Las movilizaciones sociales han sido una constante en las principales ciudades de Colombia desde el 28 de abril, cuando los colombianos iniciaron la protesta ciudadana contra la reforma tributaria propuesta por el Gobierno de Iván Duque. En los días siguientes, las escenas de represión y violencia se apoderaron de las calles y dejaron un saldo de al menos 19 fallecidos, 87 desaparecidos y más de 800 heridos.
Lejos de apaciguarse, las organizaciones sociales y los manifestantes redoblaron la apuesta, convocando a un nuevo paro nacional para este 5 de mayo. En la convocatoria lanzada por el Comité Nacional del Paro —plataforma que reúne a las centrales sindicales y otras organizaciones del país— el punto central pasó a ser el rechazo a la violencia con que las fuerzas del orden respondieron a las protestas.
"Desmilitarización y basta de masacres", fue una de las demandas centrales de la convocatoria. El otro, más específico, fue que el Gobierno de Duque quite de las calles al Escuadrón Móvil Antidisturbios, conocido por la sigla Esmad, cuerpo policial señalado en reiteradas ocasiones por cometer desbordes y propiciar la muerte de manifestantes.
Los últimos enfrentamientos entre manifestantes y policías se produjeron en la noche del 4 de mayo en Bogotá, cuando personas arremetieron contra varios locales de la Policía conocidos como Comandos de Atención Inmediata (CAI). De acuerdo a la Defensoría del Pueblo de Colombia, 16 de estos centros fueron "vandalizados" y 26 efectivos policiales resultaron heridos, seis de ellos de gravedad al sufrir quemaduras. Uno recibió un disparo de arma de fuego.
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