No es ningún secreto que Occidente está en nueva Guerra Fría con Rusia. En nuestra edición de la semana pasada precisamente algunos expertos auguraban que la llegada de Joe Biden a la Casa Blanca significaría una nueva etapa más dura de esa nueva Guerra Fría. Sin embargo esto no quiere decir que con el presidente saliente de Estados Unidos, Donald Trump, estamos actualmente en una etapa "light".
Para confirmarlo basta con analizar la cobertura de la pandemia del coronavirus en Rusia por algunos medios internacionales. La edición en español de la CNN nos ofrece esta semana un ejemplo perfecto que hace recordar los peores momentos de la Guerra Fría entre Estados Unidos y a la sazón Unión Soviética.
"El panorama que Rusia no quiere que veamos", dice el corresponsal de la CNN Matthew Chance. Francamente, considero que no es la primera preocupación de Rusia la de evitar que los norteamericanos vean el panorama real de la pandemia. Porque no es ningún secreto de Estado. La primera preocupación de las autoridades rusas es controlar la pandemia y la verdad es que no es fácil.
Como tampoco es fácil en Europa y Estados Unidos. Y si no me equivoco, la falta de plazas en los hospitales no es un problema de Rusia, sino un problema universal. Hay imágenes parecidas de los pacientes con el COVID en los pasillos de un hospital italiano, español o estadounidense.
Pero no es lo más sorprendente en este reportaje. Los más sorprendente es el estilo. Da la impresión que el principal objetivo del autor no es informar, sino denunciar a las autoridades rusas. Y efectivamente es así. A continuación, el corresponsal de la CNN Matthew Chance nos vende lo más destacado.
Nuestros colegas incluso advierten a su audiencia de que utilizan imágenes que pueden herir su sensibilidad. Pero en la realidad no revelan ningún secreto. Toda esta investigación sirve para anunciar que "la cifra real de los muertos" en Rusia es tres o cuatro veces más alta que la cifra oficial y que en la realidad podría haber hasta 130 mil fallecimientos relacionados con el COVID-19.
Pese que nuestros colegas nos ofrecen los mismos argumentos o mejor dicho estimaciones y citan al mismo experto que ya nos había dicho más o menos lo mismo en pasado mayo, el reportaje de la CNN no es un disparo sin carga. Lo que pretende es mostrar una vez más que Rusia no es un socio de fiar si incluso nos está engañando con la cifra de muertos por el COVID-19. Y esto ocurre en un momento clave de la pandemia.
"Rusia invita a los europeos a producir su vacuna Sputnik", titula la edición en español de Euronews.
"La vuelta al mundo: futura vacuna contra el COVID-19 vista desde Alemania, Rusia y China", titula la edición en español de France 24.
El Gobierno alemán calificó de "alentadores" los avances presentados por Pfizer y BioNTech en el desarrollo de su vacuna, que dio resultados de su fase 3. No obstante, también afirmó que estos avances no garantizan que esta sea entregada pronto. Eso quiere decir que la vacuna Sputnik V que tiene un 92% de eficacia podría llegar antes.
Y efectivamente los fabricantes de la vacuna rusa Sputnik V solicitaron a la Organización Mundial de la Salud (OMS) la certificación del fármaco, según anunció su representante en Rusia, Melita Vujnovic. Además, las autoridades rusas están a punto de registrar una tercera vacuna rusa contra el COVID-19, según una crónica de la edición en español de France 24.
Desde este enfoque no es de extrañar que a la par de los contagios de coronavirus, el ámbito sanitario también acusa la rápida expansión de bulos informativos. Vacunas con chips 5G o un virus creado en un laboratorio son algunas de las invenciones que circulan en torno a la pandemia de COVID-19, según un comentario del coordinador del instituto Salud sin Bulos, Carlos Mateos, a RT.
Paralelamente con la segunda ola de la pandemia del COVID-19 tenemos la segunda ola de la pandemia de desinformación. Se multiplican los bulos sobre salud y sobre las vacunas. Los medios internacionales revelan alarmantes "cifras reales" de muertes, en particular en Rusia. ¿A qué viene todo esto? Tal y como hemos dicho ya, el objetivo principal de estas revelaciones no es ayudar o juntar los esfuerzos en la lucha contra la pandemia, sino ganar confianza de los mercados para futuras vacunas contra el COVID-19. En el amor y la guerra, todo hueco es trinchera, como dice el refrán.