El desahucio inminente de un palacio en Madrid inquieta a los residentes: "No nos dan más opciones"
07:00 GMT 12.11.2021 (actualizado: 17:06 GMT 19.12.2021)
© Sputnik / Alberto García PalomoFachada del inmueble situado en la calle de la Luna de Madrid, a punto de ser desalojado
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Un inmueble del centro de la ciudad española, de propiedad municipal, está a punto de ser desalojado. Ha sido objeto de controversia desde hace años. Sin un proyecto futuro para el edificio, muchos de los inquilinos buscan una alternativa habitacional.
Ya hay rastros de una atmósfera distinta en la entrada. Para empezar, un rótulo advierte en la fachada que el inmueble es propiedad municipal: nada nuevo, salvo que hasta hace unas semanas era un dato sin reseñar a la vista del transeúnte. En la portería, no hay un portero encargado del inmueble sino un empleado de una firma de seguridad privada que solicita nombre y documento de identidad al visitante. Y dentro, el cambio se precipita: muebles en las escaleras, viviendas tapiadas, un grupo de albañiles recogiendo escombros de casa vacías y un patio plagado de ladrillos y material de obra. No hay duda: el desahucio del palacio de la calle Luna número 32, en Madrid, es inminente.
Hace unos días ya se produjo de forma parcial: el 3 de noviembre, un gran despliegue policial despertó a sus residentes. De las cerca de 200 personas que todavía quedaban dentro, se sacó a unas 30. El barrio fue testigo: según las imágenes de aquel día y los testimonios de varios vecinos, las fuerzas de seguridad cortaron varias vías, se reunieron en la puerta y escoltaron a aquellos que cargaban sus posesiones como gesto de despedida. Al resto, según se registró aquel día, les tocará antes de diciembre, fecha límite para consumar esta acción en el palacio de Malasaña.
© Sputnik / Alberto García PalomoObras en el inmueble situado en la calle de la Luna 32 de Madrid, a punto de ser desalojado
Obras en el inmueble situado en la calle de la Luna 32 de Madrid, a punto de ser desalojado
© Sputnik / Alberto García Palomo
La consumación prevista es el final de un camino que viene de lejos. A este inmueble le acechaban las sombras del desalojo desde hacía tiempo. En realidad, es un vaciado sin cambio de titularidad. Como apunta la placa de fuera, el propietario desde 2005 es el Ayuntamiento de Madrid. Entonces se recuperó una construcción datada en torno a 1775. La había levantado el arquitecto Juan de Villanueva, conocido por otros puntos clave de la ciudad como el Jardín Botánico o del Museo del Prado. Servía de morada para la Infanta Carlota. Dos siglos después quedó en desuso, hasta que un promotor iraní lo compró.
Su idea era rehabilitarlo para hacer pisos turísticos. El desenlace, sin embargo, fue que se retiraron frescos o estatuas de gran valor histórico de las escaleras y solo se adecentó con algunas puertas o ventanas nuevas. Aquellos que ya residían allí vieron encadenar una promesa con otra: del retoque exclusivo de aquel gerifalte inmobiliario a la "recuperación" por parte del consistorio. Después de aquel intento de remozado, los responsables municipales tampoco hicieron nada, a pesar de estar protegido como patrimonio.
.@AlmeidaPP_ Las 250 personas que viven en Luna 32, entre las que hay 40 niños, saben que de momento seguirán teniendo un techo bajo el que cobijarse. El Ayuntamiento @MADRID, ha iniciado el procedimiento de deslojo, soluciones ya @fernandezsj #StopDesahucios pic.twitter.com/jnmshIK1Qj
— SOS Malasaña (@sosmalasana) November 24, 2020
Pasaron así años. A quienes estaban instalados desde hacía décadas y a quienes se incorporaban después les avisaban de una eventual expulsión. Pero no llegaba ni había nada en proyecto. En 2020, la amenaza se hizo más firme: la batalla de palabra contra el desalojo se tornó en vía judicial. Los inquilinos buscaban opciones paralelas. Muchos estaban como okupas, sin pagar un alquiler ni un papel que acreditara su estancia, por lo que la lucha se complicaba. En esa coyuntura se encuentran enfermos crónicos o familias con hijos.
Tal situación dilató el problema. Y fue retrasándose o permaneciendo adormilado. Pero no ha resistido más y, sin ningún avance ni escuchar las peticiones de los afectados, se ha dado pie al vaciado. "Imagínate, ya estamos aguantando para cuando vengan marcharnos", se resigna Nolvia, hondureña de 37 años, en uno de los rellanos. Ella vive desde hace cinco con sus hijos y comparte estancia con Ernesto, colombiano de 54 años. "Yo llegué justo antes de la pandemia, estoy en espera de asilo y no sé qué voy a hacer. No nos han dado ninguna opción", lamenta este caleño que cada jornada sale a solucionar trámites burocráticos o asearse en recintos públicos.
© Sputnik / Alberto García PalomoEscalera del inmueble situado en la calle de la Luna 32 de Madrid, a punto de ser desalojado
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Escalera del inmueble situado en la calle de la Luna 32 de Madrid, a punto de ser desalojado
© Sputnik / Alberto García PalomoMuebles retirados en el inmueble situado en la calle de la Luna 32 de Madrid, a punto de ser desalojado
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Muebles retirados en el inmueble situado en la calle de la Luna 32 de Madrid, a punto de ser desalojado
© Sputnik / Alberto García PalomoEscalera del inmueble situado en la calle de la Luna 32 de Madrid, a punto de ser desalojado
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Escalera del inmueble situado en la calle de la Luna 32 de Madrid, a punto de ser desalojado
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Escalera del inmueble situado en la calle de la Luna 32 de Madrid, a punto de ser desalojado
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Muebles retirados en el inmueble situado en la calle de la Luna 32 de Madrid, a punto de ser desalojado
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Escalera del inmueble situado en la calle de la Luna 32 de Madrid, a punto de ser desalojado
"Quiero una respuesta. Que nos den otro lugar, porque no quiero la calle", se queja Caridad Abreu, cubano-española de 57 años. Carga una bolsa en medio de las escaleras, apuntaladas y llenas de muescas. Su voz es de preocupación e incluso temor: "Si nos dejan ahora, con este frío, ¿Qué hacemos?", sentencia.
Ramón Pinho la secunda: "Nos han mentido. Porque no van a convertirlo en nada y tendremos que salir", dice este paraguayo de 55 años, al que le falta un brazo y sufre una diabetes por la que acaba de ser operado. Pinho ha tratado de hacer un frente común entre los vecinos, sin éxito, y su futuro se tambalea: "Hay plataformas que nos apoyan, pero los del Ayuntamiento no han querido escuchar".
👉🏼 Hemos puesto en marcha el proceso de recuperación del edificio de la Calle Luna 32
— Ciudadanos Madrid Ciudad (@CsMadridCiudad) November 18, 2020
🏛 @MarianoFuentesS "Desde el Área de Desarrollo Urbano llevamos mucho tiempo trabajando para ver cuál es la mejor dotación para el lugar" #ComisiónUrbanismo pic.twitter.com/VKFWacL355
Uno de los respaldos que tienen es de SOS Malasaña, colectivo del barrio que sigue de cerca lo que ocurre en el edificio. Jordi Gordon, uno de los portavoces, explica a Sputnik que "se está forzando todo" sin que haya "mucho recorrido". "Hemos pedido hablar con ellos, verlo con abogados, y nada. Dentro vive mucha gente con una economía informal, que no puede alquilar en otro sitio por los precios y las condiciones que hay, o que tiene hijos en edad escolar y se quedan a mitad de curso sin saber dónde ir. Es una decisión siniestra, que atenta a los derechos humanos", condena.
Entre los que han levantado también la voz contra esta expulsión está la formación Más Madrid. El principal partido de la oposición insiste en contemplar posibilidades antes de cortar por lo sano. "Ha habido más tiempo que el suficiente para buscarles una alternativa", expresaba el edil Javier Barbero a Eldiario.es. "Es una criminalización de la pobreza. Hay niños escolarizados que no saben si podrán seguir con sus compañeros de clase o no", añadía su compañera Mar Barberán.
3 de septiembre 2021, 16:44 GMT
Desde el Ayuntamiento se afirma que los Servicios Sociales llevan realizando una valoración de los residentes desde hace meses. El alcalde de Madrid, José Luis Martínez Almeida, alegó que el desahucio se está llevando a cabo "dentro de la legalidad" y ha indicado que hay en el inmueble "una serie de patologías que hacen que pueda correr riesgo su estabilidad y, por tanto, afectar a la seguridad de las personas".
Mariano Fuentes, encargado del Área de Desarrollo Urbano y miembro de Ciudadanos, incidió en que "se están poniendo todos los medios posibles para no dejar a ninguna familia atrás". "Este inmueble se encuentra habitado ilegalmente. Se ha puesto en marcha un proceso de recuperación unido a un cuidadoso trabajo social", argumentó Fuentes en una sesión de la Asamblea, refiriéndose a un informe sobre las actuaciones en él. Podría convertirse, adujo, en una residencia o un centro cultural. De momento no hay un diseño de lo que vendrá, pero sí un desahucio por rachas y varias señales de que los inquilinos tienen las noches contadas.