El calvario de ser artista, latinoamericano y vivir la era COVID-19
El calvario de ser artista, latinoamericano y vivir la era COVID-19
Sputnik Mundo
El 30 de agosto de 2020, el escultor colombiano John Fitzgerald fue noticia por coserse la boca e iniciar una huelga de hambre en reclamo por la falta de apoyo
El 30 de agosto de 2020, el escultor colombiano John Fitzgerald fue noticia por coserse la boca e iniciar una huelga de hambre en reclamo por la falta de apoyo económico a los artistas de Colombia afectados por la pandemia de COVID-19. Aquel episodio fue uno de los puntos más dramáticos de la tensa relación que los artistas latinoamericanos tuvieron con sus gobiernos desde que comenzó la pandemia.Los artistas, un universo que en América Latina puede incluir actores, músicos, artistas visuales y otras formas de expresión, estuvieron en todos los países entre los trabajadores más afectados por la paralización de actividades ocasionada por la llegada del virus SARS-CoV-2. La suspensión de espectáculos públicos decretada por todos los países de la región en 2020 dejó al colectivo sin ingresos, un problema agudizado por la informalidad que suele dejar a los trabajadores del arte sin seguros de desempleo.Si bien algunos lograron adaptarse para organizar espectáculos o vender sus obras a través de internet, la tendencia fue que todos los colectivos artísticos del continente sufrieron especialmente la paralización de actividades presenciales.Fitzgerald pasó más de 70 horas en huelga de hambre hasta alcanzar un acuerdo con el Ministerio de Cultura de Colombia —con entrevista con la ministra Carmen Inés Vásquez incluida— para reforzar algunas medidas de protección social para el sector, como la culminación de un censo de artistas del país.Para el Gobierno colombiano, que ubica a los artistas dentro de lo que considera "economía naranja" —término que utiliza para referirse a las industrias creativas— la asistencia al arte había sido satisfactoria, según aseguró en diciembre de 2020 al destacar que destinó 640.000 millones de pesos colombianos (unos 174 millones de dólares) para atender al sector durante el primer año de la pandemia.Las protestas de artistas latinoamericano han sido una constante en América Latina, tanto como las campañas y eventos para, a falta de planes gubernamentales, conseguir ingresos para los artistas más desfavorecidos.En Chile, un grupo de artistas se movilizó por calles de Santiago de Chile para reclamar por la falta de ingresos motivada por la pandemia. Sin obtener respuestas, la Asociación Gremial de Trabajadores de las Artes y Espectáculos (Agtae) organizó en marzo de 2021 un festival artístico con un doble propósito: "visibilizar el trabajo y la situación" de los artistas y apoyar económicamente a los artistas que se han visto afectado por la crisis.Los propietarios de galerías de arte mexicanos, por ejemplo, debieron reunirse de forma inédita en diciembre de 2020 para organizar una exhibición conjunta en una casona de Ciudad de México. La iniciativa apuntó a sustituir, en parte, los ingresos perdidos por los galeristas por la imposibilidad de participar en festivales de arte en Estados Unidos, donde suelen estar las mejores chances para los artistas plásticos del país latinoamericano.En Uruguay, el primer país latinoamericano en permitir los espectáculos en vivo durante 2020, las protestas de los artistas no culminaron. Si bien músicos y actores pudieron volver a los escenarios uruguayos en 2020, los limitados aforos establecidos por protocolo hizo que muchos espectáculos no fueran redituables, según denuncian los propios artistas.“Nos abrieron porque dimos señales de seriedad. Nos aforaron y cumplimos con responsabilidad. Nos topearon sin casos que lo ameriten. Nos prohibieron erráticamente y sin paliativo real. Este sector necesita ser atendido como es debido, de forma ecuánime, como cualquier otro sector productivo del país", señala un comunicado del colectivo Uruguay es Música del 26 de marzo de 2021.Los reclamos de los artistas uruguayos lograron que el Gobierno habilitara un subsidio de 6.800 pesos uruguayos (153 dólares) mensuales durante tres meses. De todos modos, varios colectivos artísticos de Uruguay reclamaron por no haber sido consultados a la hora de definir ese apoyo.En Argentina, en tanto, la Asociación Argentina de Actores (AAA) celebró un reciente acuerdo con la Municipalidad de Rosario, la tercera ciudad del país, ubicada en la provincia de Santa Fe (centro). El acuerdo, según el sindicato, asegura a los artistas ingresos equivalentes a un porcentaje de lo que recibirían por 30 funciones mensuales.
Los artistas y trabajadores de la cultura están entre los colectivos más golpeados por la pandemia. En varios países, los gremios de músicos, actores y artistas visuales continúan movilizándose en busca de que los gobiernos les aseguren no perder ingresos, al tiempo que piensan formas originales de brindar espectáculos para asegurar su sustento.
El 30 de agosto de 2020, el escultor colombiano John Fitzgerald fue noticia por coserse la boca e iniciar una huelga de hambre en reclamo por la falta de apoyo económico a los artistas de Colombia afectados por la pandemia de COVID-19. Aquel episodio fue uno de los puntos más dramáticos de la tensa relación que los artistas latinoamericanos tuvieron con sus gobiernos desde que comenzó la pandemia.
Los artistas, un universo que en América Latina puede incluir actores, músicos, artistas visuales y otras formas de expresión, estuvieron en todos los países entre los trabajadores más afectados por la paralización de actividades ocasionada por la llegada del virus SARS-CoV-2. La suspensión de espectáculos públicos decretada por todos los países de la región en 2020 dejó al colectivo sin ingresos, un problema agudizado por la informalidad que suele dejar a los trabajadores del arte sin seguros de desempleo.
Si bien algunos lograron adaptarse para organizar espectáculos o vender sus obras a través de internet, la tendencia fue que todos los colectivos artísticos del continente sufrieron especialmente la paralización de actividades presenciales.
Fitzgerald pasó más de 70 horas en huelga de hambre hasta alcanzar un acuerdo con el Ministerio de Cultura de Colombia —con entrevista con la ministra Carmen Inés Vásquez incluida— para reforzar algunas medidas de protección social para el sector, como la culminación de un censo de artistas del país.
Para el Gobierno colombiano, que ubica a los artistas dentro de lo que considera "economía naranja" —término que utiliza para referirse a las industrias creativas— la asistencia al arte había sido satisfactoria, según aseguró en diciembre de 2020 al destacar que destinó 640.000 millones de pesos colombianos (unos 174 millones de dólares) para atender al sector durante el primer año de la pandemia.
Las protestas de artistas latinoamericano han sido una constante en América Latina, tanto como las campañas y eventos para, a falta de planes gubernamentales, conseguir ingresos para los artistas más desfavorecidos.
En Chile, un grupo de artistas se movilizó por calles de Santiago de Chile para reclamar por la falta de ingresos motivada por la pandemia. Sin obtener respuestas, la Asociación Gremial de Trabajadores de las Artes y Espectáculos (Agtae) organizó en marzo de 2021 un festival artístico con un doble propósito: "visibilizar el trabajo y la situación" de los artistas y apoyar económicamente a los artistas que se han visto afectado por la crisis.
Los propietarios de galerías de arte mexicanos, por ejemplo, debieron reunirse de forma inédita en diciembre de 2020 para organizar una exhibición conjunta en una casona de Ciudad de México. La iniciativa apuntó a sustituir, en parte, los ingresos perdidos por los galeristas por la imposibilidad de participar en festivales de arte en Estados Unidos, donde suelen estar las mejores chances para los artistas plásticos del país latinoamericano.
En Uruguay, el primer país latinoamericano en permitir los espectáculos en vivo durante 2020, las protestas de los artistas no culminaron. Si bien músicos y actores pudieron volver a los escenarios uruguayos en 2020, los limitados aforos establecidos por protocolo hizo que muchos espectáculos no fueran redituables, según denuncian los propios artistas.
“Nos abrieron porque dimos señales de seriedad. Nos aforaron y cumplimos con responsabilidad. Nos topearon sin casos que lo ameriten. Nos prohibieron erráticamente y sin paliativo real. Este sector necesita ser atendido como es debido, de forma ecuánime, como cualquier otro sector productivo del país", señala un comunicado del colectivo Uruguay es Música del 26 de marzo de 2021.
Los reclamos de los artistas uruguayos lograron que el Gobierno habilitara un subsidio de 6.800 pesos uruguayos (153 dólares) mensuales durante tres meses. De todos modos, varios colectivos artísticos de Uruguay reclamaron por no haber sido consultados a la hora de definir ese apoyo.
En Argentina, en tanto, la Asociación Argentina de Actores (AAA) celebró un reciente acuerdo con la Municipalidad de Rosario, la tercera ciudad del país, ubicada en la provincia de Santa Fe (centro). El acuerdo, según el sindicato, asegura a los artistas ingresos equivalentes a un porcentaje de lo que recibirían por 30 funciones mensuales.
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