"La ONU se beneficia de las Misiones de paz": ¿y qué pasa con los países intervenidos?
"La ONU se beneficia de las Misiones de paz": ¿y qué pasa con los países intervenidos?
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Este 30 de junio expirará el mandato de la Misión Multidimensional Integrada de Estabilización (conocida como Minusma) de Naciones Unidas instalada en Malí... 27.06.2023, Sputnik Mundo
"El Gobierno de Malí pide la retirada sin demora de la Minusma", dijo el titular de Relaciones Exteriores del país africano, Abdoulaye Diop, en una reunión del Consejo de Seguridad de la ONU, y añadió que la Administración de su país está lista para cooperar con las Naciones Unidas en ese propósito. Asimismo, el funcionario africano recalcó que la misión no pudo solucionar adecuadamente los desafíos de seguridad en tal nación.La Minusma fue instituida por una resolución del Consejo de Seguridad de la ONU el 23 de abril de 2013. La misión responde por la protección de la población civil, la observancia de los derechos humanos y la creación de condiciones para la ayuda humanitaria.Actualmente, de acuerdo con datos de la Organización, en Malí hay 15.209 uniformados desplegados, de los cuales 13.289 son personal militar y el resto policiaco, de los llamados cascos azules. En esta misión, según cifras oficiales, 303 personas han perdido la vida. Con base en datos presentados por la misma ONU, en el caso de Minusma los países que más han contribuido con tropas son Chad (1.427 elementos), Bangladesh (1.396), Egipto (1.081), Senegal (970) y Nigeria (874).En entrevista con Sputnik, la académica del Centro de Relaciones Internacionales de la UNAM Sandra Kanety apunta que al hablar de las misiones de la paz de la ONU no podemos pasar por alto que estos mecanismos benefician principalmente, a la organización, pues con ellos se autofinancian el Consejo de Seguridad y las propias misiones.De acuerdo con Kanety, los países que son intervenidos con estas misiones en general no se ven beneficiados y, al contrario a la supuesta finalidad del mecanismo, quedan incluso en mayor estado de vulnerabilidad política, económica y social tras la participación de estos cuerpos de la ONU. Un ejemplo en la ficción es el que elabora el cineasta serbio Emir Kusturica en la cinta Underground, estrenada en 1995 y premiada con la Palma de Oro del Festival de Cannes, sobre la desintegración de Yugoslavia a finales del siglo XX, donde, entre los varios temas que aborda, retrata la connivencia de los cascos azules en el proceso de balcanización del otrora país unificado bajo el mandato de Josip Broz Tito.La académica mexicana destaca que, a pesar de que países africanos, asiáticos y americanos también forman parte de la ONU, lo cierto es que algunas naciones de estos tres continentes han sido blanco de estas misiones que, apunta, no han cumplido con su finalidad principal, que es la resolución de conflictos y la estabilización de las naciones. El caso de Haití, el más representativo en América Por 20 años, Haití tuvo en su tierra cinco misiones orquestadas por la ONU, mismas que, de acuerdo con Sandra Kanety, solo empeoraron la situación del país caribeño en todos los niveles. "Está documentado que luego de las operaciones de mantenimiento de la paz la violencia se ha exacerbado porque ahora tienen más armas, armas que no tenían y que metieron las tropas de las misiones de la paz, droga que no había y también metida por las tropas; además de las violaciones a mujeres y el nacimiento de niñas, niños por violaciones de los cascos azules, y el cólera que tampoco se conocía en la isla", sentencia. Además, Haití fue sede de la misión más larga de la historia desde que iniciaron estos mecanismos, pues la Misión de Estabilización de las Naciones Unidas en Haití (Minustah) se estableció el 1 de junio de 2004 y finalizó hasta octubre de 2017. De acuerdo con un estudio realizado por Sandra Kanety y la investigadora Adriana Franco, durante los 13 años que duró el mecanismo, hubo más de 7.000 efectivos militares, policiales y diplomáticos provenientes de Argentina, Bolivia, Brasil, Canadá, Chile, Colombia, Croacia, Ecuador, El Salvador, España, Estados Unidos, Filipinas, Francia, Guatemala, Honduras, Italia, Jordania, Nepal, Pakistán, Paraguay, Perú, República Dominicana, Sri Lanka y Uruguay, que se retirarían paulatinamente de Haití, dejando detrás un país quebrado que todavía no supera su crisis política ni humanitaria.Durante esta última, y extensa, misión de la ONU, el país isleño fue "intervenido por gobiernos, organismos internacionales y un creciente número de organizaciones civiles extranjeras" que trajeron consigo continuas y profundas crisis políticas y económicas. Para 2010, seis años después de instalada la misión, Haití se encontraba en la lista de los países con índice de desarrollo humano bajo, ocupando el lugar 145 de un total de 169, el único Estado de América Latina y el Caribe en estar en esta clasificación (PNUD, 2010), ocupada principalmente por países africanos. Con base en datos citados por las investigadoras, correspondientes al Banco Mundial, en ese año su Producto Interno Bruto (PIB) era de poco más de 6,6 billones de dólares y tenía 9 millones 949.322 habitantes; asimismo, mientras que su crecimiento demográfico fue de 1,5%, tuvo un decrecimiento económico de 3,1%. En este contexto, en ese mismo 2010, Haití sufrió un terremoto que acrecentó su vulnerabilidad y desigualdad.Desde 1948, año en el que se crearon las Misiones de Paz de la ONU, este organismo ha lanzado alrededor de 70 operaciones de este tipo, según datos oficiales. De entre tal cifra, 12 están en curso, con despliegue de 88.722 elementos de los llamados cascos azules.Con base en la información compartida por la misma ONU, de la docena de misiones que se realizan actualmente, la mitad se encuentra en África, en donde hay más de 75.000 elementos desplegados, entre tropas, civiles, policías y voluntarios.Según cifras del organismo, al menos 58 misiones han sido ya finalizadas. La extensa mayoría se realizaron en África (24), continente seguido de América y Asia, con particularidad en la región Pacífico.
Este 30 de junio expirará el mandato de la Misión Multidimensional Integrada de Estabilización (conocida como Minusma) de Naciones Unidas instalada en Malí. Ante ello, el Gobierno del país africano ha exigido la retirada urgente de los participantes de la operación, un mecanismo que, de acuerdo con expertos, no ha sido efectivo.
"El Gobierno de Malí pide la retirada sin demora de la Minusma", dijo el titular de Relaciones Exteriores del país africano, Abdoulaye Diop, en una reunión del Consejo de Seguridad de la ONU, y añadió que la Administración de su país está lista para cooperar con las Naciones Unidas en ese propósito. Asimismo, el funcionario africano recalcó que la misión no pudo solucionar adecuadamente los desafíos de seguridad en tal nación.
La Minusma fue instituida por una resolución del Consejo de Seguridad de la ONU el 23 de abril de 2013. La misión responde por la protección de la población civil, la observancia de los derechos humanos y la creación de condiciones para la ayuda humanitaria.
Actualmente, de acuerdo con datos de la Organización, en Malí hay 15.209 uniformados desplegados, de los cuales 13.289 son personal militar y el resto policiaco, de los llamados cascos azules. En esta misión, según cifras oficiales, 303 personas han perdido la vida.
Con base en datos presentados por la misma ONU, en el caso de Minusma los países que más han contribuido con tropas son Chad (1.427 elementos), Bangladesh (1.396), Egipto (1.081), Senegal (970) y Nigeria (874).
En entrevista con Sputnik, la académica del Centro de Relaciones Internacionales de la UNAM Sandra Kanety apunta que al hablar de las misiones de la paz de la ONU no podemos pasar por alto que estos mecanismos benefician principalmente, a la organización, pues con ellos se autofinancian el Consejo de Seguridad y las propias misiones.
"La ONU se beneficia de las operaciones de mantenimiento de la paz porque así se está autofinanciando también el Consejo de Seguridad y las misiones de paz. Todos los Estados pagan una cuota por ser miembros de Naciones Unidas y la cuota se tiene que pagar con dinero o con tropas, en el caso particular de las operaciones de mantenimiento de la paz, por eso es que los países más pobres contribuyen con tropas, no con dinero, como sí lo hacen los países que tienen un mejor nivel de vida", destaca la especialista.
De acuerdo con Kanety, los países que son intervenidos con estas misiones en general no se ven beneficiados y, al contrario a la supuesta finalidad del mecanismo, quedan incluso en mayor estado de vulnerabilidad política, económica y social tras la participación de estos cuerpos de la ONU.
Un ejemplo en la ficción es el que elabora el cineasta serbio Emir Kusturica en la cinta Underground, estrenada en 1995 y premiada con la Palma de Oro del Festival de Cannes, sobre la desintegración de Yugoslavia a finales del siglo XX, donde, entre los varios temas que aborda, retrata la connivencia de los cascos azules en el proceso de balcanización del otrora país unificado bajo el mandato de Josip Broz Tito.
La académica mexicana destaca que, a pesar de que países africanos, asiáticos y americanos también forman parte de la ONU, lo cierto es que algunas naciones de estos tres continentes han sido blanco de estas misiones que, apunta, no han cumplido con su finalidad principal, que es la resolución de conflictos y la estabilización de las naciones.
El caso de Haití, el más representativo en América
Por 20 años, Haití tuvo en su tierra cinco misiones orquestadas por la ONU, mismas que, de acuerdo con Sandra Kanety, solo empeoraron la situación del país caribeño en todos los niveles.
"Está documentado que luego de las operaciones de mantenimiento de la paz la violencia se ha exacerbado porque ahora tienen más armas, armas que no tenían y que metieron las tropas de las misiones de la paz, droga que no había y también metida por las tropas; además de las violaciones a mujeres y el nacimiento de niñas, niños por violaciones de los cascos azules, y el cólera que tampoco se conocía en la isla", sentencia.
Además, Haití fue sede de la misión más larga de la historia desde que iniciaron estos mecanismos, pues la Misión de Estabilización de las Naciones Unidas en Haití (Minustah) se estableció el 1 de junio de 2004 y finalizó hasta octubre de 2017.
De acuerdo con un estudio realizado por Sandra Kanety y la investigadora Adriana Franco, durante los 13 años que duró el mecanismo, hubo más de 7.000 efectivos militares, policiales y diplomáticos provenientes de Argentina, Bolivia, Brasil, Canadá, Chile, Colombia, Croacia, Ecuador, El Salvador, España, Estados Unidos, Filipinas, Francia, Guatemala, Honduras, Italia, Jordania, Nepal, Pakistán, Paraguay, Perú, República Dominicana, Sri Lanka y Uruguay, que se retirarían paulatinamente de Haití, dejando detrás un país quebrado que todavía no supera su crisis política ni humanitaria.
Durante esta última, y extensa, misión de la ONU, el país isleño fue "intervenido por gobiernos, organismos internacionales y un creciente número de organizaciones civiles extranjeras" que trajeron consigo continuas y profundas crisis políticas y económicas.
Para 2010, seis años después de instalada la misión, Haití se encontraba en la lista de los países con índice de desarrollo humano bajo, ocupando el lugar 145 de un total de 169, el único Estado de América Latina y el Caribe en estar en esta clasificación (PNUD, 2010), ocupada principalmente por países africanos.
Con base en datos citados por las investigadoras, correspondientes al Banco Mundial, en ese año su Producto Interno Bruto (PIB) era de poco más de 6,6 billones de dólares y tenía 9 millones 949.322 habitantes; asimismo, mientras que su crecimiento demográfico fue de 1,5%, tuvo un decrecimiento económico de 3,1%.
En este contexto, en ese mismo 2010, Haití sufrió un terremoto que acrecentó su vulnerabilidad y desigualdad.
"Cierto es que la Misión no logró proporcionar estabilidad al país ni coadyuvar a los objetivos de seguridad y desarrollo; por el contrario, ha sido una de las misiones de paz más cuestionadas por las múltiples y graves acusaciones sobre violación a derechos humanos, abuso sexual, prostitución y diseminación de enfermedades que han costado muchos recursos, humanos y materiales, al pueblo haitiano, sumiéndolo aún más en la pobreza", señalan las investigadores en su estudio publicado por la Escuela Latinoamericana de Cooperación y Desarrollo (ELACID) con sede en Colombia.
Desde 1948, año en el que se crearon las Misiones de Paz de la ONU, este organismo ha lanzado alrededor de 70 operaciones de este tipo, según datos oficiales. De entre tal cifra, 12 están en curso, con despliegue de 88.722 elementos de los llamados cascos azules.
Con base en la información compartida por la misma ONU, de la docena de misiones que se realizan actualmente, la mitad se encuentra en África, en donde hay más de 75.000 elementos desplegados, entre tropas, civiles, policías y voluntarios.
Según cifras del organismo, al menos 58 misiones han sido ya finalizadas. La extensa mayoría se realizaron en África (24), continente seguido de América y Asia, con particularidad en la región Pacífico.
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