"Hay que volver a la escuela, es urgente", plantean en la misiva que puede leerse en el sitio Aaula-abierta.ar
Los educadores aseguran que los colegios cerrados "profundizan la desigualdad social", por lo que "se están provocando daños que pueden ser irreparables".
Los docentes defienden que el consenso científico recomienda abrir las escuelas, mientras que "la experiencia en el mundo indica que hacerlo no provoca un aumento sensible en la propagación del COVID-19".
"En muchos países que han aumentado las restricciones no se han vuelto a cerrar las escuelas", señalan de ejemplo.
Desconectados
El esfuerzo lectivo que realizan profesores y personal administrativo y auxiliar es cada vez más difícil de sostener, puntualizan los educadores.
"Y lo más trágico es que pese a todo este esfuerzo hay muchísimos alumnos que permanecen desconectados de la escuela", señalan.
La misiva recalca que un maestro no puede ser sustituido por una computadora, y advierten que la exposición prolongada a las pantallas puede tener "secuelas para su salud"
"Es insostenible poder tomar algo en un bar mientras los alumnos no pueden verse en la escuela con sus compañeros y sus docentes", agregan al proponer que la asistencia de maestros como de alumnos sea voluntaria.
Situación en la capital
Desde el 13 de octubre, las escuelas de la ciudad de Buenos Aires se abrieron para acoger actividades educativas de orientación, con un máximo de diez niños por encuentro, para los alumnos del último año de primaria y los dos últimos de secundaria.
Después de que el Gobierno nacional decretara que Buenos Aires pasaba de la fase de aislamiento a una de distanciamiento, la administración local propuso un protocolo para que el resto de los alumnos puedan realizar algunas actividades en las escuelas.
Esa iniciativa sugiere turnos individuales para niños de entre 45 días y 2 años hasta 3 veces por semana.
Los niños de América Latina y el Caribe han perdido cuatro veces más días de clase que sus pares del resto del mundo, según Unicef.