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Democracia china vs. democracias elitistas occidentales
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¿Cuál tiene más valor político y cultural, la emergente democracia socialista china o la decadente democracia electoral occidental? 16.11.2021, Sputnik Mundo
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El comunicado de la VI Sesión Plenaria del XIX Comité Central del Partido Comunista de China, celebrado en Pekín del 8 al 11 de noviembre, destaca que en el país del Dragón existe una "democracia popular" o "democracia socialista", que funcionaría de modo bien diferente a lo que piensan los gobiernos occidentales.Creo que es más importante intentar comprender la posición china, antes que apoyarla o condenarla, lo que no quiere decir que todo lo que diga el PCCh sea compartible. El punto de partida es que están convencidos de que es una democracia al estilo chino:Un editorial de Global Times del 13 de noviembre toma como referencia una conferencia de prensa posterior a la sesión del Comité Central, en la que se desarrollan esos conceptos. "La democracia es uno de los resultados importantes del desarrollo de la sociedad humana", sostiene el editorial.Ante los medios, funcionarios del Partido criticaron la democracia occidental como un "juego de los ricos" y dijeron que China necesita un tipo de sistema que permita "hacer crecer el pastel y dividirlo mejor" y a la vez "luchar contra los monopolios y la expansión desordenada del capital".El editorial del diario oficialista lleva un título que dice: "Vigorosa democracia china versus envejecimiento occidental", que pone en el tapete dos aspectos, el vaciamiento de las viejas democracias occidentales y la pugna de China por reivindicar su propia forma de entender la democracia.Global Times sostiene que la democracia socialista está "centrada en las personas" y que el resultado es palpable en el crecimiento económico del país, los logros sociales y la eliminación de la pobreza. En suma, atan la democracia al desarrollo económico con justicia social.Cuando el órgano oficioso del Gobierno chino explica cómo funciona la "democracia socialista", se refiere a cómo los órganos del Estado pretenden reflejar las opiniones del pueblo.El editorial insiste en las consultas y elecciones para la formulación de políticas, para su gestión y supervisión, y que a través de ellas "los deseos y opiniones de las personas siempre se pueden informar rápidamente a los gobiernos en diferentes niveles". Se trata, según esta versión, de haber canalizado la participación del pueblo a través de mecanismos institucionales, controlados por el Estado y el Partido.Sin embargo, el aspecto fundamental sigue siendo el económico. En China, "todos tienen derecho a compartir los frutos del desarrollo nacional, pero se han evitado conflictos atroces entre diferentes grupos de intereses". Las autoridades chinas tienen pánico al desorden, quizá porque fue la causa de la humillación nacional en el siglo XIX y la primera mitad del XX.Por eso enfatizan en que el mayor logro es el crecimiento económico habiendo mantenido el orden. "Hay muy pocas alteraciones causadas por trastornos parciales o a gran escala", destaca Global Times. Por el contrario, estima que la democracia occidental está "llena de inconvenientes como el populismo, las luchas políticas, la participación popular descarrilada y elecciones manipuladas y equivocadas".Hasta aquí las ideas básicas de la actual dirección del PCCh sobre la democracia socialista, compartibles o no. Lo que sí es bien fundada es la crítica que hace Global Times a la actitud de los gobiernos occidentales, quienes se creen "misioneros de la democracia, como si estuvieran otorgando licencias democráticas al mundo, predicando a la gente de otros países sobre cómo ser democrático y juzgando quién es democrático y quién no".Sin embargo, el mismo editorial parece echar una mano a Occidente cuando hace un llamado a que unos y otros puedan aprender de las experiencias ajenas, en la convicción de que no hay una sola forma de democracia.Para poner el debate en su sitio, el analista brasileño José Luis Fiori recuerda en una serie de artículos sobre el desarrollo chino, que el país "tiene poco que ver con los pequeños Estados nacionales originarios de Europa, y es de hecho un Estado-civilización que no posee una sociedad civil ni conoce el principio de soberanía popular".Las diferencias históricas entre China y Europa son evidentes. La centralización del poder en China data de 2.300 años, siendo según Fiori "el país con la historia continua más antigua de la humanidad", como parte de una civilización que se remonta al año 5.000 antes de nuestra era.Siguiendo con las diferencias, el imperio chino fue gestionado durante siglos por "un mandarinato meritrocrático y homogéneo", cultura política milenaria que el PCCh "prolongó y radicalizó" con la revolución, al crear "una especie de dinastía mandarín que sigue gobernando China según los mismos preceptos morales confucianos del período imperial".En suma, dos historias y dos civilizaciones bien distintas. En la occidental, la tardía creación de los Estados, la existencia de una sociedad civil que va naciendo desde el siglo XIII en los burgos medievales y la potencia de la soberanía popular, contrastan con la de China con un Estado milenario y la ausencia de sociedad civil y, por lo tanto, de soberanía popular. Lo anterior no es para juzgar como buena o mala la historia, sino sólo para contribuir al ejercicio de la comprensión.El punto es que China no pretende exportar su modelo de Estado ni de gobernanza, mientras Occidente cree en la "inevitabilidad de la democracia electoral y multipartidaria", como paradigma que quiere imponer el resto en un claro ejercicio colonial-imperial.Como destaca Fiori, los dirigentes chinos actuales sienten que están sirviendo al pueblo, en la certeza de que ese pueblo confía en el Estado que ellos dirigen, mientras Occidente recela de esa forma de hacer política.Por último, Occidente tiene en estos momentos una gran desventaja: su democracia electoral no es capaz de garantizar bienestar a la población y está siendo utilizada por el 1% más rico para instalar algo así como oligarquías plebiscitarias, que excluyen a las mayorías y les imponen un sistema capitalista que las perjudica.LA OPINIÓN DEL AUTOR NO COINCIDE NECESARIAMENTE CON LA DE SPUTNIK
https://noticiaslatam.lat/20211112/milagro-economico-chino-que-claves-son-silenciadas-en-occidente-1118164848.html
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Democracia china vs. democracias elitistas occidentales
Raúl Zibechi
Periodista e investigador uruguayo
¿Cuál tiene más valor político y cultural, la emergente democracia socialista china o la decadente democracia electoral occidental?
El comunicado de la VI Sesión Plenaria del XIX Comité Central del Partido Comunista de China, celebrado en Pekín del 8 al 11 de noviembre, destaca que en el país del Dragón existe una "democracia popular" o "democracia socialista", que funcionaría de modo bien diferente a lo que piensan los gobiernos occidentales.
Creo que es más importante intentar comprender la posición china, antes que apoyarla o condenarla, lo que no quiere decir que todo lo que diga el PCCh sea compartible. El punto de partida es que están convencidos de que es una democracia al estilo chino:
"Hemos desarrollado activamente la democracia popular en todos los procesos, hemos promovido integralmente la institucionalización, reglamentación y procedimentalización de la política democrática socialista de nuestro país",
destaca el mencionado comunicado.
Un editorial de
Global Times del 13 de noviembre toma como referencia una conferencia de prensa posterior a la sesión del Comité Central, en la que se desarrollan esos conceptos. "La democracia es uno de los resultados importantes del desarrollo de la sociedad humana",
sostiene el editorial.
Ante los medios, funcionarios del Partido criticaron la democracia occidental como un "juego de los ricos" y dijeron que China necesita un tipo de sistema que
permita "hacer crecer el pastel y dividirlo mejor" y a la vez "luchar contra los monopolios y la expansión desordenada del capital".
El editorial del diario oficialista lleva un título que dice: "Vigorosa democracia china versus envejecimiento occidental", que pone en el tapete dos aspectos, el vaciamiento de las viejas democracias occidentales y la pugna de China por reivindicar su propia forma de entender la democracia.
Global Times sostiene que la democracia socialista está "centrada en las personas" y que el resultado es palpable en el crecimiento económico del país, los logros sociales y la eliminación de la pobreza. En suma, atan la democracia al desarrollo económico con justicia social.
12 de noviembre 2021, 14:41 GMT
Cuando el órgano oficioso del Gobierno chino explica cómo funciona la "democracia socialista", se refiere a cómo los órganos del Estado pretenden reflejar las opiniones del pueblo.
"Los gobiernos en varios niveles han estado explorando cómo hacer que la democracia sea realmente efectiva en todas las áreas. Esto ha conformado la construcción democrática orientada a objetivos en la que el pueblo es dueño del país", dice Global Times. El énfasis en "pueblo dueño del país", parece destinado a confrontar con los sistemas occidentales donde el 1% más rico es el verdadero dueño de cada nación.
El editorial insiste en las consultas y elecciones para la formulación de políticas, para su gestión y supervisión, y que a través de ellas "los deseos y opiniones de las personas siempre se pueden informar rápidamente a los gobiernos en diferentes niveles". Se trata, según esta versión, de haber canalizado la participación del pueblo a través de mecanismos institucionales, controlados por el Estado y el Partido.
Sin embargo, el aspecto fundamental sigue siendo el económico. En China, "todos tienen derecho a compartir los frutos del desarrollo nacional, pero se han evitado conflictos atroces entre diferentes grupos de intereses". Las autoridades chinas tienen pánico al desorden, quizá porque fue la causa de la humillación nacional en el siglo XIX y la primera mitad del XX.
Por eso enfatizan en que el mayor logro es el crecimiento económico habiendo mantenido el orden. "Hay muy pocas alteraciones causadas por trastornos parciales o a gran escala", destaca Global Times. Por el contrario, estima que la democracia occidental está "llena de inconvenientes como el populismo, las luchas políticas, la participación popular descarrilada y elecciones manipuladas y equivocadas".
Hasta aquí las ideas básicas de la actual dirección del PCCh sobre la democracia socialista, compartibles o no. Lo que sí es bien fundada es la crítica que hace Global Times a la actitud de los gobiernos occidentales, quienes se creen "misioneros de la democracia, como si estuvieran otorgando licencias democráticas al mundo, predicando a la gente de otros países sobre cómo ser democrático y juzgando quién es democrático y quién no".
5 de julio 2021, 12:37 GMT
Sin embargo, el mismo editorial parece echar una mano a Occidente cuando hace un llamado a que unos y otros puedan aprender de las experiencias ajenas, en la convicción de que no hay una sola forma de democracia.
Para poner el debate en su sitio, el analista brasileño José Luis Fiori recuerda en una serie de artículos sobre el desarrollo chino, que el país "tiene poco que ver con los pequeños Estados nacionales originarios de Europa, y es de hecho un Estado-civilización que
no posee una sociedad civil ni conoce el principio de soberanía popular".
Las diferencias históricas entre China y Europa son evidentes. La centralización del poder en China data de 2.300 años, siendo según Fiori "el país con la historia continua más antigua de la humanidad", como parte de una civilización que se remonta al año 5.000 antes de nuestra era.
Siguiendo con las diferencias, el imperio chino fue gestionado durante siglos por "un mandarinato meritrocrático y homogéneo", cultura política milenaria que el PCCh "prolongó y radicalizó" con la revolución, al crear "una especie de dinastía mandarín que sigue gobernando China según los mismos preceptos morales confucianos del período imperial".
En suma, dos historias y dos civilizaciones bien distintas. En la occidental, la tardía creación de los Estados, la existencia de una sociedad civil que va naciendo desde el siglo XIII en los burgos medievales y la potencia de la soberanía popular, contrastan con la de China con un Estado milenario y la ausencia de sociedad civil y, por lo tanto, de soberanía popular. Lo anterior no es para juzgar como buena o mala la historia, sino sólo para contribuir al ejercicio de la comprensión.
11 de noviembre 2021, 16:20 GMT
El punto es que China no pretende exportar su modelo de Estado ni de gobernanza, mientras Occidente cree en la "inevitabilidad de la democracia electoral y multipartidaria", como paradigma que quiere imponer el resto en un claro ejercicio colonial-imperial.
Como destaca Fiori, los dirigentes chinos actuales sienten que están sirviendo al pueblo, en la certeza de que ese pueblo confía en el Estado que ellos dirigen, mientras Occidente recela de esa forma de hacer política.
Por último, Occidente tiene en estos momentos una gran desventaja: su democracia electoral no es capaz de garantizar bienestar a la población y está siendo utilizada por el 1% más rico para instalar algo así como oligarquías plebiscitarias, que excluyen a las mayorías y les imponen un sistema capitalista que las perjudica.
LA OPINIÓN DEL AUTOR NO COINCIDE NECESARIAMENTE CON LA DE SPUTNIK