Al salir de la universidad, trabajó como diseñador gráfico para una empresa dedicada a la moda. A la vez, realizaba encargos como ilustrador freelance. También acudía a festivales de muralismo y exposiciones. Precisamente, hace ocho años, dos proyectos le harían dejar su empleo para dedicarse plenamente al arte. Una profesión en la que, a veces, se "sobrevive" más que se "vive". Dulk pudo salir adelante.
"Sigo pensando que es muy complicado dedicarse al arte. Por ello, soy muy exigente con lo que hago. Hay que sacar cosas nuevas constantemente, preparar una exposición, esperar que se venda lo que vas pintando… No es fácil, pero bueno, de momento, sigo con ella".
Una vía que le ha llevado a exponer en medio planeta. Amberes, Barcelona, Roma, Londres, Los Ángeles o Miami son algunas de las ciudades que han recibido su obra. Sus cuadros han pasado por galerías de distintos países. Y no solo sus trabajos de menor dimensión.