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La macrogranja porcina de España que puede acabar con un Patrimonio de la Humanidad
La macrogranja porcina de España que puede acabar con un Patrimonio de la Humanidad
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Unas instalaciones de la empresa de embutidos y carnes El Pozo amenazan con degradar una zona protegida en Yecla y la comarca, entre las Comunidades Autónomas... 27.07.2021, Sputnik Mundo
2021-07-27T07:30+0000
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Salvar el Monte Arabí es el lema y el objetivo de Yecla desde hace cuatro años. Las empresas cárnicas Cefusa y El Pozo (pertenecientes al Grupo Fuertes y cuya sede se ubica en la localidad de Alhama de Murcia, en la misma provincia del sur de España) planificaron instalar en 2017 una macrogranja porcina cerca de este espacio natural. Después de varias jornadas de protesta, recursos jurídicos y permisos, en 2021 ha vuelto a la carga. El enclave, declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco debido a sus muestras de arte rupestre, sufriría una doble degradación, según alegan desde el pueblo y la comarca: afectaría a los recursos hídricos y a las investigaciones y posible hallazgo de otros yacimientos prehistóricos.Por eso, la lucha toma relieve cada vez que se menciona este proyecto, poco respetuoso con el medio ambiente y con la voluntad de los vecinos. El último grito unánime en contra se produjo el 11 de julio, con unas 12.000 personas recorriendo las calles de una localidad con unas 35.000 personas censadas. A la cabeza, la Plataforma Salvemos el Arabí, una iniciativa ciudadana que se enfrenta a los reveses administrativos y al empeño de la compañía, que sigue adelante envuelto en el silencio. "No vamos a realizar por el momento declaraciones. Cuando haya algo que comunicar, os informaremos", apuntan desde el departamento de prensa de Grupo Fuertes a Sputnik."Hablamos de traición porque se comprometieron a paralizar el proyecto, dieron su palabra y dijeron que renunciaban. La empresa está pasando por encima de la voluntad de todo un pueblo. Y no solo eso: está ignorando el mandato de la Asamblea Regional de Murcia, que el pasado mes de marzo aprobó por unanimidad una declaración institucional en contra. Está haciendo oídos sordos. Da buena cuenta de cuál es la actitud de la empresa con respecto al sentir popular", se queja Alejandro Ortuño, el portavoz, que también proporciona el altavoz de la plataforma para denunciar otras tropelías medioambientales como las del Mar Menor o la insostenibilidad del consumo de carne.Ortuño recuerda los inicios y explica a Sputnik la trayectoria de una instalación que alojaría 26.000 cerdos y tendría una parte para la cría de lechones y otra para el crecimiento del ganado. "En realidad, todo el procedimiento administrativo comenzó en 2016, que presenta la idea y la Junta de Castilla La Mancha da el visto bueno", señala el portavoz. "Trasciende a la opinión pública cuando la empresa inicia, de forma ilegal (porque todavía no tenía la licencia de obra) los movimientos de tierra junto al Arabí y se vio el desmonte", agrega."Fue en julio, hace exactamente cuatro años. A partir de ese momento se monta la agrupación y se organizaron dos manifestaciones, con más de 14.000 personas. La empresa, al ver este rechazo masivo de la sociedad, decidió retirar el proyecto", anota Ortuño. Lo anunciaron públicamente, esgrimiendo falta de consenso social, tal y como rememora este líder del movimiento. Tanto la plataforma como el consistorio se opusieron sin ambages. El Ayuntamiento incluso recurrió aquel sello de la Junta, que en 2020 se desestimó: Castilla-La Mancha (autonomía pegada a la localidad y donde se encuentra parte del proyecto), seguía dándole validez. La unanimidad ha traspasado hasta las siglas políticas, y el clamor atraviesa todos los partidos: incluso entre las provincias de Murcia y Albacete —en dos Comunidades Autónomas diferentes, donde se reparten las hectáreas del proyecto— hay una clara oposición.Con un acuerdo tácito de no continuar, el Grupo Fuertes —con unos 7.000 empleados, según sus datos— ha mantenido, sin embargo, sus operaciones. Este año, El Pozo y Cefusa, entidades interesadas dentro del holding, han pedido al organismo competente un cambio en el uso de aguas y una modificación del perímetro del riego. Pasos inequívocos de que la macrogranja está en marcha y, con ella, sus consecuencias en el entorno. "Queremos resaltar el problema hídrico, de abastecimiento, que ya estamos teniendo con los cultivos intensivos de la zona. Y más allá de estas cuestiones ambientales y de las afecciones en la fauna y la flora, hay que pensar en el valor incalculable de la zona por sus yacimientos", argumenta Ortuño.Además, esgrime, han estrechado lazos con otras plataformas similares y se han fijado en proyectos del estilo que hay en otras latitudes próximas. En todas se repite ese futuro indeseado: una merma progresiva de la capacidad en los acuíferos y un empeoramiento del ecosistema. Según el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, un cerdo en la fase de cebo consume de 2,2 a 2,8 litros de agua por kilogramo de materia seca ingerida. En el caso del lechón, ingiere de 3 a 3,5 veces más de agua que de pienso. Y las reproductoras "son mucho más exigentes, especialmente si están en lactación": de 4 a 4,5 litros por kilo de materia seca."Van a seguir adelante en cuanto reciban el informe, incluso sabiendo que la Asamblea Regional de Murcia también se opone. Notamos que la empresa no ha renunciado y, al revés de lo que decía, está decidida a construir", indica Ortuño. "Eso supone pasar por encima de nosotros, de nuestra identidad social y cultural, y acabar con ese aspecto tan sagrado que tiene el entorno", lamenta."Nos queda ver si la Unesco nos puede ayudar y esperar a los informes de la Confederación Hidrográfica del Segura para recurrir y evitar que en esta joya se plante una macrogranja", aduce Verdú. Que lo llevaran definitivamente a cabo, coinciden los implicados, sería "un gran fracaso": "No se respetaría el valor cultural de la zona ni la voluntad de un pueblo", zanjan.
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La macrogranja porcina de España que puede acabar con un Patrimonio de la Humanidad
Alberto García Palomo
Corresponsal en España
Unas instalaciones de la empresa de embutidos y carnes El Pozo amenazan con degradar una zona protegida en Yecla y la comarca, entre las Comunidades Autónomas de Murcia y Castilla-La Mancha.
Salvar el Monte Arabí es el lema y el objetivo de Yecla desde hace cuatro años. Las empresas cárnicas Cefusa y El Pozo (pertenecientes al Grupo Fuertes y cuya sede se ubica en la localidad de Alhama de Murcia, en
la misma provincia del sur de España) planificaron instalar en 2017 una macrogranja porcina cerca de este espacio natural. Después de varias jornadas de protesta, recursos jurídicos y permisos, en 2021 ha vuelto a la carga.
El enclave, declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco debido a sus muestras de arte rupestre, sufriría una doble degradación, según alegan desde el pueblo y la comarca: afectaría a los recursos hídricos y a las investigaciones y posible hallazgo de otros yacimientos prehistóricos.
Por eso, la lucha toma relieve cada vez que se menciona este proyecto, poco respetuoso con el medio ambiente y con la voluntad de los vecinos. El último grito unánime en contra se produjo el 11 de julio, con unas 12.000 personas recorriendo las calles de una localidad con unas 35.000 personas censadas.
A la cabeza, la Plataforma Salvemos el Arabí, una iniciativa ciudadana que se enfrenta a los reveses administrativos y al empeño de la compañía, que sigue adelante envuelto en el silencio. "No vamos a realizar por el momento declaraciones. Cuando haya algo que comunicar, os informaremos", apuntan desde el departamento de prensa de Grupo Fuertes a Sputnik.
"Hablamos de traición porque se comprometieron a paralizar el proyecto,
dieron su palabra y dijeron que renunciaban. La empresa está pasando por encima de la voluntad de todo un pueblo. Y no solo eso: está ignorando el mandato de la Asamblea Regional de Murcia, que el pasado mes de marzo aprobó por unanimidad una declaración institucional en contra. Está haciendo oídos sordos. Da buena cuenta de cuál es la actitud de la empresa con respecto al sentir popular", se queja Alejandro Ortuño, el portavoz, que también proporciona el altavoz de la plataforma para denunciar otras tropelías medioambientales
como las del Mar Menor o la
insostenibilidad del consumo de carne.
Ortuño recuerda los inicios y explica a Sputnik la trayectoria de una instalación que alojaría 26.000 cerdos y tendría una parte para la cría de lechones y otra para el crecimiento del ganado. "En realidad, todo el procedimiento administrativo comenzó en 2016, que presenta la idea y la Junta de Castilla La Mancha da el visto bueno", señala el portavoz. "Trasciende a la opinión pública cuando la empresa inicia, de forma ilegal (porque todavía no tenía la licencia de obra) los movimientos de tierra junto al Arabí y se vio el desmonte", agrega.
"Fue en julio, hace exactamente cuatro años. A partir de ese momento se monta la agrupación y se organizaron dos manifestaciones, con más de 14.000 personas. La empresa, al ver este rechazo masivo de la sociedad, decidió retirar el proyecto", anota Ortuño. Lo anunciaron públicamente, esgrimiendo falta de consenso social, tal y como rememora este líder del movimiento.
Tanto la plataforma como el consistorio se opusieron sin ambages. El Ayuntamiento incluso recurrió aquel sello de la Junta, que en 2020 se desestimó: Castilla-La Mancha (autonomía pegada a la localidad y donde se encuentra parte del proyecto), seguía dándole validez. La unanimidad ha traspasado hasta las siglas políticas, y el clamor atraviesa todos los partidos: incluso entre las provincias de Murcia y Albacete —en dos Comunidades Autónomas diferentes, donde se reparten las hectáreas del proyecto— hay una clara oposición.
Con un acuerdo tácito de no continuar, el Grupo Fuertes —con unos 7.000 empleados, según sus datos— ha mantenido, sin embargo, sus operaciones. Este año, El Pozo y Cefusa, entidades interesadas dentro del holding, han pedido al organismo competente un cambio en el uso de aguas y una modificación del perímetro del riego. Pasos inequívocos de que la macrogranja está en marcha y, con ella, sus consecuencias en el entorno. "Queremos resaltar el problema hídrico, de abastecimiento, que ya estamos teniendo con los cultivos intensivos de la zona. Y más allá de estas cuestiones ambientales y de las afecciones en la fauna y la flora, hay que pensar en el valor incalculable de la zona por sus yacimientos", argumenta Ortuño.
Además, esgrime,
han estrechado lazos con otras plataformas similares y se han fijado en proyectos del estilo que hay en otras latitudes próximas. En todas se repite ese futuro indeseado: una merma progresiva de la capacidad en los acuíferos y un empeoramiento del ecosistema. Según
el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, un cerdo en la fase de cebo consume de 2,2 a 2,8 litros de agua por kilogramo de materia seca ingerida. En el caso del lechón, ingiere de 3 a 3,5 veces más de agua que de pienso. Y las reproductoras "son mucho más exigentes, especialmente si están en lactación": de 4 a 4,5 litros por kilo de materia seca.
"Van a seguir adelante en cuanto reciban el informe, incluso sabiendo que la Asamblea Regional de Murcia también se opone. Notamos que la empresa no ha renunciado y, al revés de lo que decía, está decidida a construir", indica Ortuño. "Eso supone pasar por encima de nosotros, de nuestra identidad social y cultural, y acabar con ese aspecto tan sagrado que tiene el entorno", lamenta.
Jesús Verdú, concejal de Medio Ambiente y Cultura en el Ayuntamiento, coincide: "Hay una cuestión determinante: la empresa retiró una solicitud de obras y emitió un comunicado que ha reculado. Sentó con mucho agrado, pero ahora el pueblo de Yecla se siente traicionado. La gente está muy molesta y por eso se hacen acciones de boicot a la marca, porque han faltado a sus propias palabras".
"Nos queda ver si la Unesco nos puede ayudar y esperar a los informes de la Confederación Hidrográfica del Segura para recurrir y evitar que en esta joya se plante una macrogranja", aduce Verdú. Que lo llevaran definitivamente a cabo, coinciden los implicados, sería "un gran fracaso": "No se respetaría el valor cultural de la zona ni la voluntad de un pueblo", zanjan.