México y EEUU afianzan vínculo comercial, migratorio y de seguridad en primer año de Biden
20:36 GMT 20.01.2022 (actualizado: 20:40 GMT 20.01.2022)
© Foto : Cortesía de la Cancillería mexicanaLos presidentes de México y de EEUU celebraron este jueves 18 una cumbre en Washington, donde el líder estadounidense Joe Biden manifestó que ambos están "comprometidos con la democracia", y el gobernante mexicano agradeció una iniciativa migratoria enviada por su homólogo al Congreso de EEUU.
© Foto : Cortesía de la Cancillería mexicana
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CIUDAD DE MÉXICO (Sputnik) — Durante su primer año en el cargo, el presidente de EEUU, Joe Biden, ha respaldado el nuevo Tratado de Libre Comercio de América del Norte (T-MEC), que moldea gran parte de la relación entre su país con México y afianzó su relación con la nación vecina en los temas de migración y seguridad.
Su primer año en la Casa Blanca, que se cumple este jueves 20 de enero, ha sido complicado por la situación interna en EEUU y su histórica popularidad a la baja encara el fantasma de la próxima elección intermedia, prevista para el 8 de noviembre.
En contraste, al otro lado de su frontera sur tiene a su par mexicano, Andrés Manuel López Obrador, muy consolidado, con alrededor de 60% de popularidad.
"Ese contrate es importante, porque la sartén por el mango de la relación la tiene EEUU, obviamente; pero esa diferencia le otorga un margen de negociación a México", dijo a Sputnik la investigadora Leticia Calderón Chelius, politóloga doctorada por la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales.
Después del mandato de Donald Trump (2017-2021) "ocurrió una transición suave con Biden", tras violentos incidentes en el Capitolio de Washington, protagonizados por seguidores del magnate republicano cuando se negaba a reconocer su derrota en enero del año pasado.
El nuevo tratado comercial renegociado por iniciativa de Trump entró en vigor en 2020, y en 2021 Biden lo reforzó con la reactivación del Diálogo de Alto Nivel Económico bilateral y una Cumbre de América del Norte en noviembre pasado.
Calderón Chelius explica que la mayor preocupación se origina en temas de inversión, que el T-MEC afianzó.
El escenario crítico se presenta en las industrias minera, energética o automotriz, que generan quejas en México y "son asuntos de controversia política" entre ambos países, dice la académica.
La especialista en temas bilaterales en el Instituto de Investigaciones Históricas "José Maria Luis Mora", que incluyen la migración y la seguridad, señala que "la diplomacia de EEUU incluso impulsó una campaña de cercanía con los inversionistas, donde las controversias se ven más a corto plazo, originadas por visiones de mundo encontradas".
Un comienzo complicado
En ese marco, indica que el embajador estadounidense en México, Ken Salazar, cobró protagonismo "con declaraciones muy fuertes sobre la reforma energética" que impulsa el presidente López Obrador.
El proyecto energético busca lograr con un enfoque nacionalista la autosuficiencia mexicana en combustibles fósiles.
"Es un conflicto potencial que se podría agudizar por el modelo económico que tiene cada uno de estos países y la protección de las inversiones de empresarios y capitales de EEUU en suelo mexicano", prosigue la analista.
México responde protestando por otros temas, como los subsidios que Biden intenta suministrar a las familias que adquieran autos eléctricos fabricados en EEUU, mientras que Canadá y México llevarán el tema a un panel de controversias, argumentando que se han violado las reglas de origen de fabricación.
"Son puntos donde vemos dos modelos diferentes contrastados: Biden no habla al respecto, pero sus apoyos son orientados hacia capitales y fuerzas económicas que han tenido y tendrán presencia en México", puntualiza.
Para México ha sido fundamental que, por necesidad mutua, se reabriera la extensa frontera común, una de las más activas del mundo.
"Después de año y medio cerrada —un hecho sin precedentes—, esa negociación ha sido favorable para que la vacunación contra el nuevo coronavirus sea alta y exitosa en México", comenta Calderón Chelius.
Políticamente ha tenido consecuencias positivas, considerando que EEUU tiene más recursos para enfrentar la contingencia: la relación López Obrador–Biden, "con pragmatismo de ambos mandatarios, ha funcionado muy bien", subraya.
Tráfico de armas y migración
La coordinadora del Grupo contra la Xenofobia de la Red Integra, y asesora de Mexicanos en Exilio, indica a Sputnik que para el país latinoamericano ha sido fructífera la denuncia del tráfico ilegal de armas.
"Ha enviado un mensaje fuerte, una posición distinta de la posición histórica mexicana, desafiando a poderes estadounidenses" como la Asociación Nacional del Rifle.
El 14 de enero pasado, el Gobierno de México y el canciller Marcelo Ebrard obtuvieron el reconocimiento de Personas del Año 2021 de parte de la Asociación para el Control de Armas, por la demanda contra productores de armas que México presentó en agosto de 2021 en una corte federal de EEUU.
"Fue un mensaje de apoyo que se coloca en contraparte con el tema de migración, en el que México cedió en el papel de ser el país de contención migratoria para quienes buscan entrar a EEUU", lamenta la investigadora.
También aceptó recibir a miles de solicitantes de asilo devueltos por EEUU a ciudades mexicanas fronterizas, mediante el polémico programa Quédate en México, creado en la era Trump y reactivado por Biden.
"En el contexto de la pandemia y con la economía muy tocada, México cedió en el tema migratorio y actúa de forma muy dura frente al flujo migratorio, con una crueldad innecesaria", puntualizó.
Son los claroscuros hacia los tres años que los dos mandatarios compartirán hasta 2024.