Un estudio llevado a cabo por el Instituto Max Planck de Biología Celular Molecular y Genética en Dresde (Alemania) en colaboración con el Instituto Central de Animales Experimentales en Kawasaki y la Universidad Keio en Tokio (Japón) se ha valido del gen humano ARHGAP11B para llevar a cabo con éxito un experimento con los cerebros de unos fetos de tití.
El gen, encargado de dirigir las células madre en el cerebro humano, tuvo resultados evidentes en el cerebro de los primates.
"Descubrimos que el neocórtex del cerebro del tití común se agrandó y la superficie del cerebro se plegó", explicó el autor del estudio Michael Heide, citado por New York Post.
Tal y como han especificado los autores, "limitamos nuestros análisis a los fetos de tití, porque anticipamos que la expresión de este gen específico humano afectaría el desarrollo del neocórtex en el tití". No obstante, una vez realizado el experimento, los científicos optaron por abortar los fetos de los monos debido a las posibles "consecuencias imprevisibles".
El neocórtex humano es la parte más joven en términos evolutivos de la corteza de nuestro cerebro. En condiciones normales, esta área, que cumple importantes funciones en los procesos de pensamiento, lenguaje y percepción, triplica en tamaño a la misma parte de los chimpancés.