Las Kellys crean su propia plataforma de reservas contra la explotación en hoteles
15:48 GMT 30.07.2021 (actualizado: 20:54 GMT 29.08.2021)
© Foto : Pixabay/ davidlee770924La habitación de un hotel (imagen referencial)
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El sindicato de las trabajadoras de limpieza de los hoteles —conocido como Las Kellys— quiere dar un giro ético a la industria turística en España. Cansadas de que sus condiciones laborales vayan cada año a peor, iniciaron una campaña de micromecenazgo para lanzar su propia plataforma de reservas online, para promocionar un turismo justo.
La propuesta es simple: en esta plataforma solo se ofertará alojamiento en hoteles a los que las propias kellys hayan otorgado su Sello de Trabajo Justo. Según explican las propias trabajadoras, se trata de que el usuario sepa que su hotel no está limpio solo por fuera, sino también por dentro.
"Se trata de cambiar el paradigma mercantilista de otras opciones como Booking o Trivago. Para nosotras lo más importante es que los derechos laborales se cumplan. Si anteponemos lo humano ante lo mercantil podremos crear riqueza no solo económica, sino también social", explica Vania Arana, portavoz de Las Kellys, en una conversación telefónica con Sputnik.
"Más riqueza, más explotación"
Desde hace años las camareras de piso trabajan por visibilizar el estado de precariedad en que desarrollan su trabajo. Especialmente en la última década, con la excusa de la crisis económica, mientras España no paraba de subir en los ránkings internacionales como uno de los destinos turísticos más deseados del mundo, los hoteles se lanzaron en cadena a externalizar sus servicios de limpieza.
Este proceso esquilmó los derechos de las camareras de piso, que en algunos casos vieron aumentada su carga de trabajo a niveles mayores de lo que su cuerpo es capaz de aguantar. "Se ha perdido el 40% del sueldo mientras las cargas de trabajo se han duplicado y triplicado", dice Arana.
El día a día de una camarera de piso suele ser el siguiente: levantarse antes de las seis de la mañana para pasar más de diez horas con la lengua fuera tratando de cumplir con un cupo de habitaciones a limpiar que, habitualmente, no da tiempo a acabar durante la jornada estipulada.
"Te dan quince minutos para limpiar una habitación, lo que es imposible. Es nefasto, porque tú tienes que cumplir sí o sí con tu número de habitaciones y si no lo haces vas a la calle. Aunque vayas a toda velocidad, nunca terminas a tiempo y al final te quedas fuera de tu hora. Cómo estás en una subcontrata no te puedes negar", cuenta Vania Arana.
El outsourcing trajo consigo otras consecuencias, como la expulsión de las camareras de piso de los convenios colectivos de hotelería o la adición de problemas para el reconocimiento de las enfermedades profesionales causadas por la sobrecarga de trabajo. Según narra Arana, al final del día esto supone que "muchas trabajan con hernias o incluso con huesos rotos y las mutuas se niegan a atenderlas o reconocerlo como un accidente laboral".
"Las subcontratas lo que han hecho es abaratar costes, acabar con el empleo estable y enfermar nuestros cuerpos. Mientras más riqueza ha habido, más ha crecido la explotación", resume.
Cambio de paradigma
Ante el deterioro progresivo de sus condiciones de trabajo, las kellys apelan a la complicidad del usuario para cambiar la situación. En su plataforma de reservas —que además de ser una web contará con aplicación móvil— solo se ofertarán hoteles que cumplan una serie de requisitos.
Para empezar, los hoteles deberán cumplir el convenio colectivo de la hostelería y no recurrir a la externalización de trabajos nucleares para el establecimiento, como el servicio de limpieza.
También se vigilará el cumplimiento de las leyes de prevención de riesgos laborales, que en la plantilla se cuente con personas de colectivos vulnerables, que los hombres no cobren más que las mujeres por el mismo trabajo y que los empleados encargados de labores estructurales tengan contratos estables.
"No pedimos demasiado. Un trabajo de calidad, que respete la dignidad humana y donde simplemente se cumpla la ley", cuenta Arana, convencida de que, aunque no cuentan con el apoyo de la patronal, para los hoteles tener este sello de calidad puede funcionar como un reclamo para atraer clientes.
"¿Te imaginas el lujo de alojarte en un hotel sabiendo que allí los trabajadores son bien tratados? Yo creo que es algo que puede traer mucha alegría a la gente", señala.
La campaña de micromezenazgo —que se desarrolla a través de goteo.org— recaudó en sus primeros cinco días 15.500 de los 60.000 euros necesarios para poner en marcha la central de reservas. En un primer término, la plataforma se limitará a ofrecer reservas en Barcelona, pero la idea de las kellys es exportar el proyecto a otros lugares lo antes posible.
Con este proyecto, además de mejorar sus condiciones materiales, las kellys quieren lanzar un mensaje: "Queremos recordar a los empresarios que se puede crear riqueza respetando a los derechos laborales y queremos mostrar que cuando no hay justicia a veces no queda más opción que trabajar por crearla", concluye Arana.