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Piloto argentino en Malvinas: "Enfrentar a una potencia mundial no es algo de todos los días"
Piloto argentino en Malvinas: "Enfrentar a una potencia mundial no es algo de todos los días"
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La Fuerza Aérea Argentina tuvo un rol destacado durante la Guerra de Malvinas, siendo responsable de destruir o dañar varios buques británicos. En diálogo con... 04.05.2022, Sputnik Mundo
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Los primeros días de mayo de 1982 marcaron el 'bautismo de fuego' de la Fuerza Aérea Argentina en la Guerra de Malvinas. Las fuerzas británicas se enfrascaron en retomar las islas ante la férrea defensa del país sudamericano. Luego del hundimiento del crucero argentino ARA General Belgrano, el 2 de mayo, la Fuerza Aérea Argentina respondería con el hundimiento del destructor británico HMS Sheffield el 4 de mayo.El valor de los pilotos argentinos produjo como resultado los peores daños a la Armada británica en la posguerra: los barcos Sheffield, Coventry, Ardent, Antelope, Sir Galahan, Tristam, Atlantic Conveyor fueron hundidos y otros 15 resultaron averiados, sin hablar del portaaviones Invincible, cuyos daños nunca fueron reconocidos por el Reino Unido.Horacio Mir, por aquel entonces capitán de la VI Brigada Aérea argentina, asegura que nunca imaginó combatir ante la tercera potencia militar en medio del Océano Atlántico, ni menos dirigir una escuadrilla de aviones que tendría un rol preponderante en los sucesivos combates aéreos que tuvieron lugar hace exactos 40 años.'Bautismo de fuego'Cuando comenzó la 'Operación Rosario' —el inicio de la recuperación argentina de las islas, el 2 de abril de 1982—, el escuadrón de Mir, que era jefe de escuadrilla, se instaló en la Base Aeronaval de Río Grande, en plena provincia de Tierra del Fuego, Antártida e Islas del Atlántico Sur, en lo que se llama una 'unidad alojada' en una base naval."Operamos en una base de la Armada que tiene una pista, el aeródromo de Río Grande. Pero aprovechando todo lo que es el sur, la Fuerza Aérea desplegó a todas sus bases desde Trelew hasta Río Grande, que era el despliegue más austral, tratando de aprovechar la menor distancia que había entre Tierra del Fuego y las islas", recuerda Mir.A partir del 1° de mayo comienza un conflicto muy intenso y la Fuerza Aérea, "como ha quedado evidenciado —con sus virtudes y defectos—, tuvo una participación muy activa".Participación en distintas misionesDurante los dos meses que duró el conflicto, Mir participó en distintas misiones, desde el 1° de mayo —cuando inició la guerra para la Fuerza Aérea Argentina— hasta que se terminó el conflicto el 14 de junio y siempre volando un avión M5 Mirage Dagger, de fabricación francesa y adaptaciones israelíes."Ese día nos enfrentamos a los Harrier, un avión complejo [cazabombardero], con armamento de última generación. Después nos dimos cuenta que era imposible combatir contra los Harrier, porque tenían un misil de última generación y nosotros teníamos un misil de primera generación", destaca el brigadier en retiro."A partir de ese momento la Fuerza Aérea cambió absolutamente sus objetivos y nos dedicamos a atacar a las distintas fragatas y buques que conformaban la Task Force, y dentro de eso, el 21 de mayo fue el ataque a la fragata Ardent que estaba en el Canal San Carlos, que estaba bombardeando una base nuestra en la Isla Soledad", rememora.A partir del desembarco en el Puerto de San Carlos por parte de las fuerzas británicas, el objetivo de la escuadrilla dirigida por Mir pasó a ser atacar los distintos buques que estaban produciendo ese desembarco.Todo lo anterior, teniendo en cuenta la necesidad de tomar decisiones a más de 900 km/h en vuelo rasante a no más de tres metros sobre la línea del agua. "En esa fracción de segundo, yo dirigí la escuadrilla para atacar a distintos buques"."Atacamos dos o tres buques de desembarco, entre ellos, mis bombas dieron en el barco RFA Sir Bedivere, que es de tropa. Desgraciadamente, como ocurrió muchas veces en el conflicto, mis bombas no explotaron. Afectaron el buque, le produjeron severos daños, pero no explotaron, porque nuestras bombas, como ya he explicado en estos cuarenta años, no eran bombas para ataque a buques, sino a unidades terrestres que fueron adaptadas para que impactaran en unidades navales", apunta Mir.El argentino recuerda la valentía y arrojo de su escuadrilla en aquellos días hace 40 años, de enfrentar no solo las inclemencias climáticas propias de la zona, las condiciones de vuelo, como también la disparidad de recursos bélicos para afrontar un combate.Batalla del Canal San CarlosEl excapitán de la Fuerza Aérea Argentina recuerda especialmente el 29 de mayo como uno de los días más importantes dentro de los ataques aéreos, cuando ocurrió la denominada 'Batalla del canal San Carlos'.Mir apunta que para los británicos aquel episodio es recordado como el 'Valle de las Bombas' porque "la Fuerza Aérea perdió gran cantidad de aviones en esos días, pero también la flota inglesa sufrió daños severos en diversos buques y fragatas".Ese 29 de mayo, Mir tenía la orden de realizar un ataque en Puerto San Carlos. La tarea cayó en manos únicamente de Mir y otro avión, piloteado por el teniente Bernhardt, que ya había acompañado al capitán en misiones anteriores.Valor y heroísmo de los pilotos argentinos: un reconocimiento históricoEl excapitán y hoy brigadier en retiro concuerda en que se ha hablado mucho sobre la diferencia que había entre ambos bandos. Para 1982, la flota inglesa era la tercera flota en el mundo y enfrentaba su primera batalla aeronaval después de la Segunda Guerra Mundial."Además, un país como Argentina, que está enfrentado a una potencia mundial, no es precisamente algo que se ve todos los días", reflexiona Mir.La Fuerza Aérea Argentina, al margen de las negociaciones diplomáticas, comenzó a preparar el escenario para un posible inicio de hostilidades real. En aquellos días, las distintas fuerzas de tareas argentinas tuvieron 20 días para entrenar nuevas técnicas para adaptarse a las vicisitudes de un enfrentamiento aeronaval.Mir admite que "realmente era un combate muy dispar" por la diferencia en el número entre la Fuerza Aérea y la flota inglesa. Sin embargo, destaca, los aviadores argentinos demostraron tener "un entrenamiento que en ese entonces era superlativo" en todas sus unidades."Hay que pensar que los C-130 operaron hasta el último día en la pista de Puerto Argentino, los bombarderos nocturnos Canberra, o sea toda la Fuerza Aérea, con sus más y sus menos demostró un trabajo en equipo impecable", asegura.Mir sostiene que el reconocimiento no puede ser exclusivamente hacia los pilotos, debido a que se trató, en realidad, de un enorme trabajo en equipo. Por eso, al expiloto le gusta hacer una analogía entre el trabajo de la Fuerza Aérea y el que puede verse, por ejemplo, en el deporte."Siempre se habla de los pilotos pero yo siempre comparo esto con las carreras de Fórmula 1. La cámara siempre está con el piloto, pero cuando el coche entra a boxes, uno ve el trabajo en equipo y a veces las carreras se ganan por esas décimas de segundo en que un equipo cambia o repara antes que el otro equipo", ilustra.Para Mir, el equipo de boxes de los pilotos argentinos en Malvinas estaba integrado por mecánicos, armeros, radaristas y el personal que preparaba los equipos de supervivencia.Mir recuerda que en aquel momento "no hubo nadie que se opusiera" a ir al campo de batalla y que " todas las tripulaciones efectuaron las misiones sin ningún inconveniente", como muestra del valor de los integrantes de la Fuerza Aérea.Esa valentía fue reconocida incluso por los propios británicos en eventos realizados posteriormente a la guerra. Mir, por ejemplo, participó de un simposio en Londres en el que fue reconocido en persona por altos mandos militares del Reino Unido que habían tenido autoridad en 1982."Para nosotros el orgullo es eso: recordar primero a la gente que murió, nuestros 55 héroes que dieron la vida, y después el trabajo en equipo que todo el personal de la Fuerza Aérea, con distintas jerarquías, realizó con el máximo esfuerzo y sacrificio que se podía pedir", enfatiza.Malvinas, a 40 años de distanciaEl excapitán y piloto de guerra asume con satisfacción y tranquilidad el fortalecimiento del sentimiento pro Malvinas en la ciudadanía argentina cuando se cumple el cuadragésimo aniversario del conflicto."Se ha visto en toda la ciudadanía argentina un fortalecimiento de lo que fue el espíritu y el reconocimiento de lo que fue para toda la gente, no para los que combatimos como en mi caso que tenemos la suerte de estar con vida, sino para todos aquellos oficiales, suboficiales, soldados, particularmente y hablo de la Fuerza Aérea que la mayoría fueron pilotos que fallecieron en el conflicto", remarcó.Para Mir, "año a año se ve que la gente va dejando de lado algunos resquemores por la parte política y se enfoca a los hechos, que me parece que tiene fundamental trascendencia". En ese sentido, hizo hincapié en la importancia no solo del conflicto en sí sino también en "lo que esta gente dio, que es lo máximo que un ser humano puede dar, que es dar la vida"."En este caso, como uno que entra en las Fuerzas Armadas, que es dar la vida por la patria", destaca Mir.Argentina, al margen de este conflicto, mantiene una postura absolutamente firme en la parte diplomática y para Mir "algún día, estoy seguro, se podrá llegar a una negociación donde sean reconocidos nuestros derechos sobre las islas"."Mi objetivo, en este aniversario del conflicto, es recordar el sacrificio de la gente de la Fuerza Aérea y de las otras fuerzas, por supuesto, que dieron su vida en la batalla de Malvinas. Era nuestro deber, y vuelvo a repetir, con errores y con aciertos, la Fuerza Aérea dio lo mejor que podía", concluye.
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Los primeros días de mayo de 1982 marcaron el 'bautismo de fuego' de la Fuerza Aérea Argentina en la
Guerra de Malvinas. Las fuerzas británicas se enfrascaron en retomar las islas ante la férrea defensa del país sudamericano. Luego del hundimiento del crucero argentino
ARA General Belgrano, el 2 de mayo, la Fuerza Aérea Argentina respondería con el hundimiento del destructor británico HMS Sheffield el 4 de mayo.
El valor de los pilotos argentinos produjo como resultado los peores daños a la Armada británica en la posguerra: los barcos Sheffield, Coventry, Ardent, Antelope, Sir Galahan, Tristam, Atlantic Conveyor fueron hundidos y otros 15 resultaron averiados, sin hablar del portaaviones Invincible, cuyos daños nunca fueron reconocidos por el Reino Unido.
Horacio Mir, por aquel entonces capitán de la VI Brigada Aérea argentina, asegura que nunca imaginó combatir ante la tercera potencia militar en medio del Océano Atlántico, ni menos dirigir una escuadrilla de aviones que tendría un rol preponderante en los sucesivos combates aéreos que tuvieron lugar hace exactos 40 años.
Cuando comenzó la 'Operación Rosario' —el inicio de la recuperación argentina de las islas, el 2 de abril de 1982—, el escuadrón de Mir, que era jefe de escuadrilla, se instaló en la Base Aeronaval de Río Grande, en plena provincia de Tierra del Fuego, Antártida e Islas del Atlántico Sur, en lo que se llama una 'unidad alojada' en una base naval.
"Operamos en una base de la Armada que tiene una pista, el aeródromo de Río Grande. Pero aprovechando todo lo que es el sur, la Fuerza Aérea desplegó a todas sus bases desde Trelew hasta Río Grande, que era el despliegue más austral, tratando de aprovechar la menor distancia que había entre Tierra del Fuego y las islas", recuerda Mir.
A partir del 1° de mayo comienza un conflicto muy intenso y la Fuerza Aérea, "como ha quedado evidenciado —con sus virtudes y defectos—, tuvo una participación muy activa".
Participación en distintas misiones
Durante los dos meses que duró el conflicto, Mir participó en distintas misiones, desde el 1° de mayo —cuando inició la guerra para la Fuerza Aérea Argentina— hasta que se terminó el conflicto el 14 de junio y siempre volando un avión M5 Mirage Dagger, de fabricación francesa y adaptaciones israelíes.
"Ese día nos enfrentamos a los Harrier, un avión complejo [cazabombardero], con armamento de última generación. Después nos dimos cuenta que era imposible combatir contra los Harrier, porque tenían un misil de última generación y nosotros teníamos un misil de primera generación", destaca el brigadier en retiro.
"A partir de ese momento la Fuerza Aérea cambió absolutamente sus objetivos y nos dedicamos a atacar a las distintas fragatas y buques que conformaban la Task Force, y dentro de eso, el 21 de mayo fue el ataque a la fragata Ardent que estaba en el Canal San Carlos, que estaba bombardeando una base nuestra en la Isla Soledad", rememora.
A partir del desembarco en el Puerto de San Carlos por parte de las fuerzas británicas, el objetivo de la escuadrilla dirigida por Mir pasó a ser atacar los distintos buques que estaban produciendo ese desembarco.
"El puerto San Carlos tenía la particularidad de que era una bahía muy pequeña, toda rodeada de algunas serranías. Cuando nuestra escuadrilla saltó las serranías, entrando de sur a norte, para llegar al puerto, fue una sorpresa muy grande porque delante nuestro no había una o dos fragatas, sino que había aproximadamente entre 13 o 15 buques de distintas características: fragatas, buques de desembarco, buques de transporte", sostiene Mir.
Todo lo anterior, teniendo en cuenta la necesidad de tomar decisiones a más de 900 km/h en vuelo rasante a no más de tres metros sobre la línea del agua. "En esa fracción de segundo, yo dirigí la escuadrilla para atacar a distintos buques".
"Atacamos dos o tres buques de desembarco, entre ellos, mis bombas dieron en el barco RFA Sir Bedivere, que es de tropa. Desgraciadamente, como ocurrió muchas veces en el conflicto, mis bombas no explotaron. Afectaron el buque, le produjeron severos daños, pero no explotaron, porque nuestras bombas, como ya he explicado en estos cuarenta años, no eran bombas para ataque a buques, sino a unidades terrestres que fueron adaptadas para que impactaran en unidades navales", apunta Mir.
El argentino recuerda la valentía y arrojo de su escuadrilla en aquellos días hace 40 años, de enfrentar no solo las inclemencias climáticas propias de la zona, las condiciones de vuelo, como también la disparidad de recursos bélicos para afrontar un combate.
"Tuve la suerte de que toda mi escuadrilla —conformada por cuatro aviones—, pudimos entrar, atacar a los buques y salir. Para finalmente, poder cruzar a través de una barrera de Harrier que nos estaba esperando a la salida del puerto, con algunos daños menores de cañones de los Harrier, pero pudimos regresar a Río Grande sin inconvenientes", cuenta.
Batalla del Canal San Carlos
El excapitán de la Fuerza Aérea Argentina recuerda especialmente el 29 de mayo como uno de los días más importantes dentro de los ataques aéreos, cuando ocurrió la denominada 'Batalla del canal San Carlos'.
Mir apunta que para los británicos aquel episodio es recordado como el 'Valle de las Bombas' porque "la Fuerza Aérea perdió gran cantidad de aviones en esos días, pero también la flota inglesa sufrió daños severos en diversos buques y fragatas".
Ese 29 de mayo, Mir tenía la orden de realizar un ataque en Puerto San Carlos. La tarea cayó en manos únicamente de Mir y otro avión, piloteado por el teniente Bernhardt, que ya había acompañado al capitán en misiones anteriores.
"Cuando cruzamos y atacamos a las tropas que se podían ver en tierra fuimos atacados con misiles Rapier (tierra aire) y tuve la mala suerte que derribaron al teniente Bernhardt, que es un héroe de guerra, y que me había acompañado en todas las misiones. No tuvo la posibilidad de eyectarse y falleció en esa misión", lamenta.
Valor y heroísmo de los pilotos argentinos: un reconocimiento histórico
El excapitán y hoy brigadier en retiro concuerda en que se ha hablado mucho sobre la diferencia que había entre ambos bandos. Para 1982, la flota inglesa era la tercera flota en el mundo y enfrentaba su primera batalla aeronaval después de la Segunda Guerra Mundial.
"Además, un país como Argentina, que está enfrentado a una potencia mundial, no es precisamente algo que se ve todos los días", reflexiona Mir.
La Fuerza Aérea Argentina, al margen de las negociaciones diplomáticas, comenzó a preparar el escenario para un posible inicio de hostilidades real. En aquellos días, las distintas fuerzas de tareas argentinas tuvieron 20 días para entrenar nuevas técnicas para adaptarse a las vicisitudes de un enfrentamiento aeronaval.
Mir admite que "realmente era un combate muy dispar" por la diferencia en el número entre la Fuerza Aérea y la flota inglesa. Sin embargo, destaca, los aviadores argentinos demostraron tener "un entrenamiento que en ese entonces era superlativo" en todas sus unidades.
"Hay que pensar que los C-130 operaron hasta el último día en la pista de Puerto Argentino, los bombarderos nocturnos Canberra, o sea toda la Fuerza Aérea, con sus más y sus menos demostró un trabajo en equipo impecable", asegura.
Mir sostiene que el reconocimiento no puede ser exclusivamente hacia los pilotos, debido a que se trató, en realidad, de un enorme trabajo en equipo. Por eso, al expiloto le gusta hacer una analogía entre el trabajo de la Fuerza Aérea y el que puede verse, por ejemplo, en el deporte.
"Siempre se habla de los pilotos pero yo siempre comparo esto con las carreras de Fórmula 1. La cámara siempre está con el piloto, pero cuando el coche entra a boxes, uno ve el trabajo en equipo y a veces las carreras se ganan por esas décimas de segundo en que un equipo cambia o repara antes que el otro equipo", ilustra.
Para Mir, el equipo de boxes de los pilotos argentinos en Malvinas estaba integrado por mecánicos, armeros, radaristas y el personal que preparaba los equipos de supervivencia.
"Todo eso es un equipo y la Fuerza Aérea demostró, con la educación que nos habían dado desde la Escuela de Aviación Militar y a lo largo de nuestra carrera, que entendíamos perfectamente lo que nos exigían: si es necesario estar preparados para perder la vida en el combate", sentencia.
Mir recuerda que en aquel momento "no hubo nadie que se opusiera" a ir al campo de batalla y que " todas las tripulaciones efectuaron las misiones sin ningún inconveniente", como muestra del valor de los integrantes de la Fuerza Aérea.
Esa valentía fue reconocida incluso por los propios británicos en eventos realizados posteriormente a la guerra. Mir, por ejemplo, participó de un simposio en Londres en el que fue reconocido en persona por altos mandos militares del Reino Unido que habían tenido autoridad en 1982.
En esa instancia Mir recibió el reconocimiento de John Nott, que fue ministro de Defensa británico durante la guerra, y del almirante Sandy Woodward, jefe de la Task Force británica. "Hablando con ellos valoraban y daban como una sorpresa la actitud y cómo combatió la Fuerza Aérea Argentina", dice el argentino.
"Para nosotros el orgullo es eso: recordar primero a la gente que murió, nuestros 55 héroes que dieron la vida, y después el trabajo en equipo que todo el personal de la Fuerza Aérea, con distintas jerarquías, realizó con el máximo esfuerzo y sacrificio que se podía pedir", enfatiza.
Malvinas, a 40 años de distancia
El excapitán y piloto de guerra asume con satisfacción y tranquilidad el fortalecimiento del sentimiento pro Malvinas en la ciudadanía argentina cuando se cumple el cuadragésimo aniversario del conflicto.
"Se ha visto en toda la ciudadanía argentina un fortalecimiento de lo que fue el espíritu y el reconocimiento de lo que fue para toda la gente, no para los que combatimos como en mi caso que tenemos la suerte de estar con vida, sino para todos aquellos oficiales, suboficiales, soldados, particularmente y hablo de la Fuerza Aérea que la mayoría fueron pilotos que fallecieron en el conflicto", remarcó.
Para Mir, "año a año se ve que la gente va dejando de lado algunos resquemores por la parte política y se enfoca a los hechos, que me parece que tiene fundamental trascendencia". En ese sentido, hizo hincapié en la importancia no solo del conflicto en sí sino también en "lo que esta gente dio, que es lo máximo que un ser humano puede dar, que es dar la vida".
"En este caso, como uno que entra en las Fuerzas Armadas, que es dar la vida por la patria", destaca Mir.
Argentina, al margen de este conflicto, mantiene una postura absolutamente firme en la parte diplomática y para Mir "algún día, estoy seguro, se podrá llegar a una negociación donde sean reconocidos nuestros derechos sobre las islas".
"Mi objetivo, en este aniversario del conflicto, es recordar el sacrificio de la gente de la Fuerza Aérea y de las otras fuerzas, por supuesto, que dieron su vida en la batalla de Malvinas. Era nuestro deber, y vuelvo a repetir, con errores y con aciertos, la Fuerza Aérea dio lo mejor que podía", concluye.
2 de mayo 2022, 16:48 GMT