La oficina penitenciaria llevó a cabo el 19 de noviembre la octava ejecución federal en lo que va de 2020, después de un período de 17 años sin aplicar la pena capital. Los grupos defensores de los derechos humanos han pedido a la Administración de Donald Trump que suspenda todas las ejecuciones durante este tiempo.
Biden ''se opone a la pena de muerte ahora y en el futuro'', afirmó su secretario de prensa, Tyler Joseph Ducklo. No aclaró si Biden suspenderá las ejecuciones inmediatamente tras asumir el cargo en caso de ser confirmado como el próximo presidente.
El 16 de junio pasado se anunció que las ejecuciones federales se reanudarían a partir del 13 de julio, tras un receso de 17 años. El fiscal general de Estados Unidos, William Barr, defendió la medida afirmando que se realizará en relación a "asesinatos especialmente atroces".
"El Departamento de Justicia defiende el estado de derecho y le debemos a las víctimas y sus familias seguir adelante con la sentencia impuesta por nuestro sistema de justicia", sentenció Barr.
El ente informó en un documento judicial del 20 de noviembre que dispuso la ejecución de Alfred Bourgeois para el 11 de diciembre y las de Cory Johnson y Dustin Higgs para el 14 y 15 de enero, respectivamente. Había dos ejecuciones más dispuestas para el año 2020, incluso la de la primera mujer en casi 70 años, pero el 19 de noviembre el juez federal resolvió que no se realizarán de momento.
La anterior mujer ejecutada fue Bonnie Brown Heady, condenada por secuestro y asesinato y ajusticiada el 18 de diciembre de 1953, según el registro de la Oficina de Prisiones.
El 24 de septiembre de 2019, el gobierno de EEUU ejecutó al séptimo preso y primer hombre negro desde la reanudación de la pena de muerte a nivel federal. Christopher Vialva, de 40 años, fue ejecutado por matar a dos ministros de la juventud en el estado de Texas en el 2000. El abogado de Vialva afirmó que los prejuicios raciales influyeron en su sentencia.