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¿Sequía en ciernes en España? Un invierno anormalmente seco comienza a tener consecuencias negativas
¿Sequía en ciernes en España? Un invierno anormalmente seco comienza a tener consecuencias negativas
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La amenaza de sequía se cierne sobre el país, donde casi un mes sin precipitaciones deja a los embalses a poco más del 44% de su capacidad. Se augura que el... 08.02.2022, Sputnik Mundo
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El mes de enero ha resultado extraordinariamente seco en toda la península y la primera semana de febrero también. Según datos de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet), en ciudades como Madrid y Valladolid se acumularon hasta 26 días seguidos sin que lloviera ni gota. Y a esta situación le antecede el hecho de que durante el otoño se produjeron escasas precipitaciones.En octubre no hubo lluvias en Sevilla durante 25 días. Y en ciudades septentrionales de clima habitualmente más lluvioso, como Santiago de Compostela o Bilbao, encadenaron hasta una quincena de total sequía. En general, los valores obtenidos durante el primer tercio del año hidrológico, que comprende entre el 1 de octubre de 2021 y el 31 de enero de 2022, no llegan ni a la mitad de lo normal, de ahí que este periodo haya resultado el segundo más seco en lo que llevamos de siglo XXI.Tampoco cabe esperar grandes cambios en febrero, sobre todo en las regiones más afectadas. Amplias zonas del sur de España llevan sin ver el agua de lluvia desde finales de diciembre. Antes, a principios de noviembre, incluso se activaron restricciones del suministro de agua en algunas localidades de la cuenca del río Guadalquivir, dado que un acuífero y un embalse se hallaban casi secos. Y las precipitaciones acumuladas en el norte desde la primera semana de 2022 son anecdóticas. Tan solo en el archipiélago canario y en algunos puntos de la costa mediterránea ha llovido de manera significativa en la segunda quincena de enero.Preocupa el surSegún el último balance del Ministerio de Transición Ecológica, los embalses de la cuenca del Guadalquivir se hallan al 28,55% de su capacidad y los del Guadiana al 30,48%. Son valores muy inferiores a la ya de por sí menguada media nacional, cifrada en un 44,61%. Y un fuerte contraste con la media nacional en la última década, que marcaba una capacidad de casi el 60%.En Cataluña, los embalses de las cuencas internas están al 56% de su capacidad. Es más que la media en todo el país, pero 30 puntos por debajo del nivel que tenían hace un año. Con todo, la situación por el momento no puede calificarse de alarmante, todavía alejada de las restricciones. En 1997 Madrid experimentó 57 días seguidos sin llover, todo un récord para la capital. La sequía en Sevilla ha llegado a alcanzar hasta 88.Según los modelos de pronóstico meteorológico del Centro Europeo de Predicción, en febrero se espera un volumen de precipitaciones inferior al habitual, especialmente en norte y noroeste peninsular. Hay que remontarse a 2012 y 2018 para ver valores semejantes en ese mismo periodo, cuando se recogieron aproximadamente 200 litros de agua por metro cuadrado. De media, entre octubre y enero llovió un 35% menos que el promedio normal (192 litros por m²). En este siglo y para el mismo periodo, el dato solo fue peor entre 2007 y 2008.Los primeros dañosEl anticiclón en la península es permanente y las horas de sol han aumentado. En enero la insolación registrada fue la más alta desde 1983, según los datos del Servicio de Aplicaciones Satelitales de Eumetsat para la vigilancia del clima.Esta combinación de sequía y horas de sol ya ha surtido algunos efectos nocivos. Por ejemplo, un aumento de los incendios forestales en esta época del año. En enero se contabilizaron en España 822 de estos episodios, el doble que la media registrada en el último decenio para ese mes y casi siete veces más que en el mismo periodo de 2021. Como resultado, se han calcinado 4.000 hectáreas de terreno, un área 16 veces mayor que la superficie forestal quemada en enero del año anterior y el doble que la media acumulada de la década.Cultivos amenazadosLa situación es especialmente inquietante para la producción agrícola que obtiene el agua de las cuencas fluviales del sur, las más afectadas. Los cultivos frutales, el algodón y toda la agricultura de regadío tienen ante sí un panorama preocupante. En Andalucía este sector representa tres cuartas partes de la producción final agraria.Pero los cultivos de secano también corren peligro. Los tempranos, como cereales o leguminosas, experimentarán pérdidas, si bien pueden salvarse si lloviese en próximas fechas. Los más tardíos, como la uva, también quedarán expuestos a graves daños de persistir la falta de precipitaciones. Los seguros cubren parte de las posibles pérdidas en las cosechas de cereales, pero la compañías no prevén ninguna cobertura por sequía en los cultivos de regadío.La sequía también comienza a afectar al ganado, porque los pastos se están endureciendo y hay que completar su alimentación, incrementándose los costes. Las organizaciones agrarias contemplan un horizonte de pérdidas importantes en caso de que febrero resulte tan seco como enero.Por qué no llueveUn anticiclón instalado sobre España desde hace 40 días y que continuará por algunos más, impide que las borrascas alcancen la península y las islas Baleares, provocando un tiempo atmosférico especialmente seco. Es una situación inducida por un fenómeno denominado la Niña.En la región del Pacífico se suele hablar de otro fenómeno, el Niño, el causante de inundaciones y desastres naturales en las costas centroamericanas y sudamericanas debido al calentamiento de las aguas de ese océano. La Niña, que también se da en la zona, es un fenómeno opuesto, pues se origina porque el agua se está enfriando más de lo normal, resultando en una menor evaporización y menores precipitaciones. Es una situación que altera el orden atmosférico del planeta, ya que sus consecuencias afectan también a esta parte del continente europeo. Las borrascas se retrasan y cuesta que se generen lluvias.¿Por fin la lluvia?Los pronósticos más esperanzadores apuntan la posibilidad de pequeñas precipitaciones hacia mediados de mes, gracias a una vaguada. Según los modelos predictivos de Meteored, el anticiclón cederá temporalmente y dará paso a chubascos y lluvias irregulares en muchos puntos del país.Pero estas precipitaciones no tendrán lugar en Canarias ni en el suroeste peninsular, precisamente la parte del país más necesitada de agua. La vaguada producirá un descenso térmico de oeste a este y las lluvias que conlleve no serán abundantes. En cualquier caso, el anticiclón se situará de nuevo junto a la península ibérica a mitad de mes.
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agencia estatal de meteorología (aemet), embalse, lluvias
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¿Sequía en ciernes en España? Un invierno anormalmente seco comienza a tener consecuencias negativas
17:17 GMT 08.02.2022 (actualizado: 17:18 GMT 08.02.2022) La amenaza de sequía se cierne sobre el país, donde casi un mes sin precipitaciones deja a los embalses a poco más del 44% de su capacidad. Se augura que el primer trimestre figure entre los cinco con menos lluvias en este siglo y ya hay varias zonas del territorio en alerta y con cortes del suministro de agua.
El mes de enero ha resultado extraordinariamente seco en toda la península y la primera semana de febrero también. Según datos de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet), en ciudades como Madrid y Valladolid se acumularon hasta 26 días seguidos sin que lloviera ni gota. Y a esta situación le antecede el hecho de que durante el otoño se produjeron escasas precipitaciones.
En octubre no hubo lluvias en Sevilla durante 25 días. Y en ciudades septentrionales de clima habitualmente más lluvioso, como
Santiago de Compostela o Bilbao, encadenaron hasta una quincena de total sequía. En general, los valores obtenidos durante el primer tercio del año hidrológico, que comprende entre el 1 de octubre de 2021 y el 31 de enero de 2022, no llegan
ni a la mitad de lo normal, de ahí que este periodo haya resultado el segundo más seco en lo que llevamos de siglo XXI.
Tampoco cabe esperar grandes cambios en febrero, sobre todo en las regiones más afectadas. Amplias zonas del sur de España llevan sin ver el agua de lluvia desde finales de diciembre. Antes, a principios de noviembre, incluso se activaron restricciones del suministro de agua en algunas localidades de la cuenca del río Guadalquivir, dado que un acuífero y un embalse se hallaban casi secos. Y las precipitaciones acumuladas en el norte desde la primera semana de 2022 son anecdóticas. Tan solo en el archipiélago canario y en algunos puntos de la costa mediterránea ha llovido de manera significativa en la segunda quincena de enero.
Según el último balance del Ministerio de Transición Ecológica, los embalses de la cuenca del Guadalquivir se hallan al 28,55% de su capacidad y los del Guadiana al 30,48%. Son valores muy inferiores a la ya de por sí menguada media nacional, cifrada en un 44,61%. Y un fuerte contraste con la media nacional en la última década, que marcaba una capacidad de casi el 60%.
En Cataluña, los embalses de las cuencas internas están al 56% de su capacidad. Es más que la media en todo el país, pero 30 puntos por debajo del nivel que tenían hace un año. Con todo, la situación por el momento no puede calificarse de alarmante, todavía alejada de las restricciones. En 1997 Madrid experimentó 57 días seguidos sin llover, todo un récord para la capital. La sequía en Sevilla ha llegado a alcanzar hasta 88.
Según los modelos de pronóstico meteorológico del Centro Europeo de Predicción, en febrero se espera un volumen de precipitaciones inferior al habitual, especialmente en norte y noroeste peninsular. Hay que remontarse a 2012 y 2018 para ver valores semejantes en ese mismo periodo, cuando se recogieron aproximadamente 200 litros de agua por metro cuadrado. De media, entre octubre y enero llovió un 35% menos que el promedio normal (192 litros por m²). En este siglo y para el mismo periodo, el dato solo fue peor entre 2007 y 2008.
El anticiclón en la península es permanente y las horas de sol han aumentado. En enero la insolación registrada fue la más alta desde 1983, según los datos del Servicio de Aplicaciones Satelitales de Eumetsat para la vigilancia del clima.
Esta combinación de sequía y horas de sol ya ha surtido algunos efectos nocivos. Por ejemplo, un
aumento de los incendios forestales en esta época del año. En enero se contabilizaron en España 822 de estos episodios, el doble que la media registrada en el último decenio para ese mes y casi siete veces más que en el mismo periodo de 2021. Como resultado, se han calcinado 4.000 hectáreas de terreno, un área
16 veces mayor que la superficie forestal quemada en enero del año anterior y el doble que la media acumulada de la década.
La situación es especialmente inquietante para la producción agrícola que obtiene el agua de las cuencas fluviales del sur, las más afectadas. Los
cultivos frutales, el algodón y toda la agricultura de regadío tienen ante sí un panorama preocupante. En Andalucía este sector representa tres cuartas partes de la producción final agraria.
Pero los cultivos de secano también corren peligro. Los tempranos, como cereales o leguminosas, experimentarán pérdidas, si bien pueden salvarse si lloviese en próximas fechas. Los más tardíos, como la uva, también quedarán expuestos a graves daños de persistir la falta de precipitaciones. Los seguros cubren parte de las posibles pérdidas en las cosechas de cereales, pero la compañías no prevén ninguna cobertura por sequía en los cultivos de regadío.
La sequía también comienza a afectar al ganado, porque los pastos se están endureciendo y hay que completar su alimentación, incrementándose los costes. Las organizaciones agrarias contemplan un horizonte de pérdidas importantes en caso de que febrero resulte tan seco como enero.
Un anticiclón instalado sobre España desde hace 40 días y que continuará por algunos más, impide que las borrascas alcancen la península y las islas Baleares, provocando un tiempo atmosférico especialmente seco. Es una situación inducida por un fenómeno denominado la Niña.
30 de noviembre 2021, 12:35 GMT
En la región del Pacífico se suele hablar de otro fenómeno, el Niño, el
causante de inundaciones y desastres naturales en las costas centroamericanas y sudamericanas debido al calentamiento de las aguas de ese océano. La Niña, que
también se da en la zona, es un fenómeno opuesto, pues se origina porque el agua se está enfriando más de lo normal, resultando en una menor evaporización y
menores precipitaciones. Es una situación que altera el orden atmosférico del planeta, ya que sus consecuencias afectan también a esta parte del continente europeo. Las borrascas se retrasan y cuesta que se generen lluvias.
Los pronósticos más esperanzadores apuntan la posibilidad de pequeñas precipitaciones hacia mediados de mes, gracias a una vaguada. Según los modelos predictivos de Meteored, el anticiclón cederá temporalmente y dará paso a chubascos y lluvias irregulares en muchos puntos del país.
Pero estas precipitaciones no tendrán lugar en Canarias ni en el suroeste peninsular, precisamente la parte del país más necesitada de agua. La vaguada producirá un descenso térmico de oeste a este y las lluvias que conlleve no serán abundantes. En cualquier caso, el anticiclón se situará de nuevo junto a la península ibérica a mitad de mes.
5 de febrero 2022, 08:30 GMT