Los científicos estadounidenses han obtenido más detalles sobre la misteriosa niña y su entierro gracias a la realización de escaneos de alta resolución y la aplicación de microhaces de rayos X dirigidos a regiones concretas de la momia.
La tomografía computarizada de rayos X (TC) de los dientes y el fémur de la momia ha confirmado su edad. Al mismo tiempo, no ha sido detectado ningún signo de trauma en sus huesos que pueda sugerir la causa de muerte.
Esta es la primera vez que se utiliza la difracción de rayos X en una momia intacta, informa Stuart Stock, autor principal del estudio publicado el 25 de noviembre en la revista Journal of the Royal Society Interface, profesor de investigación de Biología Celular y Biología del Desarrollo de la Facultad de Medicina Feinberg de la Universidad del Noroeste, Chicago.
La momia, conocida como Momia de retrato número 4 de Hawara, está en la colección del Museo de Arte Block de la Universidad del Noroeste. Fue excavada entre 1910 y 1911 en la necrópolis de Hawara, cerca del oasis de El Fayum, en el Bajo Egipto, y data del siglo I d.C. aproximadamente, cuando el país estaba bajo dominio romano.
"Durante la época romana, en Egipto se comenzaron a hacer momias con retratos adheridos a la superficie frontal", explica Stock.
Aunque el retrato de la momia número 4 representa una mujer adulta, su pequeño tamaño insinuaba lo contrario y más tarde el análisis confirmó que la momia era una niña, que ni siquiera tenía dientes permanentes. Su cuerpo medía casi un metro desde la parte superior de su cráneo hasta las plantas de sus pies, según el estudio.
Los investigadores también han detectado 36 piezas en forma de aguja: 11 alrededor de la cabeza y el cuello, 20 cerca de los pies y cinco en el torso. La difracción de rayos X ha determinado que se trata de alambres o alfileres de metal que probablemente servían en el siglo pasado para estabilizar el envoltorio.
Además, un hallazgo sorprendente ha sido una capa irregular de sedimento en los envoltorios de la momia, tal vez se trata del barro que fue utilizado por los sacerdotes para asegurar los vendajes durante la momificación, sugiere Stock.
Sin embargo, la resolución de la tomografía computarizada no ha sido lo suficientemente potente como para mostrar detalles tallados en el objeto, por lo que es imposible afirmar con certeza de que se trata, agrega.
"Cada vez que entras en un estudio como este, obtienes buenas respuestas. Pero al final se acaban planteando más preguntas", comenta el científico.