las 6.402 víctimas de estas prácticas.
"Acompañamos a los familiares en la búsqueda de la verdad, porque sin la verdad total es muy complicado pedirles a ustedes que perdonen. Hoy, comprometidos con la verdad y la justicia, nos presentamos ante las víctimas, ante la sociedad colombiana, nos presentamos ante la comunidad para decir perdón. Esto nunca debió ocurrir y no podrá volver a ocurrir", dijo en tarima el ministro Velásquez.
Después, Jacqueline Castillo tomó el micrófono y pidió al Gobierno del presidente Petro que protegiera a las víctimas, que ayudara a no olvidar su memoria y a la reconstrucción de los hechos para que las generaciones futuras sepan que en Colombia hombres inocentes murieron por culpa de una política de resultados exigida a las Fuerzas Militares. "Nos los arrebataron, así, de pronto, y nunca pensaron que el daño duraría para siempre. Ni falsos, ni positivos".
Ya en la noche, y como se había comprometido por redes sociales, el presidente Petro llegó al evento, pidió disculpas por la demora —estaba atendiendo agenda en el suroccidente del país— y comenzó su intervención.
"Es difícil entender esa mentalidad que tiende a la barbarie, en la especie humana. Aniquilarnos de manera masiva entre nosotros mismos. Lo que pasó con los falsos positivos fue una muestra de la necesidad de poder y codicia de unos pocos. Ustedes son las madres de la patria, las que quisieron silenciar. Transformaban sus palabras para hacerlas pasar por locas", dijo el mandatario colombiano en su intervención.
Y añadió: "La dignidad de los integrantes de las Fuerzas Militares es defender al pueblo que es, en otras palabras, defender la patria. Acá mataron por codicia. Es el momento de encontrar un espacio de reflexión, partiendo de saber toda la verdad. Es a partir de la verdad que podemos construir la reconciliación".
Por último, Petro agradeció el trabajo de los magistrados de la JEP, y les pidió que fueran más allá para destapar lo que el país todavía no conoce, por el bienestar de los familiares y de la sociedad misma. "Necesitamos que en Colombia fluya la vida después de tanta muerte. En Alemania lo hicieron, en España también. Acá podemos hacerlo", concluyó.
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