Este miércoles 25 de noviembre, el exfutbolista argentino Diego Maradona murió a los 60 años tras sufrir un paro cardiorrespiratorio, mientras se encontraba en su casa del Tigre, al norte de la ciudad de Buenos Aires.
"Gracias por haber existido, Diego. Te vamos a extrañar toda la vida", escribió el presidente de Argentina, Alberto Fernández en Twitter. Pero el impacto de la noticia trascendió fronteras, y en todo el mundo lamentaron su fallecimiento. Entre otros, varios líderes de izquierda de América Latina dedicaron mensajes de despedida al astro argentino.
Nos llevaste a lo más alto del mundo. Nos hiciste inmensamente felices. Fuiste el más grande de todos.
— Alberto Fernández (@alferdez) November 25, 2020
Gracias por haber existido, Diego. Te vamos a extrañar toda la vida. pic.twitter.com/pAf38sRlGC
En noviembre, la editorial Gourmet Musical publicó el libro ¡Canten, putos! Historia incompleta de los cantitos de cancha, del escritor argentino Manuel Soriano. Uno de los capítulos está dedicado a Diego Maradona y las canciones que los hinchas le han dedicado al futbolista.
Curiosamente, el capítulo, que se puede leer en el diario La Nación, empieza por imaginar el día de la muerte de Maradona. "Es probable que ese día la gente deje lo que esté haciendo y salga a la calle a ver qué pasa. Se mezclará la tristeza y la celebración, al estilo mexicano; habrá llantos, recuerdos, excesos, gente que mira al cielo y vuelve a fumar, conmoción colectiva", escribió.
Uno de cánticos destacados pertenece a la hinchada de Boca Juniors, club del que Maradona era fanático y donde jugó en dos etapas de su carrera profesional.
"Vale diez palos verdes / se llama Maradona / y todas las gallinas / le chupan bien las bolas / y cuando va a la cancha / la doce le agradece / todo lo que Dieguito se merece".
Otro canto de los hinchas de Boca dice:
"Oh oh oh oh / Hay que alentar a Maradó / Hay que alentarlo hasta la muerte / Porque al Diego yo lo quiero / porque yo soy un bostero y lo llevo en el corazón / Y no me importa lo que digan esos putos periodistas, la puta que lo parió".
Pero los hinchas argentinos parecen idolatrar a Maradona por encima de cualquier club del que sean hinchas. Soriano recuerda entonces que ha escuchado el famoso canto "Maradó, Maradó" tanto como homenaje en persona al propio Maradona, como en reconocimiento a otro jugador que ha hecho una jugada maradoniana. Igualmente el canto se hace oír en otras circunstancias alejadas del fútbol para resaltar el buen desempeño de una persona sin importar cuál sea el campo de su experticia.
Entre 1984 y 1992, Maradona jugó en el Napoli de Italia. Con el argentino como estrella indiscutida, el club ganó los dos únicos títulos de liga que tiene en su palmarés, además de una Copa de Italia, la Supercopa italiana y la copa UEFA. Los napolitanos aman a Maradona. Por ello, como recoge Soriano, los tifosi (hinchas) le cantan así:
"Oh mamá, mamá, mamá,
Oh mamá, mamá, mamá,
¿Sabes por qué me late el corazón?
He visto a Maradona,
He visto a Maradona,
oh, mamá, enamorado estoy".
"Es algo irracional", dice el texto de Soriano, cuando escribe sobre las personas que "ya no solo quieren tocar y besar a Maradona", sino que buscan que el exjugador les bendiga todo tipo de objeto personal. Las mismas personas que irían en "peregrinación" a cualquier recóndito lugar donde el ídolo argentino hubiese decidido refugiarse.
Quizá ahora, la inmaterialidad del dios Maradona traerá nuevos santuarios.