"Exigimos al Tribunal Electoral (TSE) una auditoría inmediata del proceso electoral y al Gobierno nacional que suspenda mediante decreto la transmisión de mando y la posesión de las fraudulentas nuevas autoridades", dijo a reporteros Rómulo Calvo, líder del Comité cruceño, punta de lanza de los sectores anti-masistas.
El proceso de traspaso del poder tras un año de crisis y transición, de la administración de Jeanine Áñez al nuevo Gobierno masista, parecía transcurrir pacíficamente hasta que sectores radicales de derecha lanzaron protestas y denuncias de fraude hasta ahora sin pruebas.
Resistencia
El paro cívico, que se extenderá este 6 de noviembre a todo el departamento de Santa Cruz, fue decidido el martes tras presiones de grupos juveniles de choque del mismo comité, que habían iniciado bloqueos callejeros y tomas de instituciones en rechazo a la victoria del MAS, partido liderado por el expresidente Evo Morales (2006-2019).
A la protesta cruceña se sumaron grupos cívicos de al menos cuatro ciudades que apoyaron también a candidaturas derechistas.
El Comité Cívico de Santa Cruz pidió el miércoles 4 a los excandidatos conservadores Carlos Mesa y Luis Fernando Camacho que se sumen al rechazo al resultado electoral y boicoteen la transmisión del mando.
Mesa, en una declaración no dirigida expresamente al movimiento cívico, ratificó su reconocimiento a la victoria del MAS y su alianza Comunidad Ciudadana anunció que asistirá a la asunción de Arce y Choquehuanca, cambiando su decisión inicial de no concurrir a la ceremonia.
Camacho, exlíder cívico cruceño, dijo que se sumará al paro, mientras los representantes de su alianza Creemos en el nuevo parlamento parecían divididos, según reportes de prensa.
El TSE ha rechazado repetidamente los pedidos de una auditoría a las recientes elecciones, asegurando que el proceso fue avalado unánimemente por observadores internacionales y nacionales que lo calificaron como transparente, limpio y con resultados confiables.
El presidente electo Arce, que recibió el miércoles sendas llamadas del presidente francés Emmanuel Macron y del secretario de Estado de Estados Unidos (canciller), Mike Pompeo, mantenía una actitud conciliadora, pidiendo unidad para sacar al país de la crisis económica profundizada por la pandemia de COVID-19.
"El proceso electoral en Bolivia concluyó con el aval de instancias nacionales y organismos internacionales. La decisión de las bolivianas y bolivianos debe ser respetada. Es tiempo de unidad para reconstruir y vivir en paz. No respondamos a provocaciones", escribió Arce este jueves en Twitter.
El MAS, que gobierna Bolivia desde 2006 salvo el año de transición que concluye, tendrá en su nuevo Gobierno el respaldo de la mayoría del Parlamento, que fue renovado totalmente en las recientes elecciones.