Una nueva jornada de protestas antigubernamentales vuelve a llenar las calles de Colombia

La mayoría de las manifestaciones se llevaron a cabo de manera pacífica en las principales ciudades del país, según los reportes de los organizadores y de las autoridades.

En Bogotá, sin embargo, algunas protestas terminaron en enfrentamientos entre la Policía y los manifestantes.

Los incidentes sucedieron en particular en la localidad de Usme, en el suroriente de Bogotá.

La oficina capitalina de la Cruz Roja Colombiana informó que atendió a 139 personas en las manifestaciones de la capital.

La mayoría de los individuos que necesitaron atención médica se encontraba justamente en el sector de Yomasa, en Usme, detalló la organización.

Entre los 139 pacientes atendidos por la Cruz Roja, cinco eran policías mientras que los demás 134 eran civiles.

Según informó el ente, las principales lesiones que sufrieron las personas en las manifestaciones en Bogotá fueron afectaciones en ojos y vías respiratorias (96 casos) y heridas en cabeza, cara o extremidades (36 casos).

Desde hace prácticamente un mes, Colombia sostiene un paro nacional en rechazo a la radicación en el Congreso de una polémica reforma fiscal impulsada por el Gobierno, que ante la presión popular se vio obligado a retirarla el 2 de mayo.

Sin embargo, las movilizaciones siguieron y el 19 de mayo lograron presionar a los congresistas para que archiven el polémico proyecto con el que se planteaba una reforma al sistema de salud.

Desde que se inició la jornada de protestas en Colombia, más de 50 personas han muerto durante las manifestaciones, según denuncias de organizaciones defensoras de derechos humanos.

Aún de acuerdo con estos entes, la mayoría de las muertes ocurrió a manos de efectivos de la fuerza pública.

Además, según denuncias, se detuvo de manera arbitraria al menos a 1.430 personas y se cometió violencia sexual contra mas de una veintena de mujeres.

Ante tales abusos, la Organización de las Naciones Unidas (ONU), la OEA, la Unión Europea y organizaciones de derechos humanos, entre otros, han denunciado ante la comunidad internacional un uso desproporcionado de la fuerza por parte de la Policía de Colombia.