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Cornezuelo del centeno: el 'LSD' de las abuelas gallegas que también inspiró a los filósofos
Cornezuelo del centeno: el 'LSD' de las abuelas gallegas que también inspiró a los filósofos
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Espasmos, convulsiones, cambios de conducta y alucinaciones son algunos de los efectos que notaban aquellos que ingerían cornezuelo del centeno. El cornezuelo
2021-04-23T15:49+0000
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Espasmos, convulsiones, cambios de conducta y alucinaciones son algunos de los efectos que notaban aquellos que ingerían cornezuelo del centeno. El cornezuelo es una estructura producida por el hongo Claviceps purpurea que infecta al centeno y con menos frecuencia, a otros cereales. Aunque para muchos sigue siendo un gran desconocido, sus efectos han sido mortales y muy sonados a lo largo de la Historia: desde la Antigua Grecia hasta mediados del siglo XX.La ingesta del cornezuelo podía generar la enfermedad de ergotismo y, de hecho, se han conocido casos muy sonados de epidemias a raíz de esa enfermedad, provocando incluso la muerte de la mitad de la población en pueblos como fue el caso de Aquitania (Francia) en el año 945, donde fallecieron más de 20.000 personas a causa de esta infección. Pero, ¿quién era la gente que consumía cornezuelo y con qué intención lo hacían? En su mayoría era gente humilde que en ocasiones lo ingería accidentalmente tras consumir pan contaminado. Sin embargo, tal y como apunta Carlos Illana, profesor de Botánica de la Universidad de Alcalá, "hay que distinguir entre lo que ocurría en la Edad Media, cuándo no se conocía lo que era el cornezuelo del centeno, ni sus efectos, del período en el que ya se sabía lo que pasaba cuándo se consumía".En la década de los 60, psiquiatras y psicoanalistas vieron en esa droga un agente terapéutico muy prometedor y empezaron a estudiar posibles medicamentos. Se volvió tan popular que se consideró el "oro negro" del momento, llegando a ser exportado en grandes cantidades a los puertos de Nueva York, Londres y Hamburgo. Un kilo de cornezuelo podía valer en España en aquella época alrededor de 1.000 pesetas, que por aquel entonces significaba toda una riqueza, lo equivalente a lo que costaba un ternero.Este hecho se narra en el documental Negro Púrpura de las directoras Sabela Iglesias y Adriana P. Villanueva, quienes se adentran en la Galicia más profunda para rescatar los testimonios de las personas que conocieron de cerca los efectos del cornezuelo. "Todo empezó un día que estábamos de sobremesa y una amiga nos comentó que su abuela traficaría con LSD en los años 50. Este titular nos llamó mucho la atención porque se encuadra dentro de un contexto rural de posguerra española durante la dictadura de Francisco Franco, donde las drogas no tenían cabida porque la prioridad era poder comer todos los días", narran a Sputnik las autoras de la película. "Le pedimos más detalles y fue ahí cuando oímos hablar por primera vez del cornezuelo del centeno. Hicimos una búsqueda rápida en internet y encontramos algún artículo que relacionaba este hongo con bastantes sucesos históricos. ¿Cómo era posible que nunca hubiéramos escuchado nada sobre esto hasta el momento?".Uno de los datos que más les llamó la atención al elaborar este film fue que en una aldea de Ourense, en Dacón (Maside), en los años cincuenta se marcaban los precios mundiales del cornezuelo y que esta historia no hubiese llegado a la actual generación mientras que en la generación de "nuestras abuelas y abuelos" sí que estuviera presente como algo relativamente importante durante mediados del siglo pasado. Tras tres años de trabajo, el documental llegará a los cines a lo largo de 2021, pero la fecha oficial de estreno aún está pendiente de ser confirmada.A pesar de la importancia que tenía Galicia respecto al cornezuelo, el gran exportador de ergot en Europa fue Rusia. Los compradores diferenciaban entre el spanish ergot y el russian ergot. En 1912 la revista American Druggist señalaba: "El ergot de centeno de mayor calidad es el producido en las provincias del noroeste de España. El ergot ruso, aunque posee un valor medicinal equivalente, no consigue precios tan altos como el español, principalmente porque no es envasado tan cuidadosamente y no tiene tan buen aspecto".Utilizado para abortarA este hongo alucinógeno le han denominado de diferentes maneras según el lugar. Internacionalmente se conoce como ergot y en Galicia, donde fue muy abundante gracias a su clima húmedo, se le ha dado nombres como dentón, caruncho, cornello o cornecho. Al consumirse posee efectos alucinógenos bastante similares a los de los del LSD, de hecho, su creador Albert Hoffman, lo sintetizó a partir de la ergotamina, uno de los principales compuestos del cornezuelo. La gran diferencia entre ambas drogas es que el ergot puede ser mortal. A pesar de ello, los expertos en sustancias fúngicas coinciden en que su uso ha sido más accidental que como sustancia alucinógena. Uno de los más extendidos durante el siglo XX fue como abortivo: "Durante la época la época franquista, no había acceso a drogas como la LSD, ni al aborto, por otro lado. Así que, ante la falta de alternativas más seguras, es más fácil entender por qué se podía usar el cornezuelo tanto para usos psicoactivos como abortivos", recalca Ibai Otxoa, psicólogo especializado en drogodependencia. Anteriormente ya hubo constancia de esta realidad tal y como refleja el diario salmantino El Adelanto en 1912, donde "se comentaba el juicio a una madre que dio polvo de cornezuelo a su hija para poder abortar", referencia Illana.No obstante, tres siglos antes ya se utilizaba dicho hongo con la misma finalidad. Un médico llamado Camerarius señaló en el siglo XVII que el polvo de cornezuelo era usado intencionadamente para acelerar las contracciones del parto. "El polvo gris que las viejas parteras llevaban en una bolsita, no era otra cosa que cornezuelo del centeno molido", señala el profesor.El ergotismo y el arteEl principio activo más característico del cornezuelo del centeno es la ergotamina, causante de la enfermedad del ergotismo. Podía manifestarse de dos maneras: como convulsivo o gangrenoso. "El ergotismo tenía muchos nombres, uno de ellos fue 'fuego de San Antonio'. El nombre se debe a que durante la Edad Media los enfermos de ergotismo acudían a curarse a los santuarios en los que se exponían reliquias de santos. El lugar más visitado fue el sepulcro de San Antonio Abad, en el que se decía se habían producido curaciones milagrosas. Se extendió la idea de que este santo era el único que podía curar el fuego sacro, y a partir de entonces la enfermedad se denominó fuego de San Antonio", narra el profesor Illana Esteban, socio de la Sociedad Micológica de Madrid.Las consecuencias de esta dolencia quedaron reflejadas en numerosos cuadros pictóricos. "De alguna manera los enfermos de ergotismo inspiraron a pintores flamencos en sus pinturas", dice Illana, también autor de un ensayo en el que se narra este asunto. Algunas de las obras que distintos críticos de arte consideran inspiradas en enfermos de ergotismo gangrenoso son: Los mendigos, de Pieter Bruegel el Viejo; El combate entre don Carnal y doña Cuaresma del mismo artista; o Las tentaciones de San Antonio, de Hieronymus Bosch.Historia versus realidadLa historia sugiere que algunos brotes de brujería eran producidos por envenenamiento con cornezuelo del centeno como el caso de las brujas de Salem, en el que varias mujeres sufrieron alucinaciones y convulsiones y fueron quemadas acusadas de practicar brujería. En la Antigua Grecia muchos académicos coinciden en que los grandes filósofos y eruditos utilizaban este hongo como ingrediente secreto de su pócima llamada kykeon, que se piensa contenía harina de cereal (cebada), agua y menta.Este líquido era ingerido en las reuniones anuales conocidas como Misterios de Eleusis y tras ingerir esa bebida cambiaban su percepción de ver el mundo. Allí, a 20 kilómetros de Atenas, se reunían personalidades como Platón, Aristóteles, Plutarco, Sófocles y Adriano, entre otros grandes nombres de la filosofía, de la ciencia y de las artes. "Ésta era la parte más secreta de los Misterios y no se podía revelar a nadie, bajo pena de muerte. De lo que acontecía dentro del Telesterion nada se sabe con certeza, solo existen suposiciones. Lo que sí se conoce es que los participantes tras beber el kykeon comenzarían a tener visiones místicas", explica el profesor. Ya en el siglo XX, decenas de ciudadanos del pueblo francés de Port Saint Espirit sufrieron delirios en 1951, muchos de los cuales acabaron suicidándose o internados en centros psiquiátricos. A esta dolencia se le denominó "mal del pan" y se cree que la enfermedad fuera causa de esta planta encontrada en el centeno.En la actualidad sigue existiendo, pero como un gran contribuyente a la industria farmacéutica. Algunos de los alcaloides de Claviceps purpurea también tienen aplicaciones terapéuticas. Entre estos destacan la ergotamina, un potente vasoconstrictor usado para el tratamiento de la migraña, o la ergometrina, que se emplea para provocar el parto o impedir hemorragias posteriores. "Hoy en día es muy raro que la gente consuma cornezuelo de centeno por sus efectos psicoactivos", recalca el psicólogo. "No es de extrañar que, si se continúa investigando, pueda desembocar en nuevos usos de manera más segura".
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Cornezuelo del centeno: el 'LSD' de las abuelas gallegas que también inspiró a los filósofos
15:49 GMT 23.04.2021 (actualizado: 10:58 GMT 25.06.2022) Iris Ladari Fuentes
Corresponsal en España
¿Qué pensarías si el desencadenante de que Platón escribiera la Teoría de las Ideas fuera una droga alucinógena? Podría ser una posibilidad. Numerosos académicos que han analizado los ritos donde se reunían los sabios de la Antigua Grecia afirman que consumían una pócima compuesta de un hongo alucinógeno que lograba cambiar su percepción del mundo.
Espasmos, convulsiones, cambios de conducta y alucinaciones son algunos de los efectos que notaban aquellos que ingerían cornezuelo del centeno. El cornezuelo es una estructura producida por el hongo Claviceps purpurea que infecta al centeno y con menos frecuencia, a otros cereales. Aunque para muchos sigue siendo un gran desconocido, sus efectos han sido mortales y muy sonados a lo largo de la Historia: desde la Antigua Grecia hasta mediados del siglo XX.
La ingesta del cornezuelo podía generar la enfermedad de ergotismo y, de hecho, se han conocido casos muy sonados de epidemias a raíz de esa enfermedad, provocando incluso la muerte de la mitad de la población en pueblos como fue el caso de Aquitania (Francia) en el año 945, donde fallecieron más de 20.000 personas a causa de esta infección.
Pero, ¿quién era la gente que consumía cornezuelo y con qué intención lo hacían? En su mayoría era gente humilde que en ocasiones lo ingería accidentalmente
tras consumir pan contaminado. Sin embargo, tal y como apunta Carlos Illana, profesor de Botánica de la Universidad de Alcalá, "hay que distinguir entre lo que
ocurría en la Edad Media, cuándo no se conocía lo que era el cornezuelo del centeno, ni sus efectos, del período en el que ya se sabía lo que pasaba cuándo se consumía".
"Durante la Edad Media el consumo del cornezuelo era accidental. El consumo de pan blanco elaborado con trigo era reservado para los reyes y los nobles. En cambio, el pan fabricado con centeno, más oscuro, era el que comían las gentes más humildes. Por comer pan de centeno no ocurre nada, actualmente se consume, pero el problema era que junto a los granos del cereal estaban mezclados los esclerocios del cornezuelo del centeno. Al moler todo junto se obtenía una harina de centeno contaminada con cornezuelo con la que se elaboraba el pan", recalca el profesor de Botánica.
En la década de los 60, psiquiatras y psicoanalistas vieron en esa droga un agente terapéutico muy prometedor y empezaron a estudiar posibles medicamentos. Se volvió tan popular que se consideró el "oro negro" del momento, llegando a ser exportado en grandes cantidades a los puertos de Nueva York, Londres y Hamburgo. Un kilo de cornezuelo podía valer en España en aquella época alrededor de 1.000 pesetas, que por aquel entonces significaba toda una riqueza, lo equivalente a lo que costaba un ternero.
"Se denominaba 'oro negro' por el color del cornezuelo, pero sobre todo se consideraba el 'wolframio vegetal', debido a que el mineral wolframio que se extraía de Galicia era imprescindible para reforzar los blindajes de los tanques alemanes fabricados durante la Segunda Guerra Mundial", explica a Sputnik Carlos Illana, profesor de la Universidad de Alcalá.
Este hecho se narra en el documental
Negro Púrpura de las directoras Sabela Iglesias y Adriana P. Villanueva, quienes se adentran en la Galicia más profunda para rescatar los testimonios de las personas que conocieron de cerca los efectos del cornezuelo. "Todo empezó un día que estábamos de sobremesa y
una amiga nos comentó que su abuela traficaría con LSD en los años 50. Este titular nos llamó mucho la atención porque se encuadra dentro de un contexto rural de posguerra española durante la
dictadura de Francisco Franco, donde las drogas no tenían cabida porque la prioridad era poder comer todos los días", narran a Sputnik las autoras de la película. "Le pedimos más detalles y fue ahí cuando oímos hablar por primera vez del cornezuelo del centeno. Hicimos una búsqueda rápida en internet y encontramos algún artículo que relacionaba este hongo con bastantes sucesos históricos. ¿Cómo era posible que nunca hubiéramos escuchado nada sobre esto hasta el momento?".
"Es importante conocer su existencia porque es algo que para muchas familias fue importante en un momento determinado y forma parte de nuestra historia. Galicia está en la esquina de la península y puede haber la sensación de que somos un pueblo poco conectado internacionalmente. El cornezuelo nos demuestra que no es así y nos permite cuestionarnos si nuestra historia fue tal y como nos la han contado, a la vez, revaloriza todo el saber popular sobre nuestros recursos naturales. Un saber que está en peligro de extinción", señalan las directoras del documental Negro Púrpura.
Uno de los datos que más les llamó la atención al elaborar este film fue que en una aldea de Ourense, en Dacón (Maside), en los años cincuenta se marcaban los precios mundiales del cornezuelo y que esta historia no hubiese llegado a la actual generación mientras que en la generación de "nuestras abuelas y abuelos" sí que estuviera presente como algo relativamente importante durante mediados del siglo pasado. Tras tres años de trabajo, el documental llegará a los cines a lo largo de 2021, pero la fecha oficial de estreno aún está pendiente de ser confirmada.
A pesar de la importancia que tenía Galicia respecto al cornezuelo, el gran exportador de ergot en Europa fue Rusia. Los compradores diferenciaban entre el spanish ergot y el russian ergot. En 1912 la revista American Druggist señalaba: "El ergot de centeno de mayor calidad es el producido en las provincias del noroeste de España. El ergot ruso, aunque posee un valor medicinal equivalente, no consigue precios tan altos como el español, principalmente porque no es envasado tan cuidadosamente y no tiene tan buen aspecto".
"El principal suministrador para Europa era Rusia, pero probablemente por los períodos de crisis que afectaron a Europa en la primera mitad del siglo XX, España se convirtió en el principal suministrador", aclara Illana. "La mayoría del cornezuelo español procedía de Galicia, también de algunas zonas de Castilla y León. Entre 1990-1950 la producción de cornezuelo en España era superior a la tonelada por año, de 1920-1925 más de dos toneladas anuales", explica el profesor de Botánica.
A este hongo alucinógeno le han denominado de diferentes maneras según el lugar. Internacionalmente se conoce como ergot y en Galicia, donde fue muy abundante gracias a su clima húmedo, se le ha dado nombres como dentón, caruncho, cornello o cornecho. Al consumirse posee
efectos alucinógenos bastante similares a los de los del LSD, de hecho, su
creador Albert Hoffman, lo sintetizó a partir de la ergotamina, uno de los principales compuestos del cornezuelo. La gran diferencia entre ambas drogas es que el ergot puede ser mortal.
A pesar de ello, los expertos en sustancias fúngicas coinciden en que su uso ha sido más accidental que como sustancia alucinógena. Uno de los más extendidos durante el siglo XX fue como abortivo: "Durante la época la época franquista, no había acceso a drogas como la LSD, ni al aborto, por otro lado. Así que, ante la falta de alternativas más seguras, es más fácil entender por qué se podía usar el cornezuelo tanto para usos psicoactivos como abortivos", recalca Ibai Otxoa, psicólogo especializado en drogodependencia. Anteriormente ya hubo constancia de esta realidad tal y como refleja el diario salmantino El Adelanto en 1912, donde "se comentaba el juicio a una madre que dio polvo de cornezuelo a su hija para poder abortar", referencia Illana.
15 de octubre 2018, 20:06 GMT
No obstante, tres siglos antes ya se utilizaba dicho hongo con la misma finalidad. Un médico llamado Camerarius señaló en el siglo XVII que el polvo de cornezuelo era usado intencionadamente para acelerar las contracciones del parto. "El polvo gris que las viejas parteras llevaban en una bolsita, no era otra cosa que cornezuelo del centeno molido", señala el profesor.
El principio activo más característico del cornezuelo del centeno es la ergotamina, causante de la enfermedad del ergotismo. Podía manifestarse de dos maneras: como convulsivo o gangrenoso. "El ergotismo tenía muchos nombres, uno de ellos fue 'fuego de San Antonio'. El nombre se debe a que durante la Edad Media los enfermos de ergotismo acudían a curarse a los santuarios en los que se exponían reliquias de santos. El lugar más visitado fue el sepulcro de San Antonio Abad, en el que se decía se habían producido curaciones milagrosas. Se extendió la idea de que este santo era el único que podía curar el fuego sacro, y a partir de entonces la enfermedad se denominó fuego de San Antonio", narra el profesor Illana Esteban, socio de la Sociedad Micológica de Madrid.
27 de enero 2021, 13:36 GMT
Las consecuencias de esta dolencia quedaron reflejadas en numerosos
cuadros pictóricos. "De alguna manera los enfermos de ergotismo
inspiraron a pintores flamencos en sus pinturas", dice Illana, también autor de un ensayo en el que se narra este asunto. Algunas de las obras que distintos críticos de arte consideran inspiradas en enfermos de ergotismo gangrenoso son:
Los mendigos, de Pieter Bruegel el Viejo;
El combate entre don Carnal y doña Cuaresma del mismo artista; o
Las tentaciones de San Antonio, de Hieronymus Bosch.
La historia sugiere que algunos brotes de brujería eran producidos por envenenamiento con cornezuelo del centeno como el caso de las brujas de Salem, en el que varias mujeres sufrieron alucinaciones y convulsiones y
fueron quemadas acusadas de practicar brujería. En la Antigua Grecia muchos académicos coinciden en que los grandes filósofos y eruditos utilizaban este hongo como ingrediente secreto de su pócima llamada
kykeon, que se piensa contenía harina de
cereal (cebada), agua y menta.
7 de febrero 2021, 15:16 GMT
Este líquido era ingerido en las reuniones anuales conocidas como Misterios de Eleusis y tras ingerir esa bebida cambiaban su percepción de ver el mundo. Allí, a 20 kilómetros de Atenas, se reunían personalidades como Platón, Aristóteles, Plutarco, Sófocles y Adriano, entre otros grandes
nombres de la filosofía, de la ciencia y de las artes. "Ésta era la parte más secreta de los Misterios y no se podía revelar a nadie, bajo pena de muerte. De lo que acontecía dentro del Telesterion nada se sabe con certeza, solo existen suposiciones. Lo que sí se conoce es que los participantes
tras beber el kykeon comenzarían a tener visiones místicas", explica el profesor. Ya en el siglo XX, decenas de ciudadanos del pueblo francés de Port Saint Espirit sufrieron delirios en 1951, muchos de los cuales acabaron suicidándose o internados en centros psiquiátricos. A esta dolencia se le denominó "mal del pan" y se cree que la enfermedad fuera causa de esta planta encontrada en el centeno.
29 de septiembre 2020, 20:47 GMT
En la actualidad sigue existiendo, pero como un gran contribuyente a la industria farmacéutica. Algunos de los alcaloides de Claviceps purpurea también tienen aplicaciones terapéuticas. Entre estos destacan la ergotamina, un potente vasoconstrictor usado para el tratamiento de la migraña, o la ergometrina, que se emplea para provocar el parto o impedir hemorragias posteriores. "Hoy en día es muy raro que la gente consuma cornezuelo de centeno por sus efectos psicoactivos", recalca el psicólogo. "No es de extrañar que, si se continúa investigando, pueda desembocar en nuevos usos de manera más segura".