"¿Cuál era su plan? Que el MAS no vuelva al Gobierno y Evo no vuelva a Bolivia. Pero el 8 [de noviembre] el MAS vuelve al Gobierno y Evo a Bolivia el 9. Hemos derrotado al imperio norteamericano", dijo el líder indígena al culminar en la región cocalera una caravana de tres días de retorno al país.
Morales pronunció un emotivo discurso de más de una hora ante decenas de miles de seguidores en el aeropuerto de Chimoré, en la región productora de coca de Chapare (centro), terminal desde la que había salido al exilio hace justo un año, tras ser derrocado.
El líder indígena anunció que instalará en el pueblo chapareño de Lauca Ñ su "centro de operaciones", como él mismo lo denominó, como líder de los sindicatos de productores de coca y del Movimiento Al Socialismo (MAS), partido que volvió al poder el 8 de noviembre tras el año de crisis y transición en Bolivia.
Lucha global
Morales afirmó que la fugaz interrupción del "proceso de cambio" iniciado en 2006 por el MAS en Bolivia no era un episodio solo local sino que tenía proyección mundial, y advirtió en que el nuevo Gobierno democrático presidido por el masista Luis Arce seguirá enfrentando "afanes conspirativos de la derecha".
"Es una lucha internacional, interplanetaria, la responsabilidad que tenemos, un compromiso de unidad latinoamericana. Esta lucha es una lucha latinoamericana", afirmó, dirigiéndose al candidato presidencial ecuatoriano Andrés Arauz, de la alianza Unión por la Esperanza, que asistió a la celebración.
Según el líder indígena boliviano, su derrocamiento habría sido alentado por Washington y transnacionales, aliados con intereses bolivianos, que se sentían perjudicados por las políticas de soberanía económica que impulsaba su Gobierno en defensa de los recursos naturales del país.
El modelo económico "parido por el pueblo boliviano" en 2006 arrancó con la nacionalización de los hidrocarburos, que multiplicó los recursos públicos, y había comenzado a desarrollar una industria del litio con predominio estatal, cuando ocurrió el golpe.
"No nos perdonan las transnacionales haber recuperado, haber nacionalizado nuestros recursos naturales (…) No nos acepta el imperio que nosotros los llamados indios podemos cambiar Bolivia, pero podemos, estos son los resultados: en 14 años de gestión pública, seis años primeros en crecimiento en Sudamérica", señaló.
Morales reiteró su anuncio de que pedirá al presidente Arce que reactive los ambiciosos proyectos de industrialización de las reservas de litio de los salares altiplánicos, consideradas las mayores del mundo, que su pasado Gobierno había concertado con capitales y tecnología de Alemania y China.
El líder volvió a llamar a la unidad del MAS y de los movimientos sociales para defender al presidente Arce.
"Hemos ganado esta dura lucha. El plan del imperio y de la derecha era eliminar el Estado Plurinacional [como se denomina Bolivia desde 2009], volver a la república colonial. Intentaron pero no pudieron", insistió.
La caravana de retorno de Evo desde la frontera sur con Argentina, donde había sido despedido el 9 de noviembre por el presidente Alberto Fernández, se prolongó por más de 1.000 kilómetros, pasó por masivas bienvenidas en los pueblos de la ruta y culminó en el multitudinario festejo en Chimoré, con discursos, música y baile.