"Comunidades enteras viven del contrabando de combustible" entre Argentina y Paraguay
"Comunidades enteras viven del contrabando de combustible" entre Argentina y Paraguay
Sputnik Mundo
Millones de litros de gasolina ingresan cada mes desde Argentina a Paraguay de forma clandestina, lo que genera un alto impacto en el sector local. En diálogo... 04.07.2023, Sputnik Mundo
La Asociación de Propietarios y Operarios de Estaciones de Servicio y Afines de Paraguay (Apesa) denunció la creciente práctica de contrabando de combustible proveniente desde Argentina, que se interna de forma clandestina a través de las fronteras fluviales entre ambos países sudamericanos, esencialmente trazadas por las corrientes de los ríos Paraná, este paraguayo, y Paraguay, que atraviesa la nación guaraní de norte a sur, desde Brasil hasta la capital Asunción.Los 100 millones de litros de gasolina ilegal que entran al mes se traducen en una extraordinaria merma económica para el sector de distribución de combustibles en Paraguay, denunció el ente gremial al medio local El Nacional.En conversación con Sputnik, el doctor en criminología Juan Martens explicó que en Paraguay existen "comunidades enteras que hoy viven del contrabando de combustible". Por ese motivo, advirtió, se trata de "un problema social que no está siendo abordado para superarlo desde las instituciones del Estado".Según el experto, este tipo de actividades se vuelven importantes para esas comunidades porque "contribuyen a la generación de renta y movilizan la economía en la frontera paraguayo-argentina". Por ese motivo, incluso, terminan siendo "ejercidas públicamente y toleradas social e institucionalmente, a pesar de estar punidas conforme al derecho penal".En un artículo académico titulado Ilegalismos en contextos fronterizos entre Paraguay y Argentina. El caso de los combustibleros del Ñeembucú, Martens relevó que "la comercialización del combustible sustraído se realiza de manera pública en varios barrios de las ciudades y transportado diaria o semanalmente a otras regiones del país".El estudioso asegura en su investigación que "la represión del fenómeno es excepcional, debido al pago mensual de los empresarios del rubro a algunas autoridades, así como por la justificación de la práctica en el convencimiento de que genera mano de obra, posibilitando el sostenimiento de las familias".De todas maneras, el contrabando sí es visto como un problema por los propietarios de estaciones de servicio, que denuncian una baja en sus ventas como consecuencia del mercado ilegal."Hemos notado una disminución en las importaciones debido al menor consumo en las estaciones de servicio. Los números que manejamos indican una reducción de 80 millones de litros en los meses anteriores", dijo el presidente de Apesa, Miguel Corrales, a El Nacional. Dichas pérdidas equivalen a más de 650.000 millones de guaraníes (unos 90 millones de dólares).El gremio exigió a las autoridades locales el reforzamiento de los controles fronterizos con el fin de erradicar el ingreso ilegítimo de combustibles, que "afecta severamente a un sector que genera empleo formal y perjudica a la industria nacional en su conjunto".El contrabando de combustibles a través de las fronteras fluviales entre ambos países se enmarca en el margen de ganancia que deja el tipo de cambio imperante en Argentina, donde el litro de gasolina cuesta menos de la mitad que en Paraguay (0,35 y 1,12 dólares respectivamente).La Dirección General de Aduanas argentina subrayó que el contrabando de combustibles a través de los puestos fronterizos significa una violación al Código Aduanero. El organismo explicitó, asimismo, el enorme riesgo en términos de seguridad que implica el contrabando de combustible de forma artesanal, ante la posibilidad de explosiones y derrames.
Millones de litros de gasolina ingresan cada mes desde Argentina a Paraguay de forma clandestina, lo que genera un alto impacto en el sector local. En diálogo con Sputnik, el criminólogo paraguayo Juan Martens afirmó que se trata de "una práctica tolerada social e institucionalmente" a pesar de que existe una legislación que la sanciona.
La Asociación de Propietarios y Operarios de Estaciones de Servicio y Afines de Paraguay (Apesa) denunció la creciente práctica de contrabando de combustible proveniente desde Argentina, que se interna de forma clandestina a través de las fronteras fluviales entre ambos países sudamericanos, esencialmente trazadas por las corrientes de los ríos Paraná, este paraguayo, y Paraguay, que atraviesa la nación guaraní de norte a sur, desde Brasil hasta la capital Asunción.
Los 100 millones de litros de gasolina ilegal que entran al mes se traducen en una extraordinaria merma económica para el sector de distribución de combustibles en Paraguay, denunció el ente gremial al medio local El Nacional.
En conversación con Sputnik, el doctor en criminología Juan Martens explicó que en Paraguay existen "comunidades enteras que hoy viven del contrabando de combustible". Por ese motivo, advirtió, se trata de "un problema social que no está siendo abordado para superarlo desde las instituciones del Estado".
Según el experto, este tipo de actividades se vuelven importantes para esas comunidades porque "contribuyen a la generación de renta y movilizan la economía en la frontera paraguayo-argentina". Por ese motivo, incluso, terminan siendo "ejercidas públicamente y toleradas social e institucionalmente, a pesar de estar punidas conforme al derecho penal".
En un artículo académico titulado Ilegalismos en contextos fronterizos entre Paraguay y Argentina. El caso de los combustibleros del Ñeembucú, Martens relevó que "la comercialización del combustible sustraído se realiza de manera pública en varios barrios de las ciudades y transportado diaria o semanalmente a otras regiones del país".
El estudioso asegura en su investigación que "la represión del fenómeno es excepcional, debido al pago mensual de los empresarios del rubro a algunas autoridades, así como por la justificación de la práctica en el convencimiento de que genera mano de obra, posibilitando el sostenimiento de las familias".
"Varios de los involucrados en la cadena comercial, aunque reconocen algún grado de ilegalidad de su práctica, no se perciben como delincuentes, justificándola en la necesidad de empleo y la inexistencia de fuentes lícitas de trabajo", concluye el criminólogo paraguayo.
De todas maneras, el contrabando sí es visto como un problema por los propietarios de estaciones de servicio, que denuncian una baja en sus ventas como consecuencia del mercado ilegal.
"Hemos notado una disminución en las importaciones debido al menor consumo en las estaciones de servicio. Los números que manejamos indican una reducción de 80 millones de litros en los meses anteriores", dijo el presidente de Apesa, Miguel Corrales, a El Nacional. Dichas pérdidas equivalen a más de 650.000 millones de guaraníes (unos 90 millones de dólares).
El gremio exigió a las autoridades locales el reforzamiento de los controles fronterizos con el fin de erradicar el ingreso ilegítimo de combustibles, que "afecta severamente a un sector que genera empleo formal y perjudica a la industria nacional en su conjunto".
El contrabando de combustibles a través de las fronteras fluviales entre ambos países se enmarca en el margen de ganancia que deja el tipo de cambio imperante en Argentina, donde el litro de gasolina cuesta menos de la mitad que en Paraguay (0,35 y 1,12 dólares respectivamente).
La Dirección General de Aduanas argentina subrayó que el contrabando de combustibles a través de los puestos fronterizos significa una violación al Código Aduanero. El organismo explicitó, asimismo, el enorme riesgo en términos de seguridad que implica el contrabando de combustible de forma artesanal, ante la posibilidad de explosiones y derrames.
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