Los especialistas del Centro Médico de la Universidad de Groningen realizaron un examen psiquiátrico basado en los informes médicos supervivientes, así como en las cientos de cartas que Vincent le escribió a su hermano Theo.
Los expertos concluyeron que el artista tuvo al menos dos ataques de delirium tremens causados por la abstinencia de alcohol después de cortarse la oreja. Tras este accidente fue admitido en el hospital local. Ahí Van Gogh experimentó alucinaciones, una ansiedad insoportable, terribles pesadillas y otros síntomas desagradables.
Según los científicos, la causa de este estado era la hospitalización y la renuncia forzosa al alcohol.
Además, Van Gogh parece haber sufrido un montón de desórdenes mentales, principalmente bipolares y de personalidad limítrofe.
En el caso de Van Gogh, esa epilepsia latente puede haber sido causada por un daño cerebral debido a su estilo de vida caótico y poco saludable. Según los investigadores, el abuso de alcohol, la falta de alimentos, la falta de sueño y el agotamiento psicológico podrían haber contribuido.
Los autores también creen que la versión de que el genio estaba enfermo de sífilis es insostenible. Esta enfermedad tiene síntomas muy característicos que eran bien conocidos a finales del siglo XIX.
Los hallazgos están respaldados por los informes de los médicos que lo han tratado. Los autores consideran sus conclusiones bastante sólidas, aunque admiten que Van Gogh no escribió sus cartas para sus médicos y que no tuvieron la oportunidad de hablar con el paciente.
El estudio fue publicado en International Journal of Bipolar Disorders.