"El éxodo está cerca"
Qué sucede en Márinka, una zona clave del campo de batalla por la región de Donetsk
La mayoría de las posiciones de las FFAA ucranianas en la ciudad de Márinka están bajo alcance directo del Ejército ruso, declaró el jefe de la república popular de Donetsk (RPD), Denís Pushilin. En esta localidad hay importantes posiciones de Kiev y la ciudad de Donetsk es bombardeada regularmente con fuego de artillería desde allí.
"En cuanto a la dirección de Márinka, 50 de las 59 cuadras están bajo el control de nuestras unidades", aseguró Pushilin.
En sus palabras, prácticamente todas las posiciones de los militares ucranianos están a la vista de las fuerzas rusas. Sin embargo, las tropas de Kiev continúan trasladando reservas a la ciudad.
Sputnik te acerca cómo se viven los combates por la ciudad desde el lugar de los hechos.
Las FFAA rusas están expulsando gradualmente al Ejército ucraniano de Donetsk. En estos momentos se están librando intensos combates por Márinka casa a casa. El trabajo principal lo están realizando las unidades de asalto. Y ¿qué pasa ahora en la parte clave del campo de batalla?
"Gracias a la espesa niebla, es relativamente seguro entrar en las posiciones (…) Solemos hacerlo al anochecer. Y, por regla general, solemos hacer recorridos cortos. La distancia entre nuestras posiciones y las ucranianas es en algunos lugares de solo 100 metros", revela un soldado ruso con el nombre clave de Grinia.
Un soldado en Márinka afectado por los bombardeos de las FFAA ucranianas
© Sputnik / Evgeny Biyatov
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Destrucción en Márinka, república popular de Donetsk
© Sputnik / Evgeny Biyatov
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Daños en un edificio durante un bombardeo de las FFAA ucranianas a la ciudad de Márinka, cerca de Donetsk
© Sputnik / Mikhail Voskresensky
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Un soldado en Márinka afectado por los bombardeos de las FFAA ucranianas
© Sputnik / Evgeny Biyatov
/ Destrucción en Márinka, república popular de Donetsk
© Sputnik / Evgeny Biyatov
/ Daños en un edificio durante un bombardeo de las FFAA ucranianas a la ciudad de Márinka, cerca de Donetsk
© Sputnik / Mikhail Voskresensky
/ Sin embargo, el tiempo juega también a favor de las Fuerzas Armadas ucranianas que rotan sus refuerzos y trasladan municiones.
"Cuando la visibilidad es buena, incluso las pequeñas concentraciones de hombres o equipos son cubiertas inmediatamente por morteros, artillería, tanques (…) Al anochecer tenemos que ocupar cuatro edificios (…) En cuanto se despeje la niebla, 'volaremos' de reconocimiento. Luego intentaremos atacarlos con granadas, bombas caseras, además de lanzar un par de drones kamikaze", explica el militar.
Un dron con una bomba antes de despegar
© Sputnik / Mikhail Kevkhiev
Aquí los drones más caros son un "artículo de consumo", aclara el comandante Mijaíl.
"Es mucho más importante salvar la vida de los chicos con este hierro volador", declara.
Dron kamikaze
© Sputnik / Mikhail Kevkhiev
Militares rusos se preparan para lanzar drones kamikaze
© Sputnik / Mikhail Kevkhiev
Los militares rusos se preparan para el asalto
© Sputnik / Mikhail Kevkhiev
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Dron kamikaze
© Sputnik / Mikhail Kevkhiev
Militares rusos se preparan para lanzar drones kamikaze
© Sputnik / Mikhail Kevkhiev
Los militares rusos se preparan para el asalto
© Sputnik / Mikhail Kevkhiev
El efecto sorpresa
La batalla por Márinka comenzó el verano de 2022. Las tropas rusas se han afianzado en el nuevo territorio, tomando el control de varios barrios del este. Los combates en esta ciudad son encarnizados, según los militares rusos. Hace tiempo que no hay civiles en el asentamiento y no queda ni una sola casa intacta.
"Al principio avanzamos mucho (…) Personalmente, prefería los asaltos nocturnos. Hay un efecto sorpresa", recuerda el soldado ruso Gastón.
Tulipanes frente los edificios destruidos
© Sputnik / Mikhail Kevkhiev
Sin embargo, las FFAA ucranianas no tardaron en adaptarse equipando a los soldados con cámaras de imagen térmica e instalando detectores de movimiento por todas partes. Colgaron cámaras de visión nocturna en las casas y el progreso se ralentizó, afirma.
"Cuando se retiran, explotan tres o cuatro casas delante de ellos (…) Crean una supuesta zona de seguridad, donde pueden ver todos nuestros movimientos y luego nos atacan (…) O, por el contrario, nos dejan acercarnos a dos o tres metros y nos disparan prácticamente a bocajarro", comparte el comandante de la compañía.
Soldado frente los edificios destruidos
© Sputnik / Mikhail Kevkhiev
Según el soldado de asalto, en Márinka operan varias unidades de Kiev: infantes de marina, la Guardia Nacional y batallones de mercenarios, pero los hombres movilizados se lanzan a la primera línea.
Gastón lleva ocho años combatiendo y practicó en muchas operaciones importantes, incluida la toma de Mariúpol. El soldado fue herido más de una vez y podría haberse retirado fácilmente por motivos de salud, pero se quedó.
Equipo militar estadounidense destruido
© Sputnik / Mikhail Kevkhiev
Primera fase
Gastón y su ayudante Prapor, en el oscuro sótano bajo la tenue luz de una lámpara, marcan con cruces en un mapa el sector en el que van a trabajar. Luego comprueban la conexión con el escuadrón que en media hora saldrá al ataque.
"El reconocimiento aéreo mostró que hay cuatro soldados ucranianos en el sótano de una de las casas", informa el soldado.
Soldados rusos
© Sputnik / Mikhail Kevkhiev
"Resisten ferozmente, no retroceden. Una vez tomaron dos prisioneros. Les preguntaron por qué no se retiraron cuando tuvieron la oportunidad. Respondieron que había barreras de mercenarios detrás de ellos. Si esto es cierto o no, no lo sé, pero es muy posible", añade Gastón.
Como en cualquier asalto hay un preludio de artillería, continúa al señalar que un dron kamikaze sale volando y un minuto después deja caer una carga de plastidio de 200 gramos sobre una de las fortificaciones.
"Hay un fuerte viento que les impide planear sobre el punto y apuntar correctamente. Por eso el error es de cuatro o cinco metros", explica Grinia.
Realidad virtual
Una hora más tarde, entra en juego la infantería. Aquí tampoco faltan los helicópteros. Un dron sobrevuela las posiciones y Prapor, mirando la pantalla de un teléfono conectado a un joystick, coordina en directo las acciones de los soldados.
"Encuentra y destruye esa maldita ametralladora (…) Intenta llegar al primer punto y desde allí lanza granadas al sótano adyacente. Tienes cobertura en los flancos. Muévanse rápido", ordena Prapor.
Al segundo siguiente, varias figuras pequeñas aparecen en la pantalla y, como en una simulación por ordenador, cruzan la calle corriendo una a una. Junto a ellos se levantan columnas de humo y polvo: es la forma que tiene el Ejército estadounidense de lanzar minas contra los soldados de asalto. Los cazas vuelven a sus posiciones originales.
El territorio está siendo alcanzado por la artillería de 152 mm de las FFAA ucranianas en dos andanadas, destruyendo los restos de las casas.
"[Ucrania] está disparando con mucha precisión, así que seguro que no podremos levantar cabeza en la próxima hora", advierte Prapor refugiándose de nuevo en el sótano.
Placa destruida del distrito de Márinka
© Sputnik / Mikhail Kevkhiev
Vidas salvadas
Las FFAA rusas asaltaron las cuatro casas varias veces ese día. Sin embargo, no pudieron superar el fuego de mortero. Varios de los atacantes sufrieron heridas leves. No obstante, se atrincheraron en uno de los sótanos. Ahora será mucho más fácil repeler los contraataques.
"Hay una razón por la que combaten por este sitio (…) Está en una colina, se puede ver toda Márinka a simple vista. Pero nos estamos acercando. En definitiva, se acerca un punto de inflexión. También es importante que nuestros métodos vayan mejorando poco a poco", señala Gastón.
En primer lugar, gracias a los drones. Los utilizaron para reconocer la zona, proporcionar apoyo de fuego y corregir las acciones de los combatientes. Y les salvaron la vida, concluye el soldado.
Un soldado muestra los alrededores de Márinka
© Sputnik / Mikhail Kevkhiev
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