Este 21 de noviembre una delegación rusa integrada por Lavrov, el ministro de Defensa, Serguéi Shoigú y el ministro de Salud, Mijaíl Murashko, entre otros, visitó Ereván.
"Todos reconocieron que esta declaración no tiene alternativa", subrayó el jefe de la diplomacia rusa tras reunirse con su homólogo armenio, Ara Aivazián, y el presidente de Armenia, Armén Sarkisián.
Lavrov tildó de inaceptables los intentos de poner en tela de juicio los puntos de la declaración.
Por su parte, la Cancillería armenia informó que Ara Aivazián aceptó la invitación de su homólogo ruso para realizar en breve una visita de trabajo a Moscú.
"Aivazián aceptó la invitación del ministro de Exteriores de Rusia, [Serguéi] Lavrov, para realizar una visita de trabajo a Moscú en un futuro cercano", dice el comunicado.
Los dos ministros, según la nota, destacaron la importancia de mantener el dialogo entre Armenia y Rusia a diferentes niveles, incluyendo a través de las visitas recíprocas de altos cargos.
Aivazián indicó que las relaciones entre los dos países desempeñan un papel importante a la hora de mantener la paz y la estabilidad en la región, especialmente ahora, tras el reciente cese de hostilidades en Nagorno Karabaj.
Por acuerdo entre las partes, Rusia envió sus fuerzas de paz a la zona del conflicto, para un periodo de cinco años en principio. El despliegue de este contingente se lleva a cabo paralelamente a la retirada gradual de fuerzas armenias desde los distritos de Agdam, Kelbecer (Kalbajar) y Lachín, ocupados durante la guerra de 1992-1994.
Los militares rusos ejercerán el control de la línea divisoria entre las fuerzas armenias y azeríes, así como del corredor de Lachín que conecta a Nagorno Karabaj con Armenia. Por su parte, Armenia deberá garantizar el transporte entre la república autónoma de Najicheván, el exclave azerbaiyano que se encuentra entre su territorio, Irán y Turquía, y las zonas del oeste de Azerbaiyán.