Lanzan al aire 3.000 palomas en China en homenaje a la víctimas de la masacre de Nankín

© REUTERS / StringerEl Día del Homenaje a las víctimas de la masacre de Nankín
El Día del Homenaje a las víctimas de la masacre de Nankín - Sputnik Mundo, 1920, 13.12.2021
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PEKÍN (Sputnik) — En China han soltado 3.000 palomas en homenaje a las víctimas de la masacre de Nankín, perpetrada por los militaristas japoneses en diciembre de 1937, las actividades se desarrollaron en el conjunto conmemorativo de esa ciudad situada en la provincia oriental de Jiangsu.
El Día del Homenaje a las víctimas de ese crimen se instituyó en China en febrero de 2014.
En la ceremonia fúnebre participaron hoy más de 3.000 personas, incluidos estudiantes, altos funcionarios y parientes de las víctimas, a las que se rindió homenaje con un minuto de silencio. Militares de la guardia de honor depositaron ocho coronas florales al pie del monumento conmemorativo, mientras 84 representantes de las juventudes de Nankín, cuyo número simbolizó el 84 aniversario de la masacre, recitaron la Declaración de la Paz.
Al final de la ceremonia fueron lanzadas al aire 3.000 palomas, símbolo de la paz.
En Nankín tuvo lugar uno de los episodios más cruentos de la ocupación japonesa de China. Según Pekín, en unos 40 días los militares nipones mataron con especial crueldad a unos 300.000 habitantes de esa ciudad y violaron a miles de mujeres.
Los sucesos de 1937 siguen siendo uno de los temas más sensibles en las relaciones entre Pekín y Tokio. Japón presentó en 1993 excusas oficiales por su comportamiento durante la ocupación de China y la creación en territorios ocupados de burdeles en que obligaban a servir a mujeres locales.
El primer ministro Tomiischi Muarayama se disculpó por la política ocupacionista de Japón en 1995, durante la conmemoración del 50 aniversario del fin de la II Guerra Mundial.
El Gobierno japonés no niega el hecho de la masacre de la población civil de Nankín, solo diverge con la parte china en la evaluación del número de las víctimas.
Pese a eso, varios políticos e historiadores nipones califican esa masacre como una falsificación que las autoridades chinas usan para presionar sobre Japón.
Tales afirmaciones provocan una reacción negativa al extremo en Pekín y a menudo sirven de motivo para protestas diplomáticas y declaraciones rigurosas dirigidas a Tokio.
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