Aunque sigue ejerciendo como reina, Isabel II ha reducido gradualmente la cantidad de actos en los que participa, ha pasado fines de semana más largos en Windsor y ha reducido significativamente sus deberes públicos. Su primogénito, por otro lado, ha empezado a dejarse ver más a menudo como representante de la familia.
El próximo abril, la reina cumplirá 95 años, la edad a la que su esposo, el príncipe Felipe de Edinburgo, se retiró de la vida pública. Muchos expertos aseguran que se ha hablado tras los muros del palacio de Buckingham de que la monarca se jubilará a esa misma edad.
Sin embargo, es poco probable que la longeva monarca abdique el trono, asegura Marlene Koenig, experta en la realeza británica.
"Regresemos a cuando la princesa Isabel cumplió 21 años. Ella pronunció un discurso, lo parafrasearé, dijo: 'Sea mi vida larga o corta, estaré allí para servirles'. Abdicar es una palabra indecente para la monarquía británica", apuntó Koenig en entrevista con el medio The Express.
La experta agregó, además, que si la reina alguna vez decidiera ceder el trono a su heredero, el Parlamento británico tendría que involucrarse en esta decisión.
"No es solo como decir 'oye, puedes quedarte con el trono' porque hay todo un proceso al que hay que someterse. Eso podría involucrar otras cosas también, pero ciertamente requiere un acto del Parlamento", subrayó.
La experta agregó que hay cuestiones más importantes en la agenda de los parlamentarios británicos actualmente, como la pandemia del COVID-19, por ejemplo. Y que es poco probable que los legisladores se tomen el tiempo para dedicarse a una posible abdicación en el momento.