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España y la UE gastan una millonada en vigilar militarmente las rutas de su suministro energético
España y la UE gastan una millonada en vigilar militarmente las rutas de su suministro energético
Sputnik Mundo
Según Greenpeace, España participa actualmente en 16 misiones militares en el extranjero con un coste de unos 1.000 millones de euros. El 26% de ese... 09.12.2021, Sputnik Mundo
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En un contexto de alza de precios de la energía eléctrica y de lúgubres vaticinios sobre posibles cortes en el suministro en varios puntos de Europa, propiciados por los elevados costes del gas y las limitaciones en su producción, la organización ecologista Greenpeace ha publicado un informe que revela el gasto de la UE en misiones militares para garantizar la seguridad de los buques cargados con petróleo y gas.De acuerdo con el estudio, España lleva gastados 1.022 millones de euros desde 2018 en operaciones de este tipo en el exterior. Junto con Italia y Alemania, la cifra supera los 4.000 millones. El objetivo es simple: asegurar que los países inestables no detengan la producción de combustibles fósiles y que su envío al Viejo Continente discurra sin incidentes. En la actualidad hay 16 misiones militares en el extranjero, siete bajo mandato de la OTAN, seis bajo la égida de la UE, dos con Naciones Unidas y una más de corte nacional.Oficialmente los motivos del despliegue de militares españoles en aguas del cuerno de África, en las del golfo de Guinea o en Somalia, por ejemplo, es la lucha contra la piratería o el terrorismo, pero no la vigilancia de las rutas de abastecimiento de petróleo y gas hacia territorio europeo. En 2021, España gastó 109 millones de euros en su participación en la operación Atalanta, en la cual lleva invertidos 335 millones desde 2018. "Los Estados miembros de la UE son expertos en ocultar los miles de millones de euros que gastan en proporcionar protección militar a los combustibles fósiles", asegura el informe, titulado Las sirenas del petróleo y el gas en tiempos de crisis climática.Motivo soterradoGreenpeace señala que la "conexión energética" emana de fuentes políticas y militares, y que el expresidente Mariano Rajoy fue quien la señaló de forma más tajante, al hablar de la "vocación marítima de España" surgida entre otros factores de su "dependencia del transporte por mar para el suministro energético". La ONG deduce que "España es una potencia naval porque depende de los combustibles fósiles que le llegan por mar".En su informe recuerda que casi el 90% del petróleo y el 70% del gas natural que consume la UE se importan del extranjero. España importa hasta el 73% de su energía de fuentes fósiles y derivados principalmente de países "inestables" y, como se consignó en la Estrategia Nacional de 2017, "el suministro energético es clave para un país como España, que a tal fin depende en gran medida de áreas como el norte de África o el golfo de Guinea". Ese documento ya subrayaba la importancia de la seguridad energética y avisaba de que la "creciente inestabilidad geopolítica" ponía en riesgo el suministro de productos, lo cual "puede conducir a una escalada en los precios del petróleo y el gas".Pero lo admitenGreenpeace también recoge el testimonio de mandos militares españoles, quienes reconocen este cometido. "La presencia española en el Golfo de Guinea sigue las líneas tradicionales de la estrategia de nuestro país para garantizar la seguridad del suministro de materias primas y productos energéticos", constató José Luis Calvo, director de la División de Seguridad y Estudios del Ministerio de Defensa.El área del golfo de Guinea y de África occidental es rica en reservas de petróleo y gas natural. Allí, empleado en operaciones de seguridad marítima y diplomacia de defensa", opera el Furor, un patrullero de altura que desde marzo vigila las aguas del golfo "para la defensa de los intereses marítimos como la pesca o el tráfico marítimo de hidrocarburos en una región especialmente sensible", como declaró la Armada Española durante la presentación de su misión.La misión principal en la que España ha estado implicada en el mar Mediterráneo es Sophia, operativa hasta marzo de 2020, y enfocada a luchar contra el tráfico de personas, formar a la guardia costera libia y vigilar el embargo de armas a este país. Pero también combatía el contrabando de petróleo. Sophia costó a las arcas del Estado español 107,3 millones de euros entre 2018 y 2020. Libia es uno de los proveedores estratégicos de petróleo a España y a la multinacional energética Repsol.La paradoja"Nuestro informe muestra cómo la codicia por el petróleo ha llevado a Europa a desarrollar todo un sistema armamentístico para proteger el petróleo y el gas a expensas de las personas y el planeta", denuncia la ONG, que subraya que los propósitos energéticos de estas misiones militares se camuflan "inyectando millones en propaganda manipuladora".Greenpeace destaca que las misiones militares en el extranjero se anuncian a menudo como "operaciones de paz" para ayudar a crear una "percepción pública positiva" y así dificultar la expresión de puntos de vista críticos.En un sentido más amplio, la organización ecologista incide en un aspecto paradójico: el empleo de miles de millones de euros en unas misiones que incluyen el aseguramiento del suministro energético del que es dependiente la UE, para luego enviar también a militares a luchar contra los efectos catastróficos asociados al cambio climático. Por ejemplo, en 2021 los militares españoles y sus equipos se desplegaron para hacer frente a las consecuencias de la borrasca Filomena. Y los soldados alemanes e italianos hicieron lo propio en sus respectivos países para atender emergencias como tales como inundaciones e incendios forestales.
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gas, hidrocarburos, petróleo, greenpeace, armada de españa, misión militar
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España y la UE gastan una millonada en vigilar militarmente las rutas de su suministro energético
15:02 GMT 09.12.2021 (actualizado: 15:51 GMT 09.12.2021) Según Greenpeace, España participa actualmente en 16 misiones militares en el extranjero con un coste de unos 1.000 millones de euros. El 26% de ese presupuesto, unos 274 millones, se gastan en proteger las rutas de llegada de combustibles fósiles desde países inestables. Es un factor que necesariamente condiciona también el precio de la energía.
En un contexto de alza de precios de la energía eléctrica y de lúgubres vaticinios sobre posibles cortes en el suministro en varios puntos de Europa, propiciados por los
elevados costes del gas y las limitaciones en su producción, la organización ecologista Greenpeace ha publicado un informe que revela el gasto de la UE en misiones militares para garantizar la seguridad de los buques cargados con petróleo y gas.
De acuerdo con el estudio, España lleva gastados 1.022 millones de euros desde 2018 en operaciones de este tipo en el exterior. Junto con Italia y Alemania, la cifra supera los 4.000 millones. El objetivo es simple: asegurar que los países inestables no detengan la producción de combustibles fósiles y que su envío al Viejo Continente discurra sin incidentes. En la actualidad hay 16 misiones militares en el extranjero, siete bajo mandato de la OTAN, seis bajo la égida de la UE, dos con Naciones Unidas y una más de corte nacional.
Oficialmente los motivos del despliegue de militares españoles en aguas del cuerno de África, en las del golfo de Guinea o en Somalia, por ejemplo, es la
lucha contra la piratería o el terrorismo, pero no la vigilancia de las rutas de abastecimiento de petróleo y gas hacia territorio europeo. En 2021, España gastó
109 millones de euros en su participación en la operación
Atalanta, en la cual lleva invertidos 335 millones desde 2018. "Los Estados miembros de la UE son expertos en ocultar los miles de millones de euros que gastan en proporcionar protección militar a los combustibles fósiles", asegura el informe, titulado
Las sirenas del petróleo y el gas en tiempos de crisis climática.Greenpeace señala que la "conexión energética" emana de fuentes políticas y militares, y que el
expresidente Mariano Rajoy fue quien la señaló de forma más tajante, al hablar de la "vocación marítima de España" surgida entre otros factores de su "dependencia del transporte por mar para el suministro energético". La ONG deduce que "España es una potencia naval porque depende de los combustibles fósiles que le llegan por mar".
En su informe recuerda que casi el 90% del petróleo y el 70% del gas natural que consume la UE se importan del extranjero. España importa
hasta el 73% de su energía de fuentes fósiles y derivados principalmente de países "inestables" y, como se consignó en la Estrategia Nacional de 2017, "el suministro energético es clave para un país como España, que a tal fin depende en gran medida de áreas
como el norte de África o el golfo de Guinea". Ese documento ya subrayaba la importancia de la seguridad energética y avisaba de que la "creciente inestabilidad geopolítica" ponía en riesgo el suministro de productos, lo cual "puede conducir a una escalada en los precios del petróleo y el gas".
Greenpeace también recoge el testimonio de mandos militares españoles, quienes reconocen este cometido. "La presencia española en el Golfo de Guinea sigue las líneas tradicionales de la estrategia de nuestro país para garantizar la seguridad del suministro de materias primas y productos energéticos", constató José Luis Calvo, director de la División de Seguridad y Estudios del Ministerio de Defensa.
El área del golfo de Guinea y de África occidental es rica en reservas de petróleo y gas natural. Allí, empleado en operaciones de seguridad marítima y diplomacia de defensa", opera el Furor, un
patrullero de altura que desde marzo vigila las aguas del golfo "para la defensa de los intereses marítimos como la pesca o el tráfico marítimo de hidrocarburos en una región especialmente sensible", como declaró la Armada Española durante la presentación de su misión.
La misión principal en la que España ha estado implicada en el mar Mediterráneo es
Sophia, operativa hasta marzo de 2020, y enfocada a luchar contra el
tráfico de personas, formar a la guardia costera libia y vigilar el embargo de armas a este país. Pero también combatía el contrabando de petróleo.
Sophia costó a las arcas del Estado español
107,3 millones de euros entre 2018 y 2020. Libia es uno de los proveedores estratégicos de petróleo a España y a la multinacional energética Repsol.
"Nuestro informe muestra cómo la codicia por el petróleo ha llevado a Europa a desarrollar todo un sistema armamentístico para proteger el petróleo y el gas a expensas de las personas y el planeta", denuncia la ONG, que subraya que los propósitos energéticos de estas misiones militares se camuflan "inyectando millones en propaganda manipuladora".
Greenpeace destaca que las misiones militares en el extranjero se anuncian a menudo como "operaciones de paz" para ayudar a crear una "percepción pública positiva" y así dificultar la expresión de puntos de vista críticos.
En un sentido más amplio, la organización ecologista incide en un aspecto paradójico: el empleo de miles de millones de euros en unas misiones que incluyen el aseguramiento del suministro energético del que es
dependiente la UE, para luego enviar también a militares a luchar contra los efectos catastróficos asociados al cambio climático. Por ejemplo, en 2021 los militares españoles y sus equipos se desplegaron para hacer frente a las consecuencias de la
borrasca Filomena. Y los soldados alemanes e italianos hicieron lo propio en sus respectivos países para atender emergencias como tales como inundaciones e incendios forestales.
15 de noviembre 2021, 13:45 GMT