Genocidios indígenas: la dolorosa realidad que evocó Putin en su discurso sobre colonialismo
Genocidios indígenas: la dolorosa realidad que evocó Putin en su discurso sobre colonialismo
Sputnik Mundo
En el marco de la incorporación de los territorios de Donetsk, Lugansk, Zaporozhie y Jersón a la Federación de Rusia, el presidente Vladímir Putin recordó que... 01.10.2022, Sputnik Mundo
"Las élites occidentales son lo que fueron y siguen siendo: colonialistas", asentó el mandatario. El caso de AméricaLuego de que Cristóbal Colón se encontró con el continente americano de manera inesperada, a finales del siglo XV, se inició la colonización del territorio por la labor militar de personajes como Hernán Cortés y Francisco Pizarro.El exterminio o aislamiento de pueblos indígenas se dio en diferentes dimensiones en los distintos países que conforman el continente. En los casos de países como Perú, Bolivia y México, si bien existió la violencia genocida contra comunidades indígenas, el sustrato identitario de sus poblaciones todavía hoy conserva una fuerte presencia indígena.En cambio, en países como Argentina, Chile o Estados Unidos, dominó la presencia de personas de piel blanca y se aisló de manera sistémica a los pueblos originarios.Un estudio de Russell Thornton, titulado El holocausto indio americano y la supervivencia, considera que este exterminio sistémico de pueblos indígenas es incluso negado en la actualidad en Estados Unidos, a pesar de que en unos pocos años tribus enteras fueron "borradas de la faz de la Tierra".Esta dinámica de exterminio fue instaurada en el territorio americano durante el siglo XVI, consecuencia de los procesos de conquista y colonización, pero no se acotó a ese periodo.Por el contrario, como ha mencionado el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, todavía en los albores del siglo XX un régimen como el de Porfirio Díaz procuró el hostigamiento sistémico contra los indios mayas, asentados en el sureste del país, y los yaquis, en el noroeste.Las guerras del Opio contra ChinaEn su discurso, el presidente ruso Vladímir Putin acusó a Occidente de atentar también contra China, una fuerza histórica y cultural que fue amenazada a mediados del siglo XIX por el expansionismo comercial y militar del imperio británico.Durante las llamadas guerras del Opio, Inglaterra buscó desestabilizar a la sociedad china mediante la introducción de esa sustancia narcótica como recurso de cambio comercial forzado, mientras procuraba el aprovechamiento de hierbas asiáticas para el té. La confrontación derivó en la ocupación británica de Hong Kong.De este modo, las dinámicas económicas chinas hacia el exterior se vieron forzadas por los intereses británicos, que lograron la firma de acuerdos ventajosos y relaciones comerciales que les permitieran evitar el pago con plata para no vaciar las arcas de la isla.Europa se reparte África: la Conferencia de BerlínHacia finales del siglo XIX, las potencias europeas expansionistas —para entonces con tres siglos ejerciendo el colonialismo— determinaron la repartición del continente africano en su beneficio, mediante una mesa de acuerdos conocida como la Conferencia de Berlín, celebrada en dos sesiones, una en 1884 y otra el año siguiente.Catorce Estados participaron en la repartición, sin la presencia de un solo representante africano, de acuerdo con un artículo de divulgación de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).El Imperio alemán, el Imperio austrohúngaro, Bélgica, Dinamarca, España, Francia, Reino Unido, Italia, Países Bajos, Portugal y otras fuerzas determinaron así la ocupación de territorios africanos, en una dinámica que, a la fecha, condiciona la realidad fronteriza, lingüística y política del continente.El mundo poscolonialLa Organización de las Naciones Unidas (ONU) destaca que, al momento de su fundación, ocurrida en 1945, 750 millones de personas, casi el 33% de la población mundial, vivía en territorios sin autonomía política y dependientes de potencias coloniales.Los estudios de colonialismo, articulados por diferentes intelectuales como el mexicano Edmundo O’Gorman o el poeta Aimé Césaire, nacido en Martinica, acusan que la importancia de esta práctica política deriva de que las potencias europeas determinaron, mediante la ocupación y el sometimiento económico, las fronteras y las dinámicas de asimetría del mundo, en acciones que, como sucedió con los indígenas americanos, estuvieron acompañadas de exterminio.
En el marco de la incorporación de los territorios de Donetsk, Lugansk, Zaporozhie y Jersón a la Federación de Rusia, el presidente Vladímir Putin recordó que Occidente perpetró un genocidio de indígenas en América Latina.
"Quisiera recordar a Occidente que su política colonial comenzó en la Edad Media y desembocó en el genocidio de los pueblos de América Latina, la destrucción de África y de China, donde promovían la adicción a las drogas y cazaban a las personas como si fueran animales", acusó en un discurso emitido desde el Kremlin.
"Las élites occidentales son lo que fueron y siguen siendo: colonialistas", asentó el mandatario.
El caso de América
Luego de que Cristóbal Colón se encontró con el continente americano de manera inesperada, a finales del siglo XV, se inició la colonización del territorio por la labor militar de personajes como Hernán Cortés y Francisco Pizarro.
El exterminio o aislamiento de pueblos indígenas se dio en diferentes dimensiones en los distintos países que conforman el continente. En los casos de países como Perú, Bolivia y México, si bien existió la violencia genocida contra comunidades indígenas, el sustrato identitario de sus poblaciones todavía hoy conserva una fuerte presencia indígena.
En cambio, en países como Argentina, Chile o Estados Unidos, dominó la presencia de personas de piel blanca y se aisló de manera sistémica a los pueblos originarios.
Un estudio de Russell Thornton, titulado El holocausto indio americano y la supervivencia, considera que este exterminio sistémico de pueblos indígenas es incluso negado en la actualidad en Estados Unidos, a pesar de que en unos pocos años tribus enteras fueron "borradas de la faz de la Tierra".
Esta dinámica de exterminio fue instaurada en el territorio americano durante el siglo XVI, consecuencia de los procesos de conquista y colonización, pero no se acotó a ese periodo.
Por el contrario, como ha mencionado el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, todavía en los albores del siglo XX un régimen como el de Porfirio Díaz procuró el hostigamiento sistémico contra los indios mayas, asentados en el sureste del país, y los yaquis, en el noroeste.
En su discurso, el presidente ruso Vladímir Putin acusó a Occidente de atentar también contra China, una fuerza histórica y cultural que fue amenazada a mediados del siglo XIX por el expansionismo comercial y militar del imperio británico.
Durante las llamadas guerras del Opio, Inglaterra buscó desestabilizar a la sociedad china mediante la introducción de esa sustancia narcótica como recurso de cambio comercial forzado, mientras procuraba el aprovechamiento de hierbas asiáticas para el té. La confrontación derivó en la ocupación británica de Hong Kong.
De este modo, las dinámicas económicas chinas hacia el exterior se vieron forzadas por los intereses británicos, que lograron la firma de acuerdos ventajosos y relaciones comerciales que les permitieran evitar el pago con plata para no vaciar las arcas de la isla.
Europa se reparte África: la Conferencia de Berlín
Hacia finales del siglo XIX, las potencias europeas expansionistas —para entonces con tres siglos ejerciendo el colonialismo— determinaron la repartición del continente africano en su beneficio, mediante una mesa de acuerdos conocida como la Conferencia de Berlín, celebrada en dos sesiones, una en 1884 y otra el año siguiente.
Catorce Estados participaron en la repartición, sin la presencia de un solo representante africano, de acuerdo con un artículo de divulgación de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
El Imperio alemán, el Imperio austrohúngaro, Bélgica, Dinamarca, España, Francia, Reino Unido, Italia, Países Bajos, Portugal y otras fuerzas determinaron así la ocupación de territorios africanos, en una dinámica que, a la fecha, condiciona la realidad fronteriza, lingüística y política del continente.
"Al momento en que se inició el reparto de África, el 90% del territorio estaba gobernado por africanos. Para 1900 la proporción se había invertido y en 1914 África se encontraba totalmente repartida entre las potencias imperialistas, salvo por dos territorios que permanecían independientes: Liberia y Etiopía", apunta la UNAM.
La Organización de las Naciones Unidas (ONU) destaca que, al momento de su fundación, ocurrida en 1945, 750 millones de personas, casi el 33% de la población mundial, vivía en territorios sin autonomía política y dependientes de potencias coloniales.
Los estudios de colonialismo, articulados por diferentes intelectuales como el mexicano Edmundo O’Gorman o el poeta Aimé Césaire, nacido en Martinica, acusan que la importancia de esta práctica política deriva de que las potencias europeas determinaron, mediante la ocupación y el sometimiento económico, las fronteras y las dinámicas de asimetría del mundo, en acciones que, como sucedió con los indígenas americanos, estuvieron acompañadas de exterminio.
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