Los bastiones de Haití, la primera república negra libre del mundo
Los bastiones de Haití, la primera república negra libre del mundo
Sputnik Mundo
PUERTO PRÍNCIPE (Sputnik) — Tras la independencia de Francia, Marchand Dessalines se convirtió en capital de la primera nación negra libre, donde se asentó... 30.08.2022, Sputnik Mundo
Situada a unos 133 kilómetros de esta capital en el departamento Artibonite, su primer nombre fue Marchand, en honor a quien fue dueño de parte de la región antes de la llegada de Dessalines.Una vasta llanura llena de arrozales a los pies de las montañas recibe a los visitantes de esta ciudad museo donde perduran los restos de los fuertes construidos bajo la orden del emperador con el objetivo de preservar la villa de los ataques del ejército francés.Dessalines temía el regreso de los colonos a la parte occidental de la isla y ordenó levantar fortificaciones en todas las cumbres de las montañas incluyendo Marchand que decretó la nueva capital del país.Se convertía así en la principal ciudad de la primera república negra libre del mundo, un símbolo de independencia que perdura hasta nuestros días.Fuertes de resistencia"Cinco de los seis fuertes, conocidos como Fort Innocent, Fort Madame, Fort Doko, La Fin du monde y Fort Decided, se enclavaron en las montañas", explicó a la Agencia Sputnik el profesor de historia e investigador, Odilet Janvier.Para fortalecer el sistema de defensa se construyó el Fuerte Culbuté al pie de los cerros que permitía controlar y proteger las fuentes de agua que abastecían a la ciudad.Innocent quedó bajo las órdenes del primer hijo de Dessalines, quien dio nombre a la edificación y su ubicación permitía controlar todo el valle del Artibonite. Fort Madame, por su parte, era el lugar de pasatiempo de la emperatriz, mientras que Doko, ubicado en Morne Docomon, cumplía la función de asegurar los anteriores, precisó Janvier, especialista en sistema defensivo de Haití.Las fortificaciones de Marchand Dessalines forman parte de un amplio sistema de edificaciones de este tipo construidas luego de la independencia en 1804 y entre las que destacan la Ciudadela de La Ferriere, el Palacio Real de Sans Souci y las Fortificaciones de Ramiers, en el extremo norte del país y consideradas por la Unesco como patrimonios de la humanidad.En Puerto Príncipe, aún persisten las ruinas del Fuerte Jacques y el Alexandre, que se crearon con el objetivo de proteger la parte oeste del país de los posibles ataques de franceses y piratas.Más de dos siglos después el estado constructivo del sistema defensivo poscolonial es, como mínimo, angustioso. Pocas huellas quedan de su otrora esplendor, un triste reflejo de la que fuera la segunda nación en liberarse del yugo colonial en América.
PUERTO PRÍNCIPE (Sputnik) — Tras la independencia de Francia, Marchand Dessalines se convirtió en capital de la primera nación negra libre, donde se asentó durante dos años el padre de la patria y emperador, Jean Jacques Dessalines, y su esposa, Marie-Claire Heureuse Félicité Bonheur.
Situada a unos 133 kilómetros de esta capital en el departamento Artibonite, su primer nombre fue Marchand, en honor a quien fue dueño de parte de la región antes de la llegada de Dessalines.
Una vasta llanura llena de arrozales a los pies de las montañas recibe a los visitantes de esta ciudad museo donde perduran los restos de los fuertes construidos bajo la orden del emperador con el objetivo de preservar la villa de los ataques del ejército francés.
Dessalines temía el regreso de los colonos a la parte occidental de la isla y ordenó levantar fortificaciones en todas las cumbres de las montañas incluyendo Marchand que decretó la nueva capital del país.
Se convertía así en la principal ciudad de la primera república negra libre del mundo, un símbolo de independencia que perdura hasta nuestros días.
Fuertes de resistencia
"Cinco de los seis fuertes, conocidos como Fort Innocent, Fort Madame, Fort Doko, La Fin du monde y Fort Decided, se enclavaron en las montañas", explicó a la Agencia Sputnik el profesor de historia e investigador, Odilet Janvier.
Para fortalecer el sistema de defensa se construyó el Fuerte Culbuté al pie de los cerros que permitía controlar y proteger las fuentes de agua que abastecían a la ciudad.
Innocent quedó bajo las órdenes del primer hijo de Dessalines, quien dio nombre a la edificación y su ubicación permitía controlar todo el valle del Artibonite. Fort Madame, por su parte, era el lugar de pasatiempo de la emperatriz, mientras que Doko, ubicado en Morne Docomon, cumplía la función de asegurar los anteriores, precisó Janvier, especialista en sistema defensivo de Haití.
Las fortificaciones de Marchand Dessalines forman parte de un amplio sistema de edificaciones de este tipo construidas luego de la independencia en 1804 y entre las que destacan la Ciudadela de La Ferriere, el Palacio Real de Sans Souci y las Fortificaciones de Ramiers, en el extremo norte del país y consideradas por la Unesco como patrimonios de la humanidad.
En Puerto Príncipe, aún persisten las ruinas del Fuerte Jacques y el Alexandre, que se crearon con el objetivo de proteger la parte oeste del país de los posibles ataques de franceses y piratas.
Más de dos siglos después el estado constructivo del sistema defensivo poscolonial es, como mínimo, angustioso. Pocas huellas quedan de su otrora esplendor, un triste reflejo de la que fuera la segunda nación en liberarse del yugo colonial en América.
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