Buenos Aires prevé colapso hospitalario en la segunda ola COVID-19 de Argentina
01:36 GMT 14.04.2021 (actualizado: 11:24 GMT 14.07.2023)
© AP Photo / Natacha PisarenkoUna trabajadora de la salud atiende a un paciente en una unidad de cuidados intensivos designada para personas infectadas con coronavirus en un hospital en Buenos Aires (Argentina)
© AP Photo / Natacha Pisarenko
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El aumento de contagios de COVID-19 se registró en la capital y el conurbano bonaerense, con 40 municipios que rodean la ciudad, donde vive un tercio de la población argentina. Para asegurar la capacidad de las unidades de terapia intensiva, que se encuentran al borde del colapso, especialistas proponen más restricciones por un tiempo reducido.
La llegada de la segunda ola de la pandemia de COVID-19 es un hecho en Argentina desde el anuncio del Ministerio de Salud nacional a principios de abril. Las primeras nuevas medidas de restricción en la circulación nocturna fueron anunciadas por el presidente, Alberto Fernandez, el 7 de abril y aplicadas dos días después para comercios, el sector gastronómico, teatros y el transporte público en el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA).
En el AMBA viven alrededor de 15 millones de habitantes, 37% de la población nacional, y es donde se encuentran los distritos con mayor concentración urbana, aunque no equitativos en la repartición de ciudadanos ni de centros de atención sanitaria. Es por esto que el seguimiento de la evolución epidemiológica allí es central para los Gobiernos nacional, provincial y porteño.
"Hubo un día que fue bisagra, cuando tuvimos el récord de casos, que fue el viernes pasado [9 de abril], que fue de 12.000. Comparado con el viernes de la semana anterior tuvimos un aumento de casi 150%", dijo a Sputnik Enio Garcia, epidemiólogo y jefe de asesores del Ministerio de Salud de la provincia de Buenos Aires.
El sábado 10 de abril, se publicó un comunicado conjunto de subsectores de salud privado, público y de seguridad social en el que advirtieron acerca de la tensión a la que se enfrenta el sistema sanitario en el AMBA, con una ocupación promedio de camas de más de 70%, lo que llevó a que el ministro de Salud bonaerense, Daniel Gollan, advirtiera que el sistema puede colapsar muy pronto.
Comparto el revelador comunicado conjunto de los subsectores de la salud privado, público y de la seguridad social: "El sistema de salud tiene un limite", que pone en alerta sobre la situación crítica que vivimos en este momento. pic.twitter.com/jfnea536Ge
— Daniel Gollan (@DrDanielGollan) April 10, 2021
Por su parte, la Sociedad Argentina de Terapia Intensiva (SATI) publicó un informe independiente en el que advirtió que hay una saturación del 93% entre las unidades de terapia intensiva (UTI) en el AMBA, lo que representaría una situación aún más preocupante.
Ya está disponible el informe de ocupación de camas en UTI de la Regional CABA/GBA en nuestra página web.https://t.co/0RdjviFcNG pic.twitter.com/SdpnKaIOWK
— SATI (@SATIarg) April 11, 2021
El documento asegura que los servicios no cuentan con suficientes profesionales especialistas en atención intensiva, lo que limita la posibilidad de expandir la capacidad, además de que los que están en actividad demuestran estar exhaustos física y emocionalmente.
Argentina acumula más de 2,5 millones de casos confirmados y más de 58.000 muertes relacionadas a COVID-19. El 13 de abril se registró el récord diario de nuevos contagios, con 27.000 a nivel nacional y 14.000 en la provincia de Buenos Aires. Hasta el momento, 4,8 millones de personas recibieron al menos una dosis de alguna de las vacunas disponibles en el país.
Aumento explosivo
"La situación epidemiológica es compleja, tuvimos un aumento explosivo de casos. Ninguna de las estimaciones que hacemos nos anticipaba este nivel. Nos agarra con una circulación de personas más elevada y también con la presencia de otras variantes virales, como la de Reino Unido y de Manaos, que son más contagiosas, lo que agrava la circulación viral en la segunda ola", elaboró Garcia, farmacéutico, sanitarista y docente universitario.
El especialista explicó que el impacto de ese aumento de casos en los ingresos a terapia intensiva tiene un desfasaje, porque demora alrededor de una semana para que se empiece a agravar el cuadro y el paciente empiece a demandar oxígeno.
Garcia comentó que durante el primer año de la pandemia se triplicó la capacidad hospitalaria de UTI en la provincia de Buenos Aires, que pasó de 880 a 2.500 camas, pero aun con ese aumento de la posibilidad de respuesta, los ingresos por COVID-19 ya empezaron a ser la mayoría.
Además de la cantidad de casos, que aumentan inevitablemente por el incremento de test que se realizan, es importante destacar que lo que despierta las alertas es el crecimiento proporcional del porcentaje de positivos.
Casi tres de cada 10 personas que se testearon durante la última semana en Argentina resultaron casos confirmados de COVID-19, según los reportes del Ministerio de Salud nacional. Este 27% de positivos era de 16% hace un mes. La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda que la tasa de positividad no supere el 12% para poder controlar la circulación.
"Cuando empezamos la pandemia teníamos seis laboratorios y hacíamos 200 PCR por día. Hoy tenemos 84 laboratorios y estamos haciendo en promedio 19.700 testeos por día a personas con síntomas compatibles, aunque el 8 de abril llegamos a hacer 23.600 y tenemos siete laboratorios más para inaugurar. Aun así, tenemos positividad en esos testeos de 43%", alertó.
Ante la suba de casos, algunos gremios docentes bonaerenses demandaron que se suspendan las clases en las escuelas de los distritos más comprometidos. Por el momento, los ministerios de Salud y Educación nacional y provincial aseguran que la transmisión en aulas no representa un factor para potenciar de más los casos, pero la evaluación de posibles medidas es diaria.
"Estamos haciendo análisis de los datos de las escuelas: docentes, auxiliares y de la población en edad escolar. Lo que vemos es que el número de contagiados no es muy distinto al número de contagiados general, dentro de los grupos etarios analizados, incluso los grupos que frecuentan escuelas tienen un nivel de contagio más bajo. Cortamos la circulación para actividades recreativas para poder mantener las actividades que consideramos más importantes, como son las escuelas", respondió el experto.
Garcia aclaró que si se cierran las escuelas sería en el contexto de volver a restricciones similares a las del aislamiento obligatorio de los primeros meses de la pandemia, una recomendación que hacen algunos expertos en la actualidad, pero únicamente por un par de semanas.
El especialista justificó las medidas restrictivas que ocurrieron al principio de la pandemia como necesarias para que el sistema de salud se preparara y robusteciera, pero matizó que no tiene tanto sentido hacer un cierre total por tanto tiempo como el año pasado.
"Hoy tenemos un nivel de casos más elevado que en el pico de la enfermedad el año pasado y seguimos teniendo respuesta porque el sistema creció a la altura. Puede seguir creciendo, pero tenemos el limitante del personal de salud. ¿Con cuántos bioquímicos moleculares contamos? ¿Cuántos médicos y enfermeros especializados en terapia intensiva tenemos? Cuando se esté cerca del colapso habrá que ver de tomar medidas de restricción más fuerte, por ahí por un tiempo más acotado", comentó Garcia.
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