Argentina y la encrucijada de las salmoneras: ¿prohibir o regular?
© Foto : Gentileza Asociación ManekenkProtestas contra las salmoneras en el canal Beagle
© Foto : Gentileza Asociación Manekenk
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El ministro nacional de Desarrollo Productivo, Matías Kulfas, criticó a la legislatura de la provincia argentina de Tierra del Fuego (sur) por sancionar una ley única en el mundo que prohíbe en aguas abiertas la cría intensiva de salmones, una especie no autóctona. La medida fue festejada por el ministro de Ambiente, Juan Cabandié.
¿Prohibir o regular?: Argentina, entre desarrollo y ambientalismo por las salmoneras
Argentina, un país inmerso en una de las peores crisis económicas de las que se tiene registro, se encuentra ante una disyuntiva que condiciona y permea el conjunto de su matriz productiva: cómo desarrollar industrias primarias a gran escala, sustitutiva de importaciones y generadora de divisas por exportación, sin un impacto al medio ambiente irreversible.
El 30 de junio, la legislatura de Tierra del Fuego, provincia más austral del país, sancionó una ley histórica y única en el mundo, de objetivos ecológicos, que prohíbe la actividad salmonera intensiva en aguas jurisdiccionales, mares abiertos del Canal Beagle, estrecho que separa Argentina de Chile, celebrada por el ministro nacional de Ambiente y Desarrollo Sustentable, Juan Cabandié.
Destaco la decisión de Tierra Del Fuego de prohibir la cría de salmones en la provincia, posicionándonos como líderes en el mundo en tomar esta decisión. La salmonicultura es una práctica nociva con el ambiente y genera un impacto negativo en el ecosistema https://t.co/CIU7iHVszQ
— Juan Cabandié (@juancabandie) July 1, 2021
Sin embargo, con la mirada puesta en la pérdida de oportunidades económicas, el ministro nacional de Desarrollo Productivo, Matías Kulfas, así como integrantes de su equipo, apoyados en informes analíticos y artículos periodísticos críticos, reprobó la ley provincial e instó en la necesidad de regular las actividades en lugar de prohibirlas.
Entre ambos extremos, existe un amplio abanico de opciones. De esto habla este excelente artículo de @MartinSchapiro_.https://t.co/WuYzLTpZIf
— Matías Kulfas (@KulfasM) July 4, 2021
"Hay métodos productivos como la salmonicultura a mar abierto o la megaminería a cielo abierto que no hay forma de hacerlas sustentables, no existe ese modelo. El proyecto original era más restrictivo, prohibía todo, tanto la acuicultura en mar como en tierra. Finalmente, se llegó a otro proyecto más consensuado porque hoy se producen salmónidos, pero en piletones, no en el océano", dijo a Sputnik Nancy Fernández Marchesi, presidenta de la asociación ambientalista Manekenk de Tierra del Fuego.
La ley fueguina no fue una reacción improvisada, sino el resultado de un movimiento de concientización de asociaciones civiles y organizaciones ambientalistas, apoyadas en investigaciones académicas, que advirtieron sobre el impacto negativo que tendría en el medio ambiente y las comunidades locales la instalación de este tipo de industria del salmón, una especie no autóctona, en mares abiertos. Su ejemplo para las alarmas: Chile.
El país vecino se ha transformado en la segunda potencia mundial en la producción intensiva, diferente de la pesca tradicional por el hecho de realizarse en jaulas, al modo feedlot, por lo que el desarrollo de la industria salmonera es sin duda redituable, pero no sustentable.
"El modelo chileno es tecnología antigua, que en otros países ya se está dejando de utilizar, precisamente por las grandes restricciones ambientales y multas que les están aplicando. Entonces ingresan a países con debilidades normativas o con altos niveles de corrupción o faltas de control con metodologías que son más baratas para las empresas pero más perjudiciales para el ambiente", enfatizó la investigadora y docente universitaria.
¿Oportunidad perdida?
© Foto : Gentileza Asociación ManekenkProtestas contra las salmoneras en el canal Beagle
Protestas contra las salmoneras en el canal Beagle
© Foto : Gentileza Asociación Manekenk
El salmón es uno de los productos animales de élite debido a su alta demanda y consumo por las clases medias y altas. El primer productor mundial es Noruega, país que busca instalar esta industria en Argentina luego de un convenio de investigación de factibilidad para el potencial desarrollo, firmado durante la presidencia de Mauricio Macri (2015-2019), acto que generó el activismo provincial que derivó en la flamante ley.
Pero en Escandinavia este pez de agua salada es autóctono, mientras que en el Cono Sur es invasor. Los peligros de la introducción de especies exóticas tienen que ver con los efectos que puede provocar el desbalance en el ecosistema, que ocurren ante la posibilidad de que se escapen algunos especímenes de las jaulas, pero que no se limita a esta contingencia.
El uso de antibióticos y de alimentación balanceada, que decantan a través de los excrementos a las bases de los cuerpos de agua, contaminan inevitablemente los suelos marinos y se provoca un fenómeno llamado eutrofización, que genera algas e infestaciones que destruyen la fauna y flora local, y que a su vez daña tanto el sistema nativo como el sustento de comunidades locales.
"Las empresas se instalan en pequeños pueblos de pescadores, que pierden su trabajo artesanal, y pasan a ser obreros de estas multinacionales, con todos los conflictos derivados de la precarización laboral. Cuando la columna de agua se contamina, las salmoneras se van y esos pueblos quedan destrozados. Los informes chilenos advierten que en las zonas de mayor producción de salmonicultura también están las zonas de mayor pobreza", resaltó Fernández Marchesi.
A pesar del alto costo socioambiental, después de años de desarrollo industrial, hoy Chile genera por la exportación de salmón dos veces lo que Argentina por la venta al exterior de carne de res, uno de los argumentos esgrimidos desde la perspectiva desarrollista.
Según un informe citado por Daniel Schteingart, director del Centro de Estudios para la Producción de la cartera productiva nacional, "el potencial económico de la acuicultura marina [salmones y mejillones] va desde el 12% a más del 100% del PBI argentino" con montos que van desde más de 60.000 a 600.000 millones de dólares de exportación.
Ayer la provincia de Tierra del Fuego prohibió la salmonicultura (cría de salmones). Voy con algunos datos y reflexiones al respecto. https://t.co/l209L0t21m
— Daniel Schteingart (@danyscht) July 1, 2021
Argentina importa cada vez más salmón (45 millones de dólares fue el récord histórico alcanzado en abril de 2021) y todo viene de Chile, una actividad que comenzó a desarrollarse en la década de 1990, con enorme rédito para sus exportaciones, que hoy rondan los 5.000 millones de dólares anuales.
"Pareciera de una voracidad financiera que desconozco, no me imagino que a estas personas no les importe el medio ambiente. Creo que no leyeron la ley, escucharon que se prohibía tal cosa y supusieron que se prohibía todo. Quiero pensar que hablan más desde la ignorancia que desde su pensamiento ideológico", comentó la activista en relación a la posición contraria.
Fernández Marchesi aclaró que la ley en realidad lo que hace es regular la actividad de acuicultura. En un artículo se prohíbe un modelo y en el siguiente, que permite otro. Una empresa noruega o cualquiera puede venir mañana, instalar en la zona terrestre y construir los sistemas de recirculación de agua corriente en los cuales estos peces se cultivan.
"Argentina tiene desarrollo tecnológico para poder hacer esto, como ya se hace con el pez limón a través del Instituto Nacional de Investigación y Desarrollo Pesquero (Inidep). Pero parece que la fórmula más simple es que vengan inversiones extranjeras que hagan lo que quieran a cambio de dólares", criticó.