Bolivia, entre la espada y la pared por la subvención a los hidrocarburos
Bolivia, entre la espada y la pared por la subvención a los hidrocarburos
Sputnik Mundo
Desde hace más de 20 años, el Estado boliviano compra gasolina y diésel a precios internacionales para venderlos en el país con un subsidio del 50%. El... 25.04.2023, Sputnik Mundo
En Bolivia, el litro de gasolina o diésel cuesta 3,72 pesos bolivianos (54 centavos de dólar). Aproximadamente la mitad de este precio es subsidiado desde hace más de dos décadas por el Estado boliviano, lo cual constituye una pérdida permanente para la economía local.El expresidente Evo Morales (2006-2019) sugirió recientemente a su sucesor en el cargo, Luis Arce, eliminar esta subvención a los combustibles, lo cual fue rechazado por el actual mandatario por los efectos sociales que tendría.El 26 de diciembre de 2010, Morales instruyó quitar esta subvención. Como respuesta, las manifestaciones y bloqueos, liderados por los gremios de transportistas, paralizaron el país. En la noche del 31 de diciembre el entonces presidente anunció que daba marcha atrás con esta medida y que seguiría vigente el precio subsidiado.Del tema no se habló más, pero año tras año aumenta el costo de esta subvención para el Estado, ante el inevitable crecimiento del parque automotor boliviano. Según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), Bolivia importó en 2022 combustibles y lubricantes por 4.365 millones de dólares, mientras las exportaciones de gas llegaron a los 3.088 millones. Una pérdida en la balanza de más de 1.276 millones de dólares.Hubo un tiempo, en la década de 1970, en que Bolivia llegaba a refinar los hidrocarburos para alimentar un parque automotor nacional que estaba por debajo de los 250.000 vehículos. Además, le alcanzaba para exportar. Pero en 2023, con más de 2 millones de autos en las calles, el requerimiento de combustibles está lejos de dar abasto.La falta de exploración y explotación de hidrocarburos en Bolivia determinó los actuales bajos niveles. Hoy, cada día se extraen 15,4 millones de metros cúbicos, mientras en 2015 se habían superado los 22 millones de metros cúbicos diarios."Por un lado está la disminución en la producción de petróleo. Por otro, el incremento del parque automotor nacional. Eso nos ha llevado a incrementar la importación de combustible", explicó Rodas, quien fue viceministro de Régimen Interior a comienzos del Gobierno de Arce, entre 2020 y 2021.La importación de combustibles llegó a 4.365 millones de dólares en 2022, según el ministro de Hidrocarburos, Franklin Molina.La subvención a los combustibles fue establecida en 2000, durante el Gobierno de Hugo Banzer, presidente de facto entre 1971 y 1978 y mandatario elegido democráticamente entre 1997 y 2001.Elementos en conflictoPara el analista, hay una salida estructural, pero es muy difícil de aplicar en el corto plazo. Explicó que hay dos elementos de la economía que han sido determinantes durante los gobiernos del Movimiento al Socialismo (MAS), el partido de Morales y Arce. "Una es la subvención de hidrocarburos. Otro, la estabilidad cambiaria. Cualquier variación en alguna de las dos tendría consecuencias políticas fuertes, porque gran parte de la competitividad está sustentada en la subvención", detalló Rueda.Desde que el expresidente Morales reflotó el debate sobre los subsidios a los combustibles, surgieron propuestas de varios sectores. La que gana más terreno es la del MAS, que sugiere quitar el beneficio a los empresarios agroindustriales de Santa Cruz, quienes capitalizan este apoyo del Estado.Rodas, quien vive en Santa Cruz, comentó que "nuestras exportaciones de soya el año pasado llegaron a 3.000 millones de dólares. Gran parte de esa ganancia se sustentó en la subvención a los combustibles".Desarrollo de biocombustiblesTras la recomendación de Morales, el presidente Arce aclaró que la subvención a los combustibles continuará. De todos modos, la Confederación de Choferes de Bolivia advirtió que rechaza cualquier intento de aumentar el precio de la gasolina y el diésel.En varias ocasiones, el presidente Arce, quien fue titular del Ministerio de Economía y Finanzas Públicas con Morales, afirmó que el desarrollo de biocombustibles ayudaría al país a salir de esta encrucijada. Hay en marcha varios proyectos para la construcción de plantas para la producción de combustibles a partir de aceites vegetales.Está proyectado que hasta 2026 "tengamos en funcionamiento tres plantas de producción de biocombustibles, que van reducir en cerca de 600 millones de dólares la importación de combustibles", informó Rodas.Como medida a corto plazo, el ex viceministro coincidió con la propuesta que tiene el Ministerio de Hidrocarburos: usar los ductos que van a Argentina y Brasil para importar petróleo crudo, refinarlo en Bolivia y así reducir los costos de subvención.Rodas explicó que Bolivia posee dos refinerías, en los departamentos de Cochabamba y Santa Cruz, que actualmente funcionan al 30% por falta de petróleo."Se calcula que esa operación nos permitiría ahorrarnos entre 250 y 300 millones de dólares. Es una medida inmediata. Pero calculo que este 2023 vamos a cerrar con una subvención cercana a los 2.000 millones de dólares", indicó.
Desde hace más de 20 años, el Estado boliviano compra gasolina y diésel a precios internacionales para venderlos en el país con un subsidio del 50%. El Gobierno busca alternativas para dejar atrás esta medida, que cuesta a las arcas públicas más de 1.000 millones de dólares cada año.
En Bolivia, el litro de gasolina o diésel cuesta 3,72 pesos bolivianos (54 centavos de dólar). Aproximadamente la mitad de este precio es subsidiado desde hace más de dos décadas por el Estado boliviano, lo cual constituye una pérdida permanente para la economía local.
El expresidente Evo Morales (2006-2019) sugirió recientemente a su sucesor en el cargo, Luis Arce, eliminar esta subvención a los combustibles, lo cual fue rechazado por el actual mandatario por los efectos sociales que tendría.
Para derechistas que les gusta tergiversar repito lo que declaré en @RKCnoticias: "Debe haber subvención, pero tampoco puede ser exagerado, una subvención exagerada es cáncer para nuestra economía. Eso es una sangría. Entonces hay que ver cómo eliminar (esa subvención exagerada)"
El 26 de diciembre de 2010, Morales instruyó quitar esta subvención. Como respuesta, las manifestaciones y bloqueos, liderados por los gremios de transportistas, paralizaron el país. En la noche del 31 de diciembre el entonces presidente anunció que daba marcha atrás con esta medida y que seguiría vigente el precio subsidiado.
Del tema no se habló más, pero año tras año aumenta el costo de esta subvención para el Estado, ante el inevitable crecimiento del parque automotor boliviano. Según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), Bolivia importó en 2022 combustibles y lubricantes por 4.365 millones de dólares, mientras las exportaciones de gas llegaron a los 3.088 millones. Una pérdida en la balanza de más de 1.276 millones de dólares.
Hubo un tiempo, en la década de 1970, en que Bolivia llegaba a refinar los hidrocarburos para alimentar un parque automotor nacional que estaba por debajo de los 250.000 vehículos. Además, le alcanzaba para exportar. Pero en 2023, con más de 2 millones de autos en las calles, el requerimiento de combustibles está lejos de dar abasto.
Así lo explicó a Sputnik el analista Emilio Rodas: "No tenemos muchas reservas de petróleo pesado, que se usa para la producción de diésel y gasolina. En los años 70 llegamos a ser autosuficientes e incluso exportamos".
La falta de exploración y explotación de hidrocarburos en Bolivia determinó los actuales bajos niveles. Hoy, cada día se extraen 15,4 millones de metros cúbicos, mientras en 2015 se habían superado los 22 millones de metros cúbicos diarios.
"Por un lado está la disminución en la producción de petróleo. Por otro, el incremento del parque automotor nacional. Eso nos ha llevado a incrementar la importación de combustible", explicó Rodas, quien fue viceministro de Régimen Interior a comienzos del Gobierno de Arce, entre 2020 y 2021.
La importación de combustibles llegó a 4.365 millones de dólares en 2022, según el ministro de Hidrocarburos, Franklin Molina.
"Pagamos a precio internacional y vendemos a precio subvencionado. Nuestro precio es la mitad del precio comercial de cualquiera de nuestros vecinos. Eso, por supuesto, es una carga muy pesada que se ha ido incrementando y no parece que vaya a disminuir, porque el parque automotor sigue creciendo", advirtió Rodas.
La subvención a los combustibles fue establecida en 2000, durante el Gobierno de Hugo Banzer, presidente de facto entre 1971 y 1978 y mandatario elegido democráticamente entre 1997 y 2001.
Para el analista, hay una salida estructural, pero es muy difícil de aplicar en el corto plazo. Explicó que hay dos elementos de la economía que han sido determinantes durante los gobiernos del Movimiento al Socialismo (MAS), el partido de Morales y Arce.
"Una es la subvención de hidrocarburos. Otro, la estabilidad cambiaria. Cualquier variación en alguna de las dos tendría consecuencias políticas fuertes, porque gran parte de la competitividad está sustentada en la subvención", detalló Rueda.
Desde que el expresidente Morales reflotó el debate sobre los subsidios a los combustibles, surgieron propuestas de varios sectores. La que gana más terreno es la del MAS, que sugiere quitar el beneficio a los empresarios agroindustriales de Santa Cruz, quienes capitalizan este apoyo del Estado.
Rodas, quien vive en Santa Cruz, comentó que "nuestras exportaciones de soya el año pasado llegaron a 3.000 millones de dólares. Gran parte de esa ganancia se sustentó en la subvención a los combustibles".
"La soya boliviana es competitiva no por la producción por hectárea, sino por la subvención de los combustibles y el mercado preferencial andino. Si se quita la subvención, nuestra producción quedaría al margen de los mercados internacionales", observó.
Desarrollo de biocombustibles
Tras la recomendación de Morales, el presidente Arce aclaró que la subvención a los combustibles continuará. De todos modos, la Confederación de Choferes de Bolivia advirtió que rechaza cualquier intento de aumentar el precio de la gasolina y el diésel.
"Quitar la subvención al transporte público sería dramático, porque tendría un efecto multiplicador terrible en la inflación. Todas las cosas se transportan del campo a la ciudad. En toda la cadena productiva está la subvención de manera latente. Sería una aventura irresponsable", señaló Rodas.
En varias ocasiones, el presidente Arce, quien fue titular del Ministerio de Economía y Finanzas Públicas con Morales, afirmó que el desarrollo de biocombustibles ayudaría al país a salir de esta encrucijada. Hay en marcha varios proyectos para la construcción de plantas para la producción de combustibles a partir de aceites vegetales.
Está proyectado que hasta 2026 "tengamos en funcionamiento tres plantas de producción de biocombustibles, que van reducir en cerca de 600 millones de dólares la importación de combustibles", informó Rodas.
Como medida a corto plazo, el ex viceministro coincidió con la propuesta que tiene el Ministerio de Hidrocarburos: usar los ductos que van a Argentina y Brasil para importar petróleo crudo, refinarlo en Bolivia y así reducir los costos de subvención.
Rodas explicó que Bolivia posee dos refinerías, en los departamentos de Cochabamba y Santa Cruz, que actualmente funcionan al 30% por falta de petróleo.
"Se calcula que esa operación nos permitiría ahorrarnos entre 250 y 300 millones de dólares. Es una medida inmediata. Pero calculo que este 2023 vamos a cerrar con una subvención cercana a los 2.000 millones de dólares", indicó.
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