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Michelle Richardson, la medalla olímpica que no fue para Nicaragua
Michelle Richardson, la medalla olímpica que no fue para Nicaragua
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MANAGUA (Sputnik) — La quinceañera Michelle Richardson llegó segunda en la final de 800 metros libres de natación en los Juegos Olímpicos de Los Ángeles... 26.07.2021, Sputnik Mundo
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La espigada y rubia Richardson, nacida en Managua el 28 de abril de 1969, detuvo el cronómetro en 8:30.73 minutos en la prueba final de los 800 metros braza, para ceder solo ante su compañera de equipo, Tiffany Cohen, que rubricó un doblete dorado al ganar también en 400 metros libres.Aunque detestaba el agua fría de la piscina, la pequeña Michelle comenzó a nadar a los cinco años, siguiendo la tradición familiar. Su hermano Frank compitió en los Juegos Olímpicos de Montreal 1976, en cuyo desfile inaugural portó la bandera de Nicaragua.Pero en 1978, cuando arreciaba la guerra que libraba el Frente Sandinista contra la dictadura de Anastasio Somoza Debayle, los Richardson abandonaron Nicaragua y se instalaron en Estados Unidos.La medalla regresóEn territorio estadounidense, Richardson, quien a los siete años impuso en Managua récords nacionales y centroamericanos aún vigentes, experimentó un ascenso meteórico en su carrera deportiva, que tuvo su cúspide en la piscina olímpica de Los Ángeles.Ese fue el premio al sacrificio de una adolescente que entrenaba ocho horas diarias, durante las cuales nadaba hasta 20 kilómetros.Sobre los desencuentros que la llevaron a competir bajo la enseña de las barras y las estrellas, en lo fundamental con la dirigencia del Comité Olímpico Nicaragüense de la época, Richardson siempre optó por guardar silencio.Lo que nunca estuvo en duda fue su sentido de pertenencia a la tierra donde nació. Tan así que después de egresar como psicóloga de la Universidad Clemson, en Carolina del Sur (sureste de EEUU), regresó a Nicaragua, donde tuvo a sus tres hijos.Y con ella regresó la medalla plateada que muestra a la diosa de la Victoria con una palma en la mano izquierda y una corona en la diestra.HomenajesCuando Nicaragua organizó los XI Juegos Centroamericanos, en diciembre de 2017, entre las modernas infraestructuras deportivas edificadas en lo que fue el centro histórico de Managua destacó el complejo de piscinas.La instalación, a la vera de la ruidosa Avenida De Bolívar a Chávez, fue bautizada en honor la subcampeona olímpica de Los Ángeles, quien además recibió de manos del presidente Daniel Ortega la primera presea dorada de los Centroamericanos Managua 2017."Esta piscina es mi medalla de oro", dijo la exondina en ocasión del acto inaugural del centro deportivo.El jefe de Estado dijo que cuando braceó en la pileta olímpica, Richardson fue una fusión de las dos juventudes, la nicaragüense y la norteamericana.Cinco años antes, cuando en el verano de 2012 Londres organizó por tercera vez la magna cita del deporte mundial, a Richardson le concedieron el honor de portar la bandera nacional de Nicaragua en el desfile inaugural.Como el Comité Olímpico Internacional estipula que el porta estandarte sea un atleta en activo, Richardson desfiló como una más entre los seis atletas que integraron la delegación pinolera a los Juegos de la Trigésima Olimpiada de la Era Moderna.El béisbol casiEn los Juegos de Atlanta (1996) Nicaragua rozó el podio con su selección de béisbol, para de paso firmar la mejor actuación del deporte pinolero bajo la bandera de los cinco aros.Los nicas terminaron la ronda preliminar (todos contra todos) con balance de cuatro victorias y tres derrotas, para avanzar a semifinales frente a la entonces casi imbatible selección cubana, que concluyó invicta (7-0) en esa fase.Perder el último partido contra los antillanos significó volver enfrentarlos en el cruce de semifinales y perder de manera estrepitosa (8-1).Aún quedaba la posibilidad de la medalla de bronce, pero Estados Unidos liquidó la débil resistencia pinolera en el partido por el escalón inferior del podio, con un marcador de diez carreras a tres.La gloria olímpica volvía a ser esquiva al país de los lagos, los volcanes y los poetas.
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Michelle Richardson, la medalla olímpica que no fue para Nicaragua
MANAGUA (Sputnik) — La quinceañera Michelle Richardson llegó segunda en la final de 800 metros libres de natación en los Juegos Olímpicos de Los Ángeles (1984), pero su medalla de plata, que hubiera sido la única en la historia de su Nicaragua natal, fue una más en la abultada cuenta de Estados Unidos.
La espigada y rubia Richardson, nacida en Managua el 28 de abril de 1969, detuvo el cronómetro en 8:30.73 minutos en la prueba final de los 800 metros braza, para ceder solo ante su compañera de equipo, Tiffany Cohen, que rubricó un doblete dorado al ganar también en 400 metros libres.
Aunque detestaba el agua fría de la piscina, la pequeña Michelle comenzó a nadar a los cinco años, siguiendo la tradición familiar. Su hermano Frank compitió en los Juegos Olímpicos de Montreal 1976, en cuyo desfile inaugural portó la bandera de Nicaragua.
Pero en 1978, cuando arreciaba la guerra que libraba el Frente Sandinista contra la dictadura de Anastasio Somoza Debayle, los Richardson abandonaron Nicaragua y se instalaron en Estados Unidos.
14 de julio 2021, 22:46 GMT
En territorio estadounidense, Richardson, quien a los siete años impuso en Managua récords nacionales y centroamericanos aún vigentes, experimentó un ascenso meteórico en su carrera deportiva, que tuvo su cúspide en la piscina olímpica de Los Ángeles.
Ese fue el premio al sacrificio de una adolescente que entrenaba ocho horas diarias, durante las cuales nadaba hasta 20 kilómetros.
Sobre los desencuentros que la llevaron a competir bajo la enseña de las barras y las estrellas, en lo fundamental con la dirigencia del Comité Olímpico Nicaragüense de la época, Richardson siempre optó por guardar silencio.
Lo que nunca estuvo en duda fue su sentido de pertenencia a la tierra donde nació. Tan así que después de egresar como psicóloga de la Universidad Clemson, en Carolina del Sur (sureste de EEUU), regresó a Nicaragua, donde tuvo a sus tres hijos.
Y con ella regresó la medalla plateada que muestra a la diosa de la Victoria con una palma en la mano izquierda y una corona en la diestra.
26 de julio 2021, 15:59 GMT
Cuando Nicaragua organizó los XI Juegos Centroamericanos, en diciembre de 2017, entre las modernas infraestructuras deportivas edificadas en lo que fue el centro histórico de Managua destacó el complejo de piscinas.
La instalación, a la vera de la ruidosa Avenida De Bolívar a Chávez, fue bautizada en honor la subcampeona olímpica de Los Ángeles, quien además recibió de manos del presidente Daniel Ortega la primera presea dorada de los Centroamericanos Managua 2017.
"Esta piscina es mi medalla de oro", dijo la exondina en ocasión del acto inaugural del centro deportivo.
El jefe de Estado dijo que cuando braceó en la pileta olímpica, Richardson fue una fusión de las dos juventudes, la nicaragüense y la norteamericana.
"Me llegaron al corazón, porque esta es mi patria, nací en Nicaragua y por las circunstancias no se pudo, pero esta medalla está aquí y esta nicaragüense está aquí", dijo la ex deportista sobre las palabras de Ortega.
Cinco años antes, cuando en el verano de 2012 Londres organizó por tercera vez la magna cita del deporte mundial, a Richardson le concedieron el honor de portar la bandera nacional de Nicaragua en el desfile inaugural.
Como el Comité Olímpico Internacional estipula que el porta estandarte sea un atleta en activo, Richardson desfiló como una más entre los seis atletas que integraron la delegación pinolera a los Juegos de la Trigésima Olimpiada de la Era Moderna.
22 de julio 2021, 22:22 GMT
En los Juegos de Atlanta (1996) Nicaragua rozó el podio con su selección de béisbol, para de paso firmar la mejor actuación del deporte pinolero bajo la bandera de los cinco aros.
Los nicas terminaron la ronda preliminar (todos contra todos) con balance de cuatro victorias y tres derrotas, para avanzar a semifinales frente a la entonces casi imbatible selección cubana, que concluyó invicta (7-0) en esa fase.
Perder el último partido contra los antillanos significó volver enfrentarlos en el cruce de semifinales y perder de manera estrepitosa (8-1).
Aún quedaba la posibilidad de la medalla de bronce, pero Estados Unidos liquidó la débil resistencia pinolera en el partido por el escalón inferior del podio, con un marcador de diez carreras a tres.
La gloria olímpica volvía a ser esquiva al país de los lagos, los volcanes y los poetas.
