Cómo Bulgaria intentó timar a Ucrania por 200 millones de dólares con proyectiles podridos
Cómo Bulgaria intentó timar a Ucrania por 200 millones de dólares con proyectiles podridos
Sputnik Mundo
Tras múltiples casos de venta en el mercado negro de armas sumnistradas a Kiev por sus socios occidentales, la situación cuando es Ucrania a quien le intentan... 24.08.2022, Sputnik Mundo
Toda la situación se hace incluso más insólita si se tiene en cuenta la prohibición en Bulgaria de vender municiones a Ucrania, así como el hecho de que esta venta ha sido sancionada precisamente por la persona que promulgó dicha prohibición.Una investigación a gran escala, realizada por el medio búlgaro Bivol y sus colegas polacos de Fundacja Reporterów, reveló todos los detalles y pruebas de esta trama.¿Vender o no vender armas a Ucrania?Desde hace meses los medios locales informaban que a pesar de que desde el mes de mayo está prohibida la venta de armamento y municiones a Ucrania, el país seguía enviando esta mercancía por medio de empresas intermediarias en Polonia, Rumania, República Checa, Eslovaquia y EEUU. Sin embargo, hasta ahora no hubo pruebas documentadas de estos hechos.En particular, se trata de los documentos de la transacción entre la compañía búlgara Alguns y la corporación estatal rumana CN RomArm, gestionada por el Ministerio de Economía de Rumania. El contrato, que ha sido revelado a principios de agosto, contemplaba la re-exportación a Ucrania de cohetes que Bulgaria adquirió desde Bielorrusia entre 2015 y 2020. Con ello cabe destacar que los proyectiles fueron fabricados en los años 1980.Según los documentos obtenidos por los investigadores, apoyados por el Proyecto de Reportes sobre el Crímen Organizado y Corrupción (OCCRP), la búlgara Alguns se comprometía a suministrar municiones de artillería y cohetes mientras que sus socios rumanos asumían la responsabilidad por enviar la mercancía a Ucrania.Las fuentes de los investigadores en el Parlamento y los servicios especiales estimaron que el valor del contrato era de 200 millones de dólares. El pago tenía que realizarse en varias partes de entre 60 y 70 millones de dólares. El adelanto de 36 millones de dólares lo hizo una compañía británica.Sin embargo, el trato no se concretó porque tanto la parte ucraniana como la rumana quedaron insatisfechas por el estado de las municiones, muchas de las cuales estaban magulladas y oxidadas. Por ello, la empresa receptora envió el lote de vuelta, y Bivol publicó un video de estos proyectiles.Una mano prohíbe y la otra lo permiteUna de las paradojas de este caso es el hecho de que las ventas fueron aprobadas por la misma funcionaria que abogaba por la política de "ni una sola bala a Ucrania", la ex vice primer ministra y ministra de Economía e Industria, Kornelia Ninova. Resulta que hasta hace poco ella ocupaba el cargo de jefa del Comité Interinstitucional para el Control de Exportaciones de Armamento.Sin el visto bueno de este comité ninguna compañía búlgara puede exportar armas. Además, las fuentes de Bivol confirman que era imposible que Ninova no supiera sobre el contrato de Alguns para la exportación de cohetes soviéticos a Ucrania, y lo más probable es que ella personalmente firmó la autorización.En el servicio de contrainteligencia búlgara a los periodistas les informaron que tienen una investigación abierta contra los funcionarios a los que se sospecha de enriquecimiento y falsificación de documentos. Según ellos, los miembros del Gobierno de Bulgaria recibían sobornos de entre 5 y 15 millones de dólares por el envío de los cohetes.Un negocio sucio en todos los nivelesLos investigadores informan que Alguns intentó salvar a toda costa el trato. Con la cooperación del Ministerio de Economía de Bulgaria, encabezado por Ninova, envió los proyectiles para su "reevaluación" —o dicho de otro modo, reparación— a la fábrica estatal VMZ. Esta, a su vez, se negó a hacerlo citando el número récord de pedidos de clientes extranjeros debido al conflicto en Ucrania.Después de este rechazo, Ninova despidió a todo el consejo de directores de VMZ, lo cual muestra una vez más su participación en estos hechos. Pero los actos delictivos no terminaron allí.Al igual que con cualquier fabricante armamentístico, la reventa de equipos militares, armas y municiones requiere la autorización del dueño original, que en este caso era Bielorrusia. Alguns usó un documento que supuestamente autorizaba la reventa, pero las fuentes de Bivol —que obtuvo una copia del documento— en los servicios especiales búlgaros afirman que se trata de una falsificación.Por su parte, el Ministerio de Economía e Insdustria se negó a comentar la situación, lo cual constituye en el país una violación de la ley sobre el acceso a la información pública. De tal modo, los funcionarios búlgaros violaron la ley que prohíbe la exportación de equipos militares a Ucrania, para hacerlo también falsificaron documentos de Bielorrusia, despidieron a los que se pusieron en el camino de este negocio y encima intentaron timar a Ucrania por 200 millones de dólares.Bulgaria podría ser el mayor suministrador de UcraniaA pesar de todo lo mencionado anteriormente, Bulgaria podría resultar ser el mayor suministrador de municiones a Ucrania, informaron de manera independiente a Bivol un miembro del Parlamento Europeo y el exministro de Defensa del país. Aparentemente, esto se hace a través de Polonia.Los medios búlgaros incluso publicaron varios videos en los que se puede apreciar cómo en el aeropuerto de la capital un avión Antonov An-124 ucraniano es cargado con plataformas de armamento. Se presume que se trataba de sistemas múltiples de cohetes y tanques. Estos aviones se dirigieron al aeródromo de Rzeszów, en el sureste de Polonia.Los periodistas monitorearon una serie de vuelos de aviones An-12 desde Sofía a Rzeszów y la ciudad ucraniana de Uzhgorod. Algunos de estos vuelos coincidieron con la visita del ministro de Exteriores ucraniano, Dmitri Kuleba, a la capital búlgara solicitando ayuda militar.Aparentemente, otros altos cargos del país están involucrados en este negocio. Un ejecutivo de la empresa Kintex informó a los medios que las fábricas armamentísticas están realizando los pedidos para una filial de una empresa estadounidense en Polonia. Mientras que en una entrevista para The Guardian, el primer ministro del país, Kiril Petkov, declaró que en caso de que caiga su gabinete, también se verá reducida la exportación a Polonia.Esta admisión no le cayó bien al presidente del país, Rumen Radev, que acusó a Petkov de admitir el hecho de que se están suministrando armas a Ucrania y que de este modo ha dejado en evidencia a Kornelia Ninova.Mientras Polonia es el mayor intermediario, los reporteros de Bivol recibieron una confirmación no oficial en el Gobierno y en el Parlamento de que también están involucradas la República Checa y Eslovaquia. Por si fuera poco, las fuentes de Bivol en el Ministerio de Exteriores búlgaro informaron que el país exportó a Ucrania tanques T-72 de fabricación soviética y obuses Akatsia. El videoresumen del Ministerio de Defensa austriaco confirmó esta información, aunque en ninguno de los dos casos se dieron números concretos.A nivel oficial, en el Ministerio de Exteriores de Bulgaria confirmaron que entre el 1 de marzo y 9 de junio han expedido 50 permisos para realizar vuelos con "cargas especiales" a Rzeszów. Por su parte, el Ministerio de Defensa de Polonia no niega que haya decenas de vuelos con armamento desde Bulgaria, aunque no cae en detalles sobre estos "por motivos de seguridad".Las secuelas de la investigaciónDespués de la publicación de la investigación realizada por los periodistas búlgaros y polacos tanto Kornelia Ninova como Kiril Petkov dimitieron. El pasado 2 de agosto, el presidente del país disolvió el Parlamento y designó un Gobierno provisional.El presidente Radev también criticó al ex primer ministro Petkov, graduado de Harvard, por su postura prooccidental, su apoyo a Kiev en el conflicto con Rusia y por empeorar las relaciones con Moscú. Después de ello, a pesar de los repetidos ruegos del canciller ucraniano, Radev solo se limitó a enviar chalecos antibalas para los civiles que viven en las regiones de Ucrania donde predomina la población búlgara.El mandatario también hizo un llamamiento a "no involucrar a Bulgaria" en el conflicto entre Rusia y Ucrania, lo que se puede interpretar claramente como una señal de que el país dejará de suministrar armamento a Ucrania a través de países intermediarios.
Tras múltiples casos de venta en el mercado negro de armas sumnistradas a Kiev por sus socios occidentales, la situación cuando es Ucrania a quien le intentan timar no es frecuente. La más reciente tuvo lugar cuando Bulgaria intentó vender al país eslavo proyectiles podridos por un valor de 200 millones de dólares.
Toda la situación se hace incluso más insólita si se tiene en cuenta la prohibición en Bulgaria de vender municiones a Ucrania, así como el hecho de que esta venta ha sido sancionada precisamente por la persona que promulgó dicha prohibición.
Una investigación a gran escala, realizada por el medio búlgaro Bivol y sus colegas polacos de Fundacja Reporterów, reveló todos los detalles y pruebas de esta trama.
¿Vender o no vender armas a Ucrania?
Desde hace meses los medios locales informaban que a pesar de que desde el mes de mayo está prohibida la venta de armamento y municiones a Ucrania, el país seguía enviando esta mercancía por medio de empresas intermediarias en Polonia, Rumania, República Checa, Eslovaquia y EEUU. Sin embargo, hasta ahora no hubo pruebas documentadas de estos hechos.
En particular, se trata de los documentos de la transacción entre la compañía búlgara Alguns y la corporación estatal rumana CN RomArm, gestionada por el Ministerio de Economía de Rumania. El contrato, que ha sido revelado a principios de agosto, contemplaba la re-exportación a Ucrania de cohetes que Bulgaria adquirió desde Bielorrusia entre 2015 y 2020. Con ello cabe destacar que los proyectiles fueron fabricados en los años 1980.
Según los documentos obtenidos por los investigadores, apoyados por el Proyecto de Reportes sobre el Crímen Organizado y Corrupción (OCCRP), la búlgara Alguns se comprometía a suministrar municiones de artillería y cohetes mientras que sus socios rumanos asumían la responsabilidad por enviar la mercancía a Ucrania.
Las fuentes de los investigadores en el Parlamento y los servicios especiales estimaron que el valor del contrato era de 200 millones de dólares. El pago tenía que realizarse en varias partes de entre 60 y 70 millones de dólares. El adelanto de 36 millones de dólares lo hizo una compañía británica.
Sin embargo, el trato no se concretó porque tanto la parte ucraniana como la rumana quedaron insatisfechas por el estado de las municiones, muchas de las cuales estaban magulladas y oxidadas. Por ello, la empresa receptora envió el lote de vuelta, y Bivolpublicó un video de estos proyectiles.
Una mano prohíbe y la otra lo permite
Una de las paradojas de este caso es el hecho de que las ventas fueron aprobadas por la misma funcionaria que abogaba por la política de "ni una sola bala a Ucrania", la ex vice primer ministra y ministra de Economía e Industria, Kornelia Ninova. Resulta que hasta hace poco ella ocupaba el cargo de jefa del Comité Interinstitucional para el Control de Exportaciones de Armamento.
Sin el visto bueno de este comité ninguna compañía búlgara puede exportar armas. Además, las fuentes de Bivol confirman que era imposible que Ninova no supiera sobre el contrato de Alguns para la exportación de cohetes soviéticos a Ucrania, y lo más probable es que ella personalmente firmó la autorización.
En el servicio de contrainteligencia búlgara a los periodistas les informaron que tienen una investigación abierta contra los funcionarios a los que se sospecha de enriquecimiento y falsificación de documentos. Según ellos, los miembros del Gobierno de Bulgaria recibían sobornos de entre 5 y 15 millones de dólares por el envío de los cohetes.
Un negocio sucio en todos los niveles
Los investigadores informan que Alguns intentó salvar a toda costa el trato. Con la cooperación del Ministerio de Economía de Bulgaria, encabezado por Ninova, envió los proyectiles para su "reevaluación" —o dicho de otro modo, reparación— a la fábrica estatal VMZ. Esta, a su vez, se negó a hacerlo citando el número récord de pedidos de clientes extranjeros debido al conflicto en Ucrania.
Después de este rechazo, Ninova despidió a todo el consejo de directores de VMZ, lo cual muestra una vez más su participación en estos hechos. Pero los actos delictivos no terminaron allí.
Al igual que con cualquier fabricante armamentístico, la reventa de equipos militares, armas y municiones requiere la autorización del dueño original, que en este caso era Bielorrusia. Alguns usó un documento que supuestamente autorizaba la reventa, pero las fuentes de Bivol —que obtuvo una copia del documento— en los servicios especiales búlgaros afirman que se trata de una falsificación.
Por su parte, el Ministerio de Economía e Insdustria se negó a comentar la situación, lo cual constituye en el país una violación de la ley sobre el acceso a la información pública. De tal modo, los funcionarios búlgaros violaron la ley que prohíbe la exportación de equipos militares a Ucrania, para hacerlo también falsificaron documentos de Bielorrusia, despidieron a los que se pusieron en el camino de este negocio y encima intentaron timar a Ucrania por 200 millones de dólares.
Bulgaria podría ser el mayor suministrador de Ucrania
A pesar de todo lo mencionado anteriormente, Bulgaria podría resultar ser el mayor suministrador de municiones a Ucrania, informaron de manera independiente a Bivol un miembro del Parlamento Europeo y el exministro de Defensa del país. Aparentemente, esto se hace a través de Polonia.
Los medios búlgaros incluso publicaron varios videos en los que se puede apreciar cómo en el aeropuerto de la capital un avión Antonov An-124 ucraniano es cargado con plataformas de armamento. Se presume que se trataba de sistemas múltiples de cohetes y tanques. Estos aviones se dirigieron al aeródromo de Rzeszów, en el sureste de Polonia.
Los periodistas monitorearon una serie de vuelos de aviones An-12 desde Sofía a Rzeszów y la ciudad ucraniana de Uzhgorod. Algunos de estos vuelos coincidieron con la visita del ministro de Exteriores ucraniano, Dmitri Kuleba, a la capital búlgara solicitando ayuda militar.
Aparentemente, otros altos cargos del país están involucrados en este negocio. Un ejecutivo de la empresa Kintex informó a los medios que las fábricas armamentísticas están realizando los pedidos para una filial de una empresa estadounidense en Polonia. Mientras que en una entrevista para The Guardian, el primer ministro del país, Kiril Petkov, declaró que en caso de que caiga su gabinete, también se verá reducida la exportación a Polonia.
Esta admisión no le cayó bien al presidente del país, Rumen Radev, que acusó a Petkov de admitir el hecho de que se están suministrando armas a Ucrania y que de este modo ha dejado en evidencia a Kornelia Ninova.
Mientras Polonia es el mayor intermediario, los reporteros de Bivol recibieron una confirmación no oficial en el Gobierno y en el Parlamento de que también están involucradas la República Checa y Eslovaquia. Por si fuera poco, las fuentes de Bivol en el Ministerio de Exteriores búlgaro informaron que el país exportó a Ucrania tanques T-72 de fabricación soviética y obuses Akatsia. El videoresumen del Ministerio de Defensa austriaco confirmó esta información, aunque en ninguno de los dos casos se dieron números concretos.
A nivel oficial, en el Ministerio de Exteriores de Bulgaria confirmaron que entre el 1 de marzo y 9 de junio han expedido 50 permisos para realizar vuelos con "cargas especiales" a Rzeszów. Por su parte, el Ministerio de Defensa de Polonia no niega que haya decenas de vuelos con armamento desde Bulgaria, aunque no cae en detalles sobre estos "por motivos de seguridad".
Las secuelas de la investigación
Después de la publicación de la investigación realizada por los periodistas búlgaros y polacos tanto Kornelia Ninova como Kiril Petkov dimitieron. El pasado 2 de agosto, el presidente del país disolvió el Parlamento y designó un Gobierno provisional.
El presidente Radev también criticó al ex primer ministro Petkov, graduado de Harvard, por su postura prooccidental, su apoyo a Kiev en el conflicto con Rusia y por empeorar las relaciones con Moscú. Después de ello, a pesar de los repetidos ruegos del canciller ucraniano, Radev solo se limitó a enviar chalecos antibalas para los civiles que viven en las regiones de Ucrania donde predomina la población búlgara.
El mandatario también hizo un llamamiento a "no involucrar a Bulgaria" en el conflicto entre Rusia y Ucrania, lo que se puede interpretar claramente como una señal de que el país dejará de suministrar armamento a Ucrania a través de países intermediarios.
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