MOSCÚ (Sputnik) — El Fútbol Club Barcelona acaba de activar su tercera palanca, por unos 100 millones de dólares, con la intención de darle los toques finales... 02.08.2022, Sputnik Mundo
Con las dos palancas activadas anteriormente, el club fichó al danes Andreas Christensen, al marfileño Franck Kessié, el polaco Robert Lewandowski, el brasileño Raphinha y el francés Jules Koundé, entre algunos otros. Faltan aún los españoles del Chelsea Marcos Alonso y César Azpilicueta, además del portugués Bernardo Silva, del Manchester City.Las palancas, tan famosas ya como la frase de Arquímides, le han permitido al presidente Joan Laporta darle un vuelco a la situación y reforzar la plantilla para la temporada próxima, luego de un año en blanco. Sin embargo, y pese al apoyo de los socios compromisarios, la estrategia ha generado polémica, sobre todo por las deudas de más de 1.400 millones de euros que arrastra el club y el déficit salarial negativo de 144 millones de euros.Sin embargo desde el Camp Nou han hecho caso omiso a las críticas y han seguido adelante con su plan, incluso con el visto bueno del presidente de La Liga, Javier Tebas, quien dijo recientemente que "lo están haciendo bien y parece que podrán inscribir a todos los jugadores.El club que más ficha en europaTodo el mundo del fútbol sabe que las finanzas del Barcelona andan muy mal. El club paga el peaje de los desmesurados salarios que recibió Lionel Messi por años, con la intención de retenerlo en la plantilla y evitar que se fuera el jugador que cambió la historia de la institución, con cuatro de los cinco títulos europeos que figuran e sus vitrinas.Tampoco es Messi el único culpable, porque el resto de la plantilla, incluyendo los capitanes Sergio Busquets y Gerard Piqué, también sacaron tajadas suculentas de la supuesta bondad del entonces presidente Josep María Bartomeu, al extremo de que en la decena inicial de los mejores pagados del torneo español los catalanes eran mayoría, sobre todo el zaguero central, que ganaba lo mismo que Garet Bale.Desde Inglaterra, el otrora jugador del Manchester United Gary Neville no deja de criticar el accionar del Barcelona y se cuestiona la limpieza con la cual está haciendo las cosas, mientras el entrenador del poderoso Bayern Múnich, Julian Nagelsmann, fue crudo al hablar de la directiva culé, cuando aún Lewandowski no había sido traspasado.Desde Can Barça aseguran que todo es lícito, que está dentro de la ley y que seguirán con el proceso con la intención de ganar todos los títulos posibles en la presente temporada, incluso con la ilusión de traer de vuelta a Lionel Messi, cuya salida hacia el PSG francés sigue siendo un lastre en la carrera del presidente Laporta, que casi seguro intentará enmendar en el futuro.El trabajo por hacerComprar jugadores pudo haber sido —o es— el trabajo más fácil que tiene la directiva. A fin de cuentas, solo vendieron activos por hasta 25 años, ingresaron dinero, y si tienes plata puedes comprar. Así que con varias incorporaciones hechas y hasta tres más en planes, ahora toca el momento de dar salidas, porque en una plantilla solo puede haber 26 jugadores y la del Barcelona llega a los 30 efectivos.Las salidas de Clément Lenglet y Oscar Mingueza no bastan para aligerar la zaga. Todavía hay que buscarle acomodo a Samuel Umtiti, un jugador al que ya nadie quiere ni en equipos de tercera división, sobre todo porque su físico no está para competir —aunque tiene contrato y hay que respetarlo—, en lo que amenaza con ser otra temporada más con él en la grada cada fin de semana.En la delantera sobran Martin Braithwaite y Memphis Depay, dos jugadores devaluados por los cuales muy poco podrá ingresar el club, sobre todo porque el propio entrenador los consideró poco menos que inservibles desde su llegada al club a finales del año anterior. Sin embargo, puede que encuentren comprador, porque ambos, sin ser estrellas, tienen lo que más se paga en el fútbol, gol.Más complicada parece la situación en el centro del campo, del que deben salir Riqui Pug, Miralem Pjianic y Frenkie de Jong. Xavi no cuenta con los dos primeros, y la venta del tercero es trascendental para que a las arcas del club entre algún dinero con el cual pagar salarios e inscribir.Sobre De Jong hubo, hay y habrá presiones, pero al holandés le restan unos 80 millones por cobrar del Barça y es poco probable que quiera abandonar Cataluña para irse a otro lugar, y mucho menos si es a un equipo que no jugará Champions, como el Manchester United, con el cual Laporta tiene ya un acuerdo cerrado.Sin contar los que aún puedan venir, el Barcelona necesita sacarse de encima cuatro de los 30 jugadores que ahora tiene en la plantilla. Eso parece más complicado que activar palancas y comprar jugadores. A menos que lo haga con la opción más fácil: regalarlos a otros clubes o cederlos haciéndose cargo de sus fichas. Y hasta para eso puede que sirvan las famosas palancas.
MOSCÚ (Sputnik) — El Fútbol Club Barcelona acaba de activar su tercera palanca, por unos 100 millones de dólares, con la intención de darle los toques finales a la plantilla, traducido en la compra de algún otro jugador que solicite el entrenador Xavi Hernández, e inscribir a los ya contratados, que no son pocos.
Con las dos palancas activadas anteriormente, el club fichó al danes Andreas Christensen, al marfileño Franck Kessié, el polaco Robert Lewandowski, el brasileño Raphinha y el francés Jules Koundé, entre algunos otros. Faltan aún los españoles del Chelsea Marcos Alonso y César Azpilicueta, además del portugués Bernardo Silva, del Manchester City.
Las palancas, tan famosas ya como la frase de Arquímides, le han permitido al presidente Joan Laporta darle un vuelco a la situación y reforzar la plantilla para la temporada próxima, luego de un año en blanco. Sin embargo, y pese al apoyo de los socios compromisarios, la estrategia ha generado polémica, sobre todo por las deudas de más de 1.400 millones de euros que arrastra el club y el déficit salarial negativo de 144 millones de euros.
Sin embargo desde el Camp Nou han hecho caso omiso a las críticas y han seguido adelante con su plan, incluso con el visto bueno del presidente de La Liga, Javier Tebas, quien dijo recientemente que "lo están haciendo bien y parece que podrán inscribir a todos los jugadores.
Todo el mundo del fútbol sabe que las finanzas del Barcelona andan muy mal. El club paga el peaje de los desmesurados salarios que recibió Lionel Messi por años, con la intención de retenerlo en la plantilla y evitar que se fuera el jugador que cambió la historia de la institución, con cuatro de los cinco títulos europeos que figuran e sus vitrinas.
Tampoco es Messi el único culpable, porque el resto de la plantilla, incluyendo los capitanes Sergio Busquets y Gerard Piqué, también sacaron tajadas suculentas de la supuesta bondad del entonces presidente Josep María Bartomeu, al extremo de que en la decena inicial de los mejores pagados del torneo español los catalanes eran mayoría, sobre todo el zaguero central, que ganaba lo mismo que Garet Bale.
Desde Inglaterra, el otrora jugador del Manchester United Gary Neville no deja de criticar el accionar del Barcelona y se cuestiona la limpieza con la cual está haciendo las cosas, mientras el entrenador del poderoso Bayern Múnich, Julian Nagelsmann, fue crudo al hablar de la directiva culé, cuando aún Lewandowski no había sido traspasado.
Desde Can Barça aseguran que todo es lícito, que está dentro de la ley y que seguirán con el proceso con la intención de ganar todos los títulos posibles en la presente temporada, incluso con la ilusión de traer de vuelta a Lionel Messi, cuya salida hacia el PSG francés sigue siendo un lastre en la carrera del presidente Laporta, que casi seguro intentará enmendar en el futuro.
Comprar jugadores pudo haber sido —o es— el trabajo más fácil que tiene la directiva. A fin de cuentas, solo vendieron activos por hasta 25 años, ingresaron dinero, y si tienes plata puedes comprar. Así que con varias incorporaciones hechas y hasta tres más en planes, ahora toca el momento de dar salidas, porque en una plantilla solo puede haber 26 jugadores y la del Barcelona llega a los 30 efectivos.
Las salidas de Clément Lenglet y Oscar Mingueza no bastan para aligerar la zaga. Todavía hay que buscarle acomodo a Samuel Umtiti, un jugador al que ya nadie quiere ni en equipos de tercera división, sobre todo porque su físico no está para competir —aunque tiene contrato y hay que respetarlo—, en lo que amenaza con ser otra temporada más con él en la grada cada fin de semana.
En la delantera sobran Martin Braithwaite y Memphis Depay, dos jugadores devaluados por los cuales muy poco podrá ingresar el club, sobre todo porque el propio entrenador los consideró poco menos que inservibles desde su llegada al club a finales del año anterior. Sin embargo, puede que encuentren comprador, porque ambos, sin ser estrellas, tienen lo que más se paga en el fútbol, gol.
Más complicada parece la situación en el centro del campo, del que deben salir Riqui Pug, Miralem Pjianic y Frenkie de Jong. Xavi no cuenta con los dos primeros, y la venta del tercero es trascendental para que a las arcas del club entre algún dinero con el cual pagar salarios e inscribir.
Sobre De Jong hubo, hay y habrá presiones, pero al holandés le restan unos 80 millones por cobrar del Barça y es poco probable que quiera abandonar Cataluña para irse a otro lugar, y mucho menos si es a un equipo que no jugará Champions, como el Manchester United, con el cual Laporta tiene ya un acuerdo cerrado.
Sin contar los que aún puedan venir, el Barcelona necesita sacarse de encima cuatro de los 30 jugadores que ahora tiene en la plantilla. Eso parece más complicado que activar palancas y comprar jugadores. A menos que lo haga con la opción más fácil: regalarlos a otros clubes o cederlos haciéndose cargo de sus fichas. Y hasta para eso puede que sirvan las famosas palancas.
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