"Junto con el Gobierno del presidente electo de EEUU vamos a consolidar aún más la alianza surcoreano-estadounidense", dijo, citado por la agencia Yonhap.
Moon expresó la confianza en que cooperando con la nueva administración de Estados Unidos, Seúl pueda encontrar "nuevas oportunidades y soluciones" en sus relaciones con Corea del Norte.
Corea del Sur y Estados Unidos cuentan con unos lazos estrechos: desde 1953 los dos países tienen firmado un tratado de defensa mutua, y en septiembre de 2018 Moon y el presidente saliente de EEUU, Donald Trump, renovaron el tratado de libre comercio entre los dos países.
Trump se reunió en tres ocasiones con el líder norcoreano, Kim Jong-un. En la segunda cumbre, celebrada en Hanói en febrero de 2019, las dos partes estaban a punto de firmar un tratado de paz, pero la reunión terminó de forma abrupta sin acuerdo alguno. A la vez los dos líderes acordaron continuar las negociaciones y luego celebraron una cumbre más.
Desde entonces Trump y Kim reafirmaron en varias ocasiones que tienen unas relaciones de amistad "especiales". Biden, por su parte, durante la campaña electoral criticó a Trump por sostener cumbres con el líder norcoreano, alegando que así "le dio la legitimidad" al Gobierno de Kim.
Alianza de EEUU con Japón
Por su parte, el primer ministro de Japón, Yoshihide Shuga, declaró que planea fortalecer las relaciones de aliados con EEUU tras el anuncio de la victoria de Joe Biden en las elecciones presidenciales.
"Yo quisiera trabajar junto con EEUU en aras del fortalecimiento de la paz y la estabilidad en la región del Indo-Pacífico y consolidar aún más la alianza nipo-estadounidense", dijo a los periodistas.
Shiga subrayó que Japón y EEUU tienen idénticos criterios de la libertad, la democracia y los valores universales.
Aunque el escrutinio oficial de los comicios presidenciales de EEUU aún está en curso, los principales medios dan por irreversible la victoria del candidato demócrata, Joe Biden, que habría superado la cuota de los 270 votos electorales.
El republicano Donald Trump, sin embargo, se resiste a conceder la victoria a su rival y planea llevar la controversia electoral a los tribunales.