¿Qué son las municiones de racimo que EEUU entregará a Ucrania?

Las municiones de racimo, también llamadas de dispersión, pueden tomar la forma de bombas lanzadas desde aviones o proyectiles de artillería, así como misiles balísticos tácticos y contienen decenas o centenares de submuniciones o bombetas que se dispersan en un radio entre 200 y 400 metros al abrirse el compartimento correspondiente del proyectil.

Estas submuniciones tienen gran poder destructivo, pudiendo mutilar y matar a muchas personas de forma indiscriminada y perforar vehículos blindados. Algunas municiones han incorporado mecanismos para detectar el calor y caer directamente en objetivos precisos.

Aunque las tasas de fallo se sitúan entre el 2% y el 5% según los fabricantes, los especialistas en desminado informan de que estos índices oscilan entre el 10 y el 30%. Al tener un porcentaje de fallo tan alto, muchos artefactos explosivos pueden quedar sin explotar en el terreno, lo que supone un peligro para civiles en el futuro. Un gran número de víctimas colaterales son niños, que se ven atraídos a ellas por su forma llamativa de pelota de tenis o latas de refrescos.

A pesar de las importantes mejoras en los mecanismos de desactivación y autodestrucción, muchas organizaciones de derechos humanos siguen considerando esta clase de municiones como armas "inhumanas". Por ejemplo, el Comité Internacional de la Cruz Roja afirma que las submuniciones sin estallar han causado la muerte de más de 10.000 civiles en Laos.

La Convención sobre Municiones en Racimo, adoptada el 30 de mayo de 2008 en Dublín, es el único tratado internacional vinculante que prohíbe todo uso, transferencia, producción y almacenamiento de este tipo de armamento. Hasta abril de 2023, un total de 123 países están adheridos al documento, con 111 Estados que la ratificaron y 12 países que la firmaron, pero aún no la ratificaron. Cabe señalar que Ucrania, EEUU y Rusia no son signatarios del tratado.

Según medios de prensa, el Gobierno de Joe Biden anunciará el suministro de miles de proyectiles de racimo a Ucrania, solicitados por Kiev, como parte de un nuevo paquete de asistencia militar por unos 800 millones de dólares.

El tipo concreto de armas que se está enviando a Ucrania son las M864 y procede del arsenal de municiones convencionales mejoradas de doble propósito (DPICM) que el Ejército estadounidense se ha comprometido previamente a destruir. Pueden dispararse desde obuses de 155 mm y tienen 88 bombetas dentro de contenedores, cada una con un alcance letal de 10 metros cuadrados. Un proyectil puede cubrir un área de 30.000 metros cuadrados.

Biden debe firmar una exención presidencial para autorizar la exportación, según las leyes federales.

A principios de este año, el viceministro de Relaciones Exteriores de Rusia, Serguéi Riabkov, instó a EEUU a que no aumente las tensiones proporcionando a Ucrania ese tipo de municiones.

Washington accedería al pedido de Kiev debido a que las operaciones ofensivas de Ucrania contra Rusia se habrían estancado, y algunos funcionarios creen que las municiones de racimo podrían ser útiles para las fuerzas ucranianas.

De acuerdo con las Naciones Unidas, Ucrania ya utilizó este tipo de armamento sobre zonas civiles en la ciudad de Izium y sus alrededores en 2022, mientras la localidad estaba bajo el control ruso. A pesar de las claras pruebas y de los más de 100 testigos entrevistados que lo confirmaron, Ucrania emitió un breve comunicado en el que negaba haber utilizado municiones de racimo en la zona y sus alrededores, sin abordar las pruebas.