Así influyen las mafias que dominan Río de Janeiro en las elecciones de Brasil
Así influyen las mafias que dominan Río de Janeiro en las elecciones de Brasil
Sputnik Mundo
RÍO DE JANEIRO (Sputnik) — Las milicias, organizaciones paramilitares que controlan buena parte de esta ciudad brasileña con mano de hierro, acaban... 21.09.2022, Sputnik Mundo
La principal forma de dominio se da a través de los llamados corrales electorales, como explica a la Agencia Sputnik el policía jefe de la Comisaría de Represión al Crimen Organizado (DRACO en portugués), Thiago Neves. Se trata de regiones donde apenas determinados candidatos pueden entrar a hacer campaña. Allí los milicianos tienen su feudo y su principal granero de votos.La simbiosis entre el crimen y la política arranca décadas atrás. En los años 60 y 70, policías, militares o bomberos jubilados o apartados del trabajo empezaron a prestar su servicio ilegalmente en barrios tomados por la delincuencia y la precariedad. Ofrecían seguridad a cambio de dinero, un servicio que rápidamente derivó en extorsión a vecinos y comerciantes y que creó un monstruo.Las milicias empezaron a controlar barrios enteros de la periferia, y ofreciendo servicios como televisión por cable, gas, Internet o transporte alternativo (todo ilegal) crearon un imperio. A día de hoy las milicias dominan el 57% del territorio de la ciudad de Río, según un estudio divulgado la semana pasada por la Universidad Federal Fluminense (UFF).El control que ejercen en los barrios a base de amenazas se nota también cuando llega la hora de votar. No es que los milicianos obliguen a votar a los vecinos a un determinado candidato; la mayoría de veces estos son inducidos se forma sutil.Micilianos y políticosTan sólo algunos políticos, los que mantienen turbias relaciones con la milicia, pueden hacer campaña en esos barrios, así que normalmente son ellos los que salen elegidos. Suele tratarse de candidatos de derecha o extrema derecha, con agendas que hablan de mano dura contra los delincuentes o mejoras en los servicios de la comunidad.Cabe recordar que el 2 de octubre, además de votar para presidente, los brasileños también renovarán la Cámara de Diputados, parte del Senado, las asambleas legislativas de los estados y escogerán gobernador. Es en el ámbito más regional donde la milicia hace valer con más fuerza sus intereses, pero también hay candidatos vinculados a la milicia que sueñan con un escaño en Brasilia.Jeronimo Guimaraes Filho, más conocido como Jerominho, uno de los milicianos más famosos de la ciudad, fue concejal durante años, pasó por la cárcel y este año quería presentarse como candidato a diputado federal, pero fue asesinado en agosto.El comisario Neves recuerda que no sólo la milicia ejerce su influencia electoral. Los narcotraficantes (históricamente eran sus rivales pero ahora están cada vez más mimetizados) también. En las favelas dominadas por el Comando Vermelho (CV), por ejemplo, tampoco es fácil adentrarse a repartir panfletos a los vecinos sin el visto bueno del narco de turno. En Río de Janeiro, al menos 4,4 millones de personas viven en favelas, urbanizaciones o sub-barrios controlados por traficantes o milicianos. La diferencia entre las dos caras del crimen es que la milicia tiene más ramificaciones en el mundo político y transita mejor por los despachos del poder, apunta el comisario.Las conexiones del clan BolsonaroEn los últimos años, por ejemplo, los adversarios del presidente Jair Bolsonaro le han acusado continuamente de conexiones con la milicia. Uno de sus hijos, el senador Flávio Bolsonaro, cuando era diputado estadual en Río de Janeiro homenajeó a varios policías, entre ellos a Adriano da Nóbrega, un miliciano con varios asesinatos a sus espaldas perteneciente al Escritorio del Crimen, uno de los grupos más sanguinarios de la ciudad.Un aliado de Bolsonaro, el actual gobernador del estado de Río, Claudio Castro, parte como favorito para revalidar su mandato. Buena parte de su base electoral proviene de barrios dominados por la milicia. Por detrás en las encuestas aparece Marcelo Freixo, de centro-izquierda, que en el año 2008, cuando era diputado estadual, lideró una investigación parlamentaria que llevó a prisión a decenas de milicianos.Desde entonces vive amenazado de muerte. El hermano de Freixo fue asesinado por las milicias, y hay indicios de que estas mafias también tienen algún tipo de relación con el asesinato en 2018 de la concejala y activista Marielle Franco, de quien Freixo fue padrino político y gran amigo.
RÍO DE JANEIRO (Sputnik) — Las milicias, organizaciones paramilitares que controlan buena parte de esta ciudad brasileña con mano de hierro, acaban determinando el voto de los vecinos de forma indirecta, lo que puede ser clave en las elecciones que se celebrarán en octubre.
La principal forma de dominio se da a través de los llamados corrales electorales, como explica a la Agencia Sputnik el policía jefe de la Comisaría de Represión al Crimen Organizado (DRACO en portugués), Thiago Neves. Se trata de regiones donde apenas determinados candidatos pueden entrar a hacer campaña. Allí los milicianos tienen su feudo y su principal granero de votos.
"Como en toda organización criminal, cuando empezó con su expansión territorial, la milicia entendió que en determinadas áreas tenían más facilidad para entrar con políticos que apoyaban la causa. Así se empezaron a crear poco a poco los 'corrales electorales', que es un fenómeno de Río de Janeiro", remarca Neves.
La simbiosis entre el crimen y la política arranca décadas atrás. En los años 60 y 70, policías, militares o bomberos jubilados o apartados del trabajo empezaron a prestar su servicio ilegalmente en barrios tomados por la delincuencia y la precariedad. Ofrecían seguridad a cambio de dinero, un servicio que rápidamente derivó en extorsión a vecinos y comerciantes y que creó un monstruo.
Las milicias empezaron a controlar barrios enteros de la periferia, y ofreciendo servicios como televisión por cable, gas, Internet o transporte alternativo (todo ilegal) crearon un imperio. A día de hoy las milicias dominan el 57% del territorio de la ciudad de Río, según un estudio divulgado la semana pasada por la Universidad Federal Fluminense (UFF).
El control que ejercen en los barrios a base de amenazas se nota también cuando llega la hora de votar. No es que los milicianos obliguen a votar a los vecinos a un determinado candidato; la mayoría de veces estos son inducidos se forma sutil.
Micilianos y políticos
Tan sólo algunos políticos, los que mantienen turbias relaciones con la milicia, pueden hacer campaña en esos barrios, así que normalmente son ellos los que salen elegidos. Suele tratarse de candidatos de derecha o extrema derecha, con agendas que hablan de mano dura contra los delincuentes o mejoras en los servicios de la comunidad.
Cabe recordar que el 2 de octubre, además de votar para presidente, los brasileños también renovarán la Cámara de Diputados, parte del Senado, las asambleas legislativas de los estados y escogerán gobernador. Es en el ámbito más regional donde la milicia hace valer con más fuerza sus intereses, pero también hay candidatos vinculados a la milicia que sueñan con un escaño en Brasilia.
Jeronimo Guimaraes Filho, más conocido como Jerominho, uno de los milicianos más famosos de la ciudad, fue concejal durante años, pasó por la cárcel y este año quería presentarse como candidato a diputado federal, pero fue asesinado en agosto.
El comisario Neves recuerda que no sólo la milicia ejerce su influencia electoral. Los narcotraficantes (históricamente eran sus rivales pero ahora están cada vez más mimetizados) también. En las favelas dominadas por el Comando Vermelho (CV), por ejemplo, tampoco es fácil adentrarse a repartir panfletos a los vecinos sin el visto bueno del narco de turno. En Río de Janeiro, al menos 4,4 millones de personas viven en favelas, urbanizaciones o sub-barrios controlados por traficantes o milicianos. La diferencia entre las dos caras del crimen es que la milicia tiene más ramificaciones en el mundo político y transita mejor por los despachos del poder, apunta el comisario.
Las conexiones del clan Bolsonaro
En los últimos años, por ejemplo, los adversarios del presidente Jair Bolsonaro le han acusado continuamente de conexiones con la milicia. Uno de sus hijos, el senador Flávio Bolsonaro, cuando era diputado estadual en Río de Janeiro homenajeó a varios policías, entre ellos a Adriano da Nóbrega, un miliciano con varios asesinatos a sus espaldas perteneciente al Escritorio del Crimen, uno de los grupos más sanguinarios de la ciudad.
Un aliado de Bolsonaro, el actual gobernador del estado de Río, Claudio Castro, parte como favorito para revalidar su mandato. Buena parte de su base electoral proviene de barrios dominados por la milicia. Por detrás en las encuestas aparece Marcelo Freixo, de centro-izquierda, que en el año 2008, cuando era diputado estadual, lideró una investigación parlamentaria que llevó a prisión a decenas de milicianos.
Desde entonces vive amenazado de muerte. El hermano de Freixo fue asesinado por las milicias, y hay indicios de que estas mafias también tienen algún tipo de relación con el asesinato en 2018 de la concejala y activista Marielle Franco, de quien Freixo fue padrino político y gran amigo.
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