La mayoría de las personas diagnosticadas con alcoholismo tienen trastornos del sueño, constatan los científicos del Instituto de Investigaciones Psiconeurológicas Béjterev de San Petersburgo y de la Universidad Médica Estatal de Baskortostán en Ufa.
Según el estudio, cuanto más alcohol tome la persona, más grave es el insomnio, pues el consumo de alcohol afecta a la síntesis de varias hormonas. Por ejemplo, la melatonina comienza a producirse activamente durante el día, pero por la noche no lo hace. Al mismo tiempo, la melatonina se considera uno de los principales reguladores del ritmo circadiano, responsable de que una persona duerma por la noche y esté despierta durante el día.
Después de tomar alcohol, el sueño se vuelve ondulante, la persona se duerme rápidamente y luego se despierta.
Es arriesgado también tomar incluso cantidades pequeñas de alcohol para dormirse. De hecho, el estudio señala que el alcohol deja de funcionar como somnífero rápidamente, pero se forma una tolerancia al alcohol y surge un riesgo significativamente mayor de volverse adicto.
Por lo tanto, los investigadores sugieren que el tratamiento de trastornos alcohólicos no solo se enfoque en eliminar los síndromes de intoxicación, sino que también ayude a los pacientes a combatir el insomnio.
Y para las personas que no son alcohólicas y buscan solo un remedio para dormirse, los investigadores recomiendan que consideren otras opciones menos peligrosas para la salud.