De forma similar a como lo hicieron Perú, México y otros países, en el mes de julio Chile aprobó un retiro extraordinario de parte de los fondos de pensión de sus cotizantes. Sin embargo, a pesar de lo estipulado, un proyecto de ley para un segundo retiro está siendo discutido en el Senado tras su aprobación en la Cámara de Diputados.
El Ejecutivo, en cambio, considera que de aprobarse dañaría la seguridad de los ahorros futuros y ve su puesta en práctica como una afrenta a la Constitución.
Para el mes de agosto 7,5 millones de personas habían solicitado parte de los fondos de sus cuentas en las Administradoras de Fondos de Pensión. El retiro establecido era de un 10% de lo ahorrado con un tope máximo de cuatro millones de pesos (5.200 dólares), y un mínimo de 1 millón de pesos (1.300 dólares).
Todos quienes tuvieran menos del monto mínimo podían retirar la totalidad del dinero en sus cuentas y así lo hizo la mayoría de quienes cumplían los requisitos. En especial aquellos con menores ingresos e igualmente menores ahorros, muchos de los cuales vaciaron sus cuentas.
"La medida vino a satisfacer de alguna forma las necesidades de un grupo importante de la población (…) pero el problema es que hay un porcentaje de personas no menor, estoy hablando de los sectores de mayor ingreso, que no necesitaban ese retiro y que lo hicieron igual", señaló.
Según el docente, al no tributar por tomar el dinero, muchas personas vieron más rentable tomarlo que utilizar sus ahorros. Lo mismo sucedió con quienes observaron que la opción de colocarlo en una cuenta de ahorro previsional voluntario representaba mayor utilidad.
"Hay personas que se quedaron sin nada en la cuenta de ahorro, así que el segundo retiro, que es el que viene ahora, los encuentra en una situación distinta. A este porcentaje de la población que quizá necesitaba recursos de manera urgente ya no le queda plata en la cuenta", concluyó.
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