"Hoy vimos represión, vimos desde la tarima como lanzaron gases lacrimógenos, como reprimían una manifestación pacífica, pero el presidente (Alejandro Giammattei) tiene que entender que el pueblo de Guatemala se está manifestando legítimamente", denunció Pérez desde el seno de las protestas.
"La mayor parte de la población manifestó de forma pacífica. No se debe deslegitimizar una jornada ciudadana donde se ejerció el derecho humano a manifestar, por condenables actos vandálicos, que no tienen justificación alguna", declaró el Movimiento Semilla desde sus redes sociales.
El titular de la Procuraduría de los Derechos Humanos de Guatemala (PDH), Jordan Rodas, confirmó que la mayor parte de la población se manifestó de forma pacífica.
"No se debe deslegitimizar una jornada ciudadana donde se ejerció el derecho humano a manifestar, por condenables actos vandálicos, que no tienen justificación alguna", acotó Rodas, quien envió a delegados de la PDH a velar por los derechos de la ciudadanía.
La Policía Nacional Civil tildó a los manifestantes de "bochincheros" y negó el uso excesivo de la fuerza, aunque varios videos que circularon en redes sociales evidenciaron lo contrario, y varios activistas mencionan una veintena de detenidos por las protestas.
Un punto álgido de las protestas fue la irrupción de varios encapuchados a la sede del Congreso, donde provocaron un incendio que generó repulsa de las autoridades, pero también escepticismo entre políticos, diplomáticos y analistas.
Giammattei anunció posibles reformas al presupuesto de 99.700 millones de quetzales (unos 12.800 millones de dólares) aprobado por la mayoría del oficialista partido Vamos en el Congreso de la República, detonante de las actuales protestas.
El vicepresidente de Guatemala, Guillermo Castillo, le propuso a Giammattei renunciar de forma conjunta, ante el descontento generado por la aprobación de un presupuesto sin precedentes, que incrementará la deuda del país.