La compañía ha creado un vehículo usando la conocida como tecnología de camuflaje óptico para ampliar el campo de visión del pasajero. Con la seguridad y el confort como base del diseño, el resultado es sorprendente: parte de la cabina queda funcionalmente transparente.
Las luces del techo y de las puertas proporcionan una iluminación especial gracias a la tecnología Ceraphic LED, original de Kyocera, que puede coincidir con el espectro de la luz solar natural.
El panel de instrumentos y la consola central están equipados con la tecnología de retroalimentación táctil Haptivity. El tacto es el sentido que más aprecia esta prestación, ya que, al tocar el panel, la presión de la punta del dedo genera una pequeña vibración que simula la sensación táctil de un botón físico.
Por último, Kyocera no se olvida del olfato. En un auto, una buena fragancia siempre se agradece, pero en este caso el interior del vehículo cuenta no con una, sino con cinco: todas ellas se pueden rociar en la cabina en función de la preferencia.
Con este nuevo proyecto, la marca japonesa, dice, quiere contribuir "a la realización de una sociedad automovilística segura, protegida y cómoda mediante el desarrollo de dispositivos y sistemas únicos en el segmento de la movilidad".