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El Usain Bolt del Cretácico: uno de los dinosaurios más rápidos de la historia vivió en España
El Usain Bolt del Cretácico: uno de los dinosaurios más rápidos de la historia vivió en España
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La investigación de un paleontólogo de la Universidad de La Rioja ha descubierto el tercer rastro de dinosaurio más rápido del mundo. El animal que dejó dichas... 18.12.2021, Sputnik Mundo
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La Rioja, año 2021. Su paisaje lo conforman campos de cultivo que ascienden desde la ribera del Ebro hacia las montañas del Sistema Ibérico. Los viñedos protagonizan el aspecto de la comunidad autónoma. Pero, no siempre fue así. Hace 120 millones de años, el entorno era completamente distinto. Donde había río y cordillera se extendía una gran llanura, encabezada por un lago de grandes proporciones. La vid no existía. En su lugar, helechos de diferente porte y árboles típicos del Cretácico Temprano. La era de los dinosaurios.La vida giraba en torno al lago. Este condicionaba el entorno con las fluctuaciones de su nivel de agua. Cuando este bajaba, los saurios caminaban sobre su lecho embarrado. Al subir, los animales se retiraban. Sin embargo, sus pisadas quedaban clavadas en el suelo, protegidas por la capa de sedimentos que arrastraba el lago. Quedaban resguardadas del paso del tiempo. "Las reconstrucciones paleoclimáticas indican que La Rioja era un lugar ideal para la conservación de huellas. Hay vestigios en una serie estratigráfica enorme. Sin duda, esta zona es de los sitios con mayor concentración de huellas del mundo", señala el geólogo y paleontólogo Pablo Navarro-Lorbés a Sputnik Mundo.Su tesis doctoral, orquestada desde la cátedra de Paleontología de la Universidad de La Rioja, tiene las huellas de dinosaurio de La Rioja como objeto de estudio. La aplicación de nuevas tecnologías en la paleontología es el tema central. El objetivo de Navarro-Lorbés es ampliar el conocimiento existente sobre las pisadas y fósiles de la comunidad autónoma. En concreto, el de los rastros del yacimiento de La Torre, ubicado en el municipio de Igea.El investigador se desplazó con un equipo hasta los pedregosos montes en los que se hallan las pisadas. Tras limpiar los restos, realizaron una nueva búsqueda. A un rastro de seis huellas, le añadieron una más. Al segundo de tan solo dos, pudieron sumarle otras tres. La sorpresa llegó al comprobar que se trataban de recuerdos de una antigua carrera. "Trabajos anteriores decían que podían ser rastros en carrera rápida. Así fue. Es un tipo de vestigio raro. Hay más en el mundo, pero no muchos", puntualiza Navarro-Lorbés. "Al final, los dinosaurios eran más caminantes que corredores, ya que esta actividad requería un mayor esfuerzo energético. Todavía más en una superficie embarrada, como en la que se formaron las huellas", continúa.Los trabajos sobre las impresiones derivaron en un artículo publicado en la revista Scientific Reports. En este también colaboraron investigadores del Centro de Interpretación Paleontológica de La Rioja y de las universidades Complutense, País Vasco y Nacional de Río Negro (Argentina). Un texto en el que se habla de uno de los dinosaurios más rápidos del planeta.A la carreraLas huellas tienen entre 115 y 120 millones de años. Aquel galope se produjo en pleno Cretácico. Los motivos se desconocen. Sin embargo, los investigadores han sido capaces de desvelar la velocidad a la que corrieron los protagonistas de cada senda. El primer rastro indica una carrera progresiva de un terópodo de entre 23,4 y 37 kilómetros hora. El segundo indica un paso con maniobras bruscas, pero con una velocidad todavía mayor: entre 31,7 y 44,6 kilómetros hora. Esta última fue la cifra que alcanzó Usain Bolt en los Juegos Olímpicos de Pekín 2008.La pisada es fuente de toda la información. Tras su análisis, los expertos estiman una altura de cadera de 1,3 o 1,4 metros, calculada mediante el tamaño de las huellas (28,9 centímetros de largo y 26,9 centímetros de ancho) y una serie de referencias aplicadas en dinosaurios. Esta medida es básica para descifrar la velocidad de la carrera. Después se busca la distancia entre dos imprentas consecutivas con el mismo pie. Obtenidos estos dos valores, el siguiente paso es colocarlos en la fórmula ideada por Robert McNeill Alexander en los años 70. Ecuación modificada ligeramente por investigadores de la Universidad de La Rioja. El resultado son los kilómetros hora que llevaba la zancada. "Con este proceso podemos hacer una gráfica de la evolución de la velocidad en el rastro", asegura Navarro-Lorbés.Lo que es una incógnita son los autores de las icnitas. En este caso, el estudio apunta que el rastro más lento fue originado por un dinosaurio de mayor envergadura. No obstante, tampoco hipotetizan con animales de dimensiones gigantescas. Según los resultados publicados, se trataría de terópodos de tamaño medio. Tendrían una altura cercana al metro y medio y una longitud de unos cuatro metros. Por la forma de la huella, se barajan dos familias de carnívoros que habitaron la península ibérica: los carcharodontosaurus, conocidos como "lagartos de dientes de tiburón" y devoradores de presas terrestres, o los spinosaurus, pescadores y con una cabeza similar a la de un cocodrilo actual.Pero, simplemente son suposiciones. Sin una icnita, nombre que reciben las huellas fosilizadas, bien definida es complicado asignar un productor específico. "El pie de los dinosaurios carnívoros es bastante parecido", afirma el director de la investigación. Todos contaban con tres dedos gráciles acabados en garras. Para poder determinar la especie de dinosaurio es fundamental que todas las características del pie queden marcadas. Algo que no sucede con las del yacimiento de La Torre.Sin embargo, sí que revelan otros aspectos de la vida a orillas de aquella gran superficie cretácica que era La Rioja. Los quiebros y maniobras del rastro más rápido advierten que el animal que lo llevó a cabo contaba con una gran agilidad. Una característica que se traducía en una mayor ventaja para depredar y no ser cazado por una especie de mayor tamaño. Pero, también un síntoma de una posible velocidad media bastante elevada en la zona. "En estos ecosistemas, si los depredadores se hacen más rápidos y ágiles a las presas les va suceder lo mismo. No se quedan atrás, ya que su supervivencia quedaría en entredicho", destaca Navarro-Lorbés.A pesar de las increíbles velocidades alcanzadas por los antiguos pobladores de La Rioja, el récord lo tiene el compsognathus. Según unas simulaciones biomecánicas realizadas en la Universidad de Manchester, este pequeño bípedo podía llegar a los 64 kilómetros hora. Más del doble que la del tiranosaurio, situada en los 27 kilómetros hora. Usain Bolt podría escapar del mítico depredador prehistórico. Más complicado lo tendría para huir del ser que marcó las laderas de Igea.
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El Usain Bolt del Cretácico: uno de los dinosaurios más rápidos de la historia vivió en España
Alejandro Cuevas Vidal
Desde España
La investigación de un paleontólogo de la Universidad de La Rioja ha descubierto el tercer rastro de dinosaurio más rápido del mundo. El animal que dejó dichas huellas alcanzó los 45 kilómetros por hora hace 120 millones de años.
La Rioja, año 2021. Su paisaje lo conforman campos de cultivo que ascienden desde la ribera del Ebro hacia las montañas del Sistema Ibérico. Los viñedos protagonizan el aspecto de la comunidad autónoma. Pero, no siempre fue así. Hace 120 millones de años, el entorno era completamente distinto. Donde había río y cordillera se extendía una gran llanura, encabezada por
un lago de grandes proporciones. La vid no existía. En su lugar, helechos de diferente porte y árboles típicos del Cretácico Temprano. La era de
los dinosaurios.
La vida giraba en torno al lago. Este condicionaba el entorno con las fluctuaciones de su nivel de agua. Cuando este bajaba, los saurios caminaban sobre su lecho embarrado. Al subir, los animales se retiraban. Sin embargo, sus pisadas quedaban clavadas en el suelo, protegidas por la capa de sedimentos que arrastraba el lago. Quedaban resguardadas del paso del tiempo. "Las reconstrucciones paleoclimáticas indican que La Rioja era un lugar ideal para la conservación de huellas. Hay vestigios en una serie estratigráfica enorme. Sin duda, esta zona es de los sitios con mayor concentración de huellas del mundo", señala el geólogo y paleontólogo Pablo Navarro-Lorbés a Sputnik Mundo.
Su tesis doctoral, orquestada desde la cátedra de Paleontología de la Universidad de La Rioja, tiene las huellas de
dinosaurio de La Rioja como objeto de estudio. La aplicación de nuevas tecnologías en la paleontología es el tema central. El objetivo de Navarro-Lorbés es ampliar el conocimiento existente sobre las pisadas y fósiles de la comunidad autónoma. En concreto, el de los rastros del
yacimiento de La Torre, ubicado en el municipio de Igea.
El investigador se desplazó con un equipo hasta los pedregosos montes en los que se hallan las pisadas. Tras limpiar los restos, realizaron una nueva búsqueda. A un rastro de seis huellas, le añadieron una más. Al segundo de tan solo dos, pudieron sumarle otras tres. La sorpresa llegó al comprobar que se trataban de recuerdos de una antigua carrera. "Trabajos anteriores decían que podían ser rastros en carrera rápida. Así fue. Es un tipo de vestigio raro. Hay más en el mundo, pero no muchos", puntualiza Navarro-Lorbés. "Al final, los dinosaurios eran más caminantes que corredores, ya que esta actividad requería un mayor esfuerzo energético. Todavía más en una superficie embarrada, como en la que se formaron las huellas", continúa.
Los trabajos sobre las impresiones derivaron en
un artículo publicado en la revista
Scientific Reports. En este también colaboraron investigadores del Centro de Interpretación Paleontológica de La Rioja y de las universidades Complutense, País Vasco y Nacional de Río Negro (Argentina). Un texto en el que
se habla de uno de los dinosaurios más rápidos del planeta.Las huellas tienen entre 115 y 120 millones de años. Aquel galope se produjo en pleno Cretácico. Los motivos se desconocen. Sin embargo, los investigadores han sido capaces de desvelar la velocidad a la que corrieron los protagonistas de cada senda. El primer rastro indica una carrera progresiva de un terópodo de entre 23,4 y 37 kilómetros hora. El segundo indica un paso con maniobras bruscas, pero con una velocidad todavía mayor: entre 31,7 y 44,6 kilómetros hora. Esta última fue la cifra que alcanzó Usain Bolt en los Juegos Olímpicos de Pekín 2008.
"Comparado con otros, estaríamos ante el tercer rastro más rápido del planeta. Por supuesto, el primero de España", indica el paleontólogo. Solo dos rastros de Estados Unidos superan al de Igea. El más veloz, hallado en el yacimiento de San Juan (Utah), alcanza los 55 kilómetros hora.
La pisada es fuente de toda la información. Tras su análisis, los expertos
estiman una altura de cadera de 1,3 o 1,4 metros, calculada mediante el tamaño de las huellas (28,9 centímetros de largo y 26,9 centímetros de ancho) y una serie de referencias aplicadas en
dinosaurios. Esta medida es básica para descifrar la velocidad de la carrera. Después
se busca la distancia entre dos imprentas consecutivas con el mismo pie. Obtenidos estos dos valores, el siguiente paso es colocarlos en la fórmula ideada por Robert McNeill Alexander en los años 70. Ecuación modificada ligeramente por investigadores de la Universidad de La Rioja. El resultado son los kilómetros hora que llevaba la zancada. "Con este proceso podemos hacer una gráfica de la evolución de la velocidad en el rastro", asegura Navarro-Lorbés.
Lo que es una incógnita son los autores de las icnitas. En este caso, el estudio apunta que el rastro más lento fue originado por un dinosaurio de mayor envergadura. No obstante, tampoco hipotetizan con animales de dimensiones gigantescas. Según los resultados publicados, se trataría de
terópodos de tamaño medio. Tendrían una altura cercana al metro y medio y una longitud de unos cuatro metros. Por la forma de la
huella,
se barajan dos familias de carnívoros que habitaron la península ibérica: los
carcharodontosaurus, conocidos como "lagartos de dientes de tiburón" y devoradores de presas terrestres, o los
spinosaurus, pescadores y con una cabeza similar a la de un cocodrilo actual.
Pero, simplemente son suposiciones. Sin una icnita, nombre que reciben las huellas fosilizadas, bien definida es complicado asignar un productor específico. "El pie de los dinosaurios carnívoros es bastante parecido", afirma el director de la investigación. Todos contaban con tres dedos gráciles acabados en garras. Para poder determinar la especie de dinosaurio es fundamental que todas las características del pie queden marcadas. Algo que no sucede con las del yacimiento de La Torre.
Sin embargo, sí que revelan otros aspectos de la vida a orillas de aquella gran superficie cretácica que era La Rioja. Los quiebros y maniobras del rastro más rápido advierten que el animal que lo llevó a cabo contaba con una gran agilidad. Una característica que se traducía en una mayor ventaja para depredar y no ser cazado por una especie de mayor tamaño. Pero, también un síntoma de una posible velocidad media bastante elevada en la zona. "En estos ecosistemas, si los depredadores se hacen más rápidos y ágiles a las presas les va suceder lo mismo. No se quedan atrás, ya que su supervivencia quedaría en entredicho", destaca Navarro-Lorbés.
A pesar de las increíbles velocidades alcanzadas por los antiguos pobladores de La Rioja, el récord lo tiene el compsognathus. Según unas simulaciones biomecánicas realizadas en la Universidad de Manchester, este pequeño bípedo podía llegar a los 64 kilómetros hora. Más del doble que la del tiranosaurio, situada en los 27 kilómetros hora. Usain Bolt podría escapar del mítico depredador prehistórico. Más complicado lo tendría para huir del ser que marcó las laderas de Igea.